Los destinos masificados toman medidas para que la llegada de turistas no les ahogue
Comunidades y Ayuntamientos regulan los pisos vacacionales y controlan las licencias hoteleras
Espa?a recibi¨® 75 millones de turistas en 2016 y el Gobierno prev¨¦ que este a?o lleguen 83 millones. El 92% de estos visitantes se concentran en solo seis autonom¨ªas (Catalu?a, Baleares, Canarias, Madrid, Comunidad Valenciana y Andaluc¨ªa), seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). La llegada masiva de viajeros ha causado aglomeraciones, problemas de convivencia y aumento de los precios. El turismo, que supone un 11% del PIB y emplea a 2,9 millones de personas, corre el riesgo de morir de ¨¦xito. Ayuntamientos y Comunidades han empezado a legislar para evitar matar la gallina de los huevos de oro.
¡°No hay un modelo ni una soluci¨®n clara en ning¨²n punto del planeta¡±, apunta Mar¨ªa Velasco, experta en pol¨ªticas tur¨ªsticas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Ella mantiene que para lograr una gesti¨®n equilibrada las ciudades deber¨¢n ensayar modelos adecuados a cada contexto. ¡°Es m¨¢s f¨¢cil gestionar una isla o destinos con estacionalidad que ciudades con aeropuertos low cost¡±, aclara.
Ya en 2008 hab¨ªa vecinos que se quejaban de la llegada masiva de visitantes a Barcelona, una de las ciudades espa?olas m¨¢s afectadas por la aglomeraci¨®n de viajeros. Pero este a?o por primera vez el turismo se ha convertido en la principal preocupaci¨®n de los barceloneses, seg¨²n el bar¨®metro del Ayuntamiento, aunque el 86,7% reconoce que es beneficioso, como indica el Informe de Percepci¨®n de la Actividad Tur¨ªstica 2016 del Consistorio.
Agust¨ª Colom, concejal de Turismo del Ayuntamiento de Barcelona, advierte de que los propios turistas se quejan de la masificaci¨®n. El 40,3% de los visitantes considera que en la ciudad hay demasiada gente, seg¨²n la encuesta sobre la Actividad Tur¨ªstica de la Ciudad de Barcelona.
Catalu?a es la comunidad que m¨¢s turistas extranjeros recibe, seguida de las islas Canarias y las Baleares. En 2016 llegaron 18 millones, un 24% del total, y Barcelona fue la ciudad m¨¢s visitada. Durante el verano una media de m¨¢s de 10.000 cruceristas desembarcan cada d¨ªa en el puerto?de la Ciudad Condal y a ellos se les suman los m¨¢s de 75.000 turistas que aterrizan en el aeropuerto de El Prat. La llegada de todos estos visitantes impacta en el d¨ªa a d¨ªa de los residentes. Joan Bala?ac, un vecino de 66 a?os, vive a 200 metros de la Sagrada Familia y asegura que es agotador simplemente ir a hacer la compra: ¡°Es una especie de yincana¡±.
Para evitar los problemas de la masificaci¨®n, el Ayuntamiento ha prohibido la construcci¨®n de nuevos hoteles en el centro; ha puesto en marcha un servicio especial de autobuses regulares en el barrio marinero de la Barceloneta, que tiene la playa m¨¢s cercana al centro de la ciudad, y ha habilitado una web para denunciar y obtener informaci¨®n sobre pisos tur¨ªsticos ilegales. Entre enero y junio de 2017, el Consistorio ha dictado 1.068 ¨®rdenes de cese de alquiler y ha abierto 1.461 procedimientos sancionadores.
Las aglomeraciones han provocado incluso manifestaciones de vecinos en los ¨²ltimos meses y pintadas en el barrio de Gr¨¤cia y cerca del parque G¨¹ell. ¡°Est¨¢is destrozando Barcelona. Turistas, marchaos a casa¡±, se puede leer en ingl¨¦s en una pancarta colgada en un balc¨®n.
Para el profesor de Gesti¨®n Tur¨ªstica Urbana en la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, Paolo Russo, la clave para que el turismo sea sostenible est¨¢ en elaborar un plan que prevea d¨®nde y cu¨¢nto puede crecer el sector en los pr¨®ximos a?os y en controlar que los pisos de alquiler tur¨ªstico cumplan la normativa. Pero el hecho de que la regulaci¨®n sea diferente en cada comunidad aut¨®noma ha provocado una mara?a legislativa con requisitos que suenan a veces excesivos, como tener l¨¢mparas en las mesillas de noche o una ducha antideslizante.
Russo explica que, aunque algunas ciudades como Barcelona ya han empezado a poner las bases para este tipo de pol¨ªticas, hasta que se implementen y se vean los efectos pasar¨¢n a?os. ¡°Si el turismo en Espa?a no se regula, habr¨¢ m¨¢s problemas de congesti¨®n, impactos negativos en la calidad de la experiencia tur¨ªstica y m¨¢s sufrimiento de la poblaci¨®n local¡±, asegura.
Otro ejemplo es el Gobierno balear, que est¨¢ intentando limitar el consumo de alcohol en hoteles con todo incluido, para combatir el turismo de borrachera. Palma tambi¨¦n ha aprobado una moratoria de un a?o para licencias de construcci¨®n de alojamientos de uso tur¨ªstico.?Antonio Ojeda reside en El Arenal, en Palma de Mallorca, y siente que vive en un San Ferm¨ªn que dura cinco meses. Los turistas de fiesta le impiden dormir, le han roto tres veces el espejo retrovisor y han defecado en su calle en varias ocasiones.
El sector del turismo ¡ªimpulsado en los ¨²ltimos a?os por el desplome de viajeros en pa¨ªses como Turqu¨ªa o Egipto por la inestabilidad pol¨ªtica¡ª aporta unos 119.000 millones de euros a la econom¨ªa espa?ola. El profesor de turismo de la UCM Ignacio Ruiz Guerra advierte de que los beneficios actuales no van a ser constantes a medio plazo porque los pa¨ªses que hoy han dejado de ser atractivos volver¨¢n a ser competencia. Para eso, cree que Espa?a debe quitarse la ¡°etiqueta del flamenco, la paella y ol¨¦¡± y encontrar complementos al turismo de sol y playa.
El catedr¨¢tico tambi¨¦n apunta que los hosteleros deber¨¢n adaptarse a las nuevas tecnolog¨ªas, que son ¡°los nuevos canales de comercializaci¨®n¡±. Ruiz Guerra se?ala que Espa?a a¨²n no ha logrado fidelizar a los visitantes de altos ingresos y sostiene que los gobiernos deben fomentar el turismo cultural.
M¨¢laga es una de las ciudades que ha logrado reinventarse?a trav¨¦s de la oferta cultural y est¨¢ tomando medidas para evitar problemas de masificaci¨®n. En los ¨²ltimos 10 a?os, la ciudad ha inaugurado 19 museos y ha pasado de recibir 1,5 millones de turistas en 2013 a 1,8 millones en 2016, seg¨²n el Observatorio de Turismo. El Ayuntamiento ha creado puntos de inter¨¦s tur¨ªstico fuera del casco antiguo, como la Colecci¨®n del Museo Ruso, y ha diversificado los puntos de llegada de los cruceristas.
¡°El fen¨®meno tur¨ªstico es tan fr¨¢gil y tan cambiante que una ciudad del Mediterr¨¢neo como Barcelona puede estar de moda durante 10 a?os y luego dar el relevo a ciudades con caracter¨ªsticas similares como Valencia, N¨¢poles o Marsella¡±, afirma Claudio Milano, profesor de la School of Tourism and Hospitality. El acad¨¦mico propone medidas preventivas para que el turismo no muera de ¨¦xito: fiscalizar los pisos de alquiler tur¨ªstico, bloquear las plazas hoteleras durante un tiempo y no promocionar m¨¢s las ciudades colapsadas. Y concluye: ¡°No se trata de reducir el n¨²mero de turistas, sino de organizar el flujo¡±.
El turismo masivo dispara los precios
La llegada masiva de turistas a Espa?a ha causado la subida de precios y la saturaci¨®n del mercado inmobiliario en algunos lugares. En Ibiza, que multiplica por 11 su poblaci¨®n (149.000 habitantes) en verano, una cama en una habitaci¨®n compartida puede costar m¨¢s de 500 euros y en el hospital Can Misses han habilitado ocho cuartos para alojar a personal sanitario que no encuentra una vivienda.
Dentro del sector tur¨ªstico, tambi¨¦n ha subido el ¨ªndice de precios hoteleros (IPH) ¨Cque no toma en cuenta las pernoctaciones de los clientes extranjeros sino solo las de espa?oles¨C. En junio de este a?o el IPH se situ¨® en el 8,97%, 3,5 puntos por encima del a?o pasado. La tarifa media por habitaci¨®n ocupada ¨Cteniendo en cuenta extranjeros y espa?oles¨C fue de 80 euros en mayo de este a?o, un 8% m¨¢s que en el mismo mes de 2016, seg¨²n datos del INE.
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