Una escuela de m¨²sica contra el yihadismo
El 'griot' Bassekou Kouyate quiere plantar cara a AQMI con una academia en Bamako
¡°Si no fomentamos la m¨²sica, en menos de 20 a?os, tenedlo por seguro, los yihadistas tendr¨¢n el control absoluto de Mal¨ª¡±, advierte el m¨²sico maliense Bassekou Kouyate a su paso por Gibraltar, donde ofreci¨® un concierto junto a la banda Ngoni Ba, formada por miembros de su familia. Bassekou explica sus planes para construir una nueva escuela de m¨²sica en la capital como revancha al yihadismo que siembra el terror en el pa¨ªs del ?frica occidental.
Han pasado cinco a?os ya desde que, en 2012, el terrorismo hiciera temblar Mal¨ª, considerado hoy un polvor¨ªn del Sahel por albergar al mayor grupo yihadista de la regi¨®n. Como en cualquier guerra, dej¨® muertes y sue?os rotos. Saqueos y violaciones de derechos humanos, especialmente de mujeres y ni?os. Y con la imposici¨®n de la ley isl¨¢mica (shar¨ªa) en el norte del pa¨ªs, algunos?griots dejaron de cantar, otros tantos hicieron su camino hacia el exilio, mientras mercenarios se apoderaban del Azawad. ¡°Vinieron con un mont¨®n de dinero seduciendo a los que no tienen nada, y reclutaron as¨ª a muchos terroristas¡±, denuncia Bassekou, quien ve una relaci¨®n directa entre pobreza y terrorismo.
El pa¨ªs, que se encuentra entre los 25 m¨¢s empobrecidos del mundo seg¨²n el ?ndice de Desarrollo Humano, tiene a la mitad de su poblaci¨®n viviendo en condiciones de pobreza. Para muchos, que se sienten desplazados y marginados dentro de un estado que ocupa una extensi¨®n de casi tres Espa?as, el conflicto ha sido un caramelo. Sin embargo, para la mayor¨ªa, la ganancia personal en detrimento de la unidad ha sido el camino a la debacle y una sentencia de muerte para las futuras generaciones. ¡°Hay personas que no ganan ni 50 euros al mes. No hay que girar la espalda a esas realidades, sino encontrar soluciones para todas las dificultades y luchar para superarlas de forma conjunta. Los m¨²sicos, con nuestras canciones, hablamos a aquellos que menos tienen para evitar que puedan ser reclutados. ?Y ha funcionado hasta hoy! Pero ahora debemos ir m¨¢s all¨¢¡±, explica el griot.
La m¨²sica tradicional mandinga ¨C con instrumentos tan representativos como el balaf¨®n, el ngoni, el tama o la kora- data del siglo XIII y es considerada como un valioso sistema oral de educaci¨®n informal que se transmite de padres a hijos. Por eso, algunos artistas del pa¨ªs consideran que prohibir la m¨²sica en Mal¨ª, como sucedi¨® durante el golpe de 2012, fue querer privar a su poblaci¨®n de ox¨ªgeno. ¡°Nosotros somos los que educamos, los que enviamos mensajes y culturizamos a la poblaci¨®n. Por eso nos quer¨ªan borrar del mapa¡±, explica Bassekou, embajador del ngoni.
Tras la intervenci¨®n militar francesa, los yihadistas parecen haberse diluido, pero el conflicto sigue latente. El pa¨ªs permanece fr¨¢gil y mucha gente sigue teniendo miedo. Ante una situaci¨®n de posconflicto como la que vive el pa¨ªs, el grupo de Ngoni Ba, que acompa?a a Bassekou y que est¨¢ formado por su esposa Amy Sacko, su hijo mayor Madou, su hermano Moctar y su sobrino Mahamadou Tounkara, est¨¢n convencidos de que el pr¨®ximo estadio en el que se debe ganar la batalla no es desde los escenarios, sino desde las aulas. Porque, tal como dice Sacko: ¡°la educaci¨®n musical har¨¢ que cada vez haya m¨¢s j¨®venes haciendo lo mismo que hacemos nosotros, transmitir un mensaje de paz¡±. A lo que Bassekou a?ade: ¡°hay que apoyar a la juventud para que nos puedan tomar el relevo, como nosotros hicimos con nuestros padres¡±.
El presidente de Mal¨ª ha confiado en Bassekou para construir una academia de m¨²sica pionera en la capital
Consciente de la eficacia de la cultura como herramienta de unificaci¨®n nacional y de la necesidad de educar a los j¨®venes que podr¨ªan sostener la m¨²sica como una de las mayores exportaciones malienses, Ibrahim Boubacar Ke?ta, presidente de Mal¨ª desde 2013, confiado en Bassekou Kouyate para construir una academia de m¨²sica pionera en la capital. ¡°El Gobierno maliense me ha cedido una gran parcela de 1.000 metros cuadrados en Bamako para que construya la escuela. Queremos formar a los j¨®venes para que pierdan el miedo, para que hallen un refugio en la m¨²sica en el que encuentren la fuerza para luchar contra el islamismo radical y para construir un futuro mejor¡±, dice Kouyate.
Ayudar a los m¨¢s j¨®venes a generar ingresos y ofrecer formaci¨®n profesional deber¨ªa ser una prioridad para fomentar que los m¨¢s vulnerables se recuperen econ¨®micamente tras el conflicto. Sin embargo la escasez de recursos parece no avanzar en esta l¨ªnea. ¡°Lo peor que sucede hoy es que el terrorismo ha frenado los negocios y el turismo. Despu¨¦s de una guerra siempre hay crisis financiera, el principal problema que tenemos ahora en Mal¨ª es la pobreza. Todo el mundo se lamenta de lo mismo, no hay dinero¡±, se queja el m¨²sico. Y subraya, haciendo alarde de su responsabilidad social: ¡°Solo los malienses podemos encontrar soluciones para la crisis en Mal¨ª, pero precisaremos apoyos¡±.
Para que el proyecto de la escuela sea una realidad, dice, es necesario contar con apoyos externos que puedan hacer posible esta aventura que quiere abordar clases de diferentes instrumentos tradicionales, de voz, de danza, de disciplinas art¨ªsticas como el tinte de telas y talleres de fabricaci¨®n de instrumentos para aquellos que no los pueden adquirir f¨¢cilmente. El primer donante no se hizo esperar. Tras el anuncio que Bassekou hizo del proyecto en el marco del Festival de M¨²sicas del Mundo de Gibraltar y un llamamiento p¨²blico a posibles financiadores, una persona an¨®nima ha sido la primera en aportar un donativo al proyecto.
Educaci¨®n musical para el desarrollo y la construcci¨®n de paz
En los documentales Mali Blues de Lutz Gregor o They Will Have To Kill Us First de Johanna Schwartz, tanto como en la pel¨ªcula Timbukt¨² de Abderrahmane Sissako se plasma c¨®mo la intimidaci¨®n a las culturas locales y a la m¨²sica puso patas arriba a todo el pa¨ªs. Tal como reconoce la directora general de la Unesco, Irina Bokova: ¡°la cultura siempre ha sido v¨ªctima de la guerra como da?o colateral¡±. Sin embargo, tambi¨¦n puede representar un vector de resiliencia, una fuente de fortaleza para hacer frente a la adversidad y para reconstruir la sociedad tras un conflicto. En ?frica encontramos muchos ejemplos de ello. El papel crucial de la m¨²sica en la lucha contra el Apartheid en Sud¨¢frica el siglo XX es solo uno de ellos.
En Mal¨ª, el 81% de ni?os acude a la escuela primaria, casi el 50% hace la secundaria y poco m¨¢s de un 9% realiza estudios terciarios. En el caso de las ni?as, sin embargo, las cifras son peores. Haciendo el an¨¢lisis a la inversa, el 27% no cursa primaria, casi un 63% no tiene estudios de secundaria y el 96% no consigue llegar a la universidad. No obstante, el griot, el m¨²sico tradicional, es un educador que llega donde no lo hace la educaci¨®n formal. Un maestro al que todo el mundo respeta y escucha. Una figura omnipresente con una gran responsabilidad cultural.
¡°Todos quieren aprender. Muchos j¨®venes y chiquillos nos piden que les ense?emos a tocar el ngoni y a cantar. Tenemos siempre a un mont¨®n de gente en casa, y hacemos clases particulares gratuitas regularmente¡±, explica la cantante Amy Sacko, evidenciando el inter¨¦s de la juventud maliense en aprender a tocar un instrumento y profesionalizarse.?
El Fondo Internacional para la Diversidad Cultural de la Unesco ya ha apoyado en diferentes ocasiones el potencial de la m¨²sica como herramienta de desarrollo socioecon¨®mico en otros pa¨ªses africanos, trabajando con j¨®venes de Camer¨²n, Congo, Costa de Marfil, Kenia, Malawi, Mozambique, Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo o Tanzania, para mejorar sus aptitudes en el sector. Y organizaciones sin ¨¢nimo de lucro, como Playing For Change, han levantado peque?as escuelas rurales en el pa¨ªs para movilizar a la infancia entorno de la m¨²sica, aprovechando su arraigo en la sociedad maliense, y dando educaci¨®n en ingl¨¦s o franc¨¦s de forma paralela.
Quiz¨¢s Mal¨ª sea el paradigma del siglo XXI. Aunque a¨²n queda mucho camino por recorrer. ¡°No es momento para bajar la guardia. Es momento de ponerse en pie. Amo ?frica y adoro Mal¨ª. No voy a vivir en otro lado que no sea mi hogar. Para lo bueno y para lo malo, es mi pa¨ªs. Y si luchan contra la m¨²sica, los m¨²sicos debemos levantarnos contra el terrorismo¡±, insiste Bassekou Kouyate. Ahora, a punto de masterizar su quinto ¨¢lbum de estudio, que saldr¨¢ a finales de 2017, los Kouyate prometen que si el proyecto prospera, fundar¨¢n m¨¢s escuelas por todo el pa¨ªs. Especialmente en el norte, la regi¨®n azotada con los peores ¨ªndices de desarrollo, con mayor impacto del cambio clim¨¢tico y la consecuente escasez de alimentos, y la regi¨®n de Mal¨ª con m¨¢s arraigo yihadista.
Wiriko es una magac¨ªn especializado en artes y culturas africanas que pretende explicar el ?frica contempor¨¢nea a trav¨¦s de su creatividad y de la voz de sus artistas. Est¨¢ formado por investigadores del campo africanista, activistas culturales y periodistas especializados en el Sur del S¨¢hara dispuestos a romper con la imagen estereotipada que se tiene del continente.
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