Demasiadas cl¨ªnicas perjudican la salud
De nada sirve construir centros de salud apresuradamente en los pa¨ªses en desarrollo si carecen del equipamiento, suministros y personal necesarios para ofrecer servicios de manera efectiva
Donantes como el Banco Mundial y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud suelen instar a los pa¨ªses en desarrollo a invertir en los sistemas nacionales de salud. Pero, si bien apresurarse a construir cl¨ªnicas y otras instalaciones m¨¦dicas, incluso en las regiones m¨¢s alejadas, puede parecer una estrategia clara para asegurar la cobertura de salud universal, no ha resultado as¨ª.
La reciente epidemia de ?bola en ?frica occidental resalt¨® la necesidad urgente de sistemas de atenci¨®n m¨¦dica m¨¢s fuertes, eficientes y resilientes en los pa¨ªses en desarrollo. Pero cuando los pa¨ªses se apresuran a construir m¨¢s cl¨ªnicas, las instalaciones resultantes se suelen levantar r¨¢pidamente y carecen del equipamiento, as¨ª como de los suministros y el personal necesarios para ofrecer servicios vitales de salud de manera efectiva.
En mis frecuentes visitas a zonas rurales en Sierra Leona, el lugar donde nac¨ª, he visto unas cuantas instalaciones de salud de las cuales las comunidades pod¨ªan prescindir. Una instalaci¨®n recientemente restaurada en Masunthu, por ejemplo, ten¨ªa equipamiento escaso y no sal¨ªa agua de los grifos. Las instalaciones en las vecinas Maselleh y Katherie ten¨ªan grietas en las paredes, goteras en los techos y tan pocas alacenas que suministros como jeringas y registros m¨¦dicos estaban apilados en el suelo.
Esta situaci¨®n es el resultado directo de una estrategia poco sistem¨¢tica y arrebatada en materia de inversi¨®n en atenci¨®n m¨¦dica. Al finalizar la guerra civil en 2002, Sierra Leona ten¨ªa menos de 700 instalaciones de salud, seg¨²n el Manual de Atenci¨®n M¨¦dica Primaria de 2004. En 2003, el Gobierno, escaso de dinero, decidi¨® descentralizar varios servicios p¨²blicos a nivel de distrito, alimentando una competencia feroz por recursos limitados.
Los consejos locales, en busca de hacerse de la mayor porci¨®n posible de la torta, comenzaron a impulsar nuevos proyectos, lo que condujo a una expansi¨®n r¨¢pida y descontrolada del sistema de salud. Hoy, Sierra Leona -con una poblaci¨®n de apenas siete millones de habitantes- tiene casi 1.300 instalaciones de salud. El Ministerio del ramo no ha podido equiparlas todas y cubrir los costos de personal y operativos, ya que su presupuesto no ha aumentado paralelamente a la expansi¨®n de infraestructuras. Por cierto, muy pocos de los pa¨ªses africanos que firmaron la Declaraci¨®n de Abuja en 2001 para asignar el 15% de su presupuesto a la salud han podido hacerlo.
El pasado septiembre, Sierra Leona llev¨® a cabo una evaluaci¨®n de la distribuci¨®n de las instalaciones de salud p¨²blica y trabajadores sanitarios en el pa¨ªs, para guiar las discusiones sobre los Recursos Humanos para la Estrategia de Salud 2017-2021. Los resultados fueron asombrosos: apenas el 47% de las instalaciones de salud del pa¨ªs empleaban m¨¢s de dos trabajadores sanitarios, incluidos trabajadores no asalariados y voluntarios. El 7% de las instalaciones de salud no ten¨ªan asignado ning¨²n trabajador sanitario; una promesa vac¨ªa en forma f¨ªsica.
Muy pocos de los pa¨ªses africanos que firmaron la Declaraci¨®n de Abuja en 2001 para asignar el 15% de su presupuesto a la salud han podido hacerlo
Esta situaci¨®n no es exclusiva de Sierra Leona (o de ?frica). En Indonesia, el Gobierno invirti¨® ingresos provenientes del petr¨®leo en la expansi¨®n gigantesca y acelerada de los servicios sociales b¨¢sicos, incluida la atenci¨®n m¨¦dica. Pero hoy, una cantidad insuficiente de m¨¦dicos trabaja en esas instalaciones, particularmente en zonas alejadas, donde el absentismo tambi¨¦n es alto. Existen muchos enfermeros, pero la mayor¨ªa de ellos han recibido una capacitaci¨®n inadecuada. Aun as¨ª, les permiten dirigir instalaciones lejanas por cuenta propia.
M¨¢s all¨¢ del personal, las instalaciones de salud en zonas alejadas de Indonesia carecen de infraestructura de respaldo adecuada: agua potable, instalaciones sanitarias, electricidad confiable y medicamentos y equipos b¨¢sicos. Los gobiernos locales descentralizados, que tienen poca autoridad sobre las cl¨ªnicas en lugares alejados, no pueden supervisar sus actividades. No sorprende que Indonesia tenga una de las tasas m¨¢s altas de mortalidad materna en el este de Asia.
Un exceso de infraestructuras de salud mal equipadas no solo es ineficiente; en verdad puede agravar las cosas, debido a factores como instalaciones sanitarias de mala calidad y sistemas de referencia de emergencia endebles. Durante la reciente crisis del ?bola, las instalaciones mal equipadas causaron a¨²n m¨¢s muertes, no solo entre los pacientes, sino tambi¨¦n entre los trabajadores sanitarios que los ayudaban.
En lugar de seguir defendiendo la proliferaci¨®n descontrolada de infraestructuras de atenci¨®n m¨¦dica mal equipadas y mal administradas, los responsables de las pol¨ªticas deber¨ªan considerar una estrategia m¨¢s medida. Por supuesto, la gente que vive en zonas alejadas necesita acceder a una atenci¨®n m¨¦dica de calidad, sin tener que recorrer caminos dif¨ªciles y peligrosos que pueden volverse pr¨¢cticamente inaccesibles durante algunos per¨ªodos del a?o. Pero los servicios y los trabajadores sanitarios comunitarios podr¨ªan cubrir esas zonas de manera mucho m¨¢s efectiva. El valor de una estrategia de este tipo qued¨® demostrado recientemente en Etiop¨ªa, donde los resultados en materia de salud han mejorado.
Si bien gran parte de las instalaciones de Sierra Leona fueron construidas con fondos de donantes, el Gobierno ha acompa?ado el proceso con planes para acelerar la construcci¨®n. El Gobierno y los donantes tienen una responsabilidad conjunta a la hora de implementar una estrategia m¨¢s cautelosa que garantice servicios de calidad.
En la Asamblea Mundial de la Salud de la OMS, los participantes deben poner en el candelero esta responsabilidad y comenzar a repensar las estrategias actuales para alcanzar una cobertura de salud universal. Con un enfoque m¨¢s medido, llevar¨¢ m¨¢s tiempo construir la misma cantidad de cl¨ªnicas. Pero se salvar¨¢n m¨¢s vidas. Y ese es el ¨²nico indicador que deber¨ªa contar.
Samuel Kargbo es director de Pol¨ªticas y Planificaci¨®n en Sierra Leona, miembro del Comit¨¦ Directivo de UHC2030 y miembro New Voices del Aspen Institute 2016.
Copyright: Project Syndicate, 2017.
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