?Odio el carril bici!

Madrid ha llegado tarde a la movilidad ciclista, como lo demuestran los datos: los desplazamientos en bici todav¨ªa no llegan ni al 1% del total. ?C¨®mo crecer? Sevilla, por ejemplo, cre¨® una red extensa y conectada de carriles bici segregados: la movilidad a pedales subi¨® hasta el 7%. Otros apuntan a que la bici debe compartir espacio con el coche, y que el crecimiento de las dos ruedas es imposible si no hay restricciones al veh¨ªculo privado.

Estas dos v¨ªas protagonizan un debate que, en principio, deber¨ªa ser t¨¦cnico, pero que en la capital se ha transformado en una enconada discusi¨®n cuasi filos¨®fica: carrilbicistas contra calzadistas. Es decir, defensores y detractores de estas infraestructuras espec¨ªficas. El reciente atropello de un ciclista que circulaba en BiciMad por un carril bici segregado de la calle de Alcal¨¢ ha caldeado -a¨²n m¨¢s- los ¨¢nimos: los detractores de estas v¨ªas culpan a la infraestructura del accidente sin esperar a la investigaci¨®n de las causas. Por otro lado, los nuevos carriles bici inaugurados por el Ayuntamiento tambi¨¦n han sido utilizados como munici¨®n por los calzadistas.

"Madrid hace lo mismo que muchas ciudades, es decir, desarrollar itinerarios de bicicleta que permitan traer nuevos usuarios a las v¨ªas p¨²blicas, no solo en el ¨¢rea central sino tambi¨¦n en los distritos. Queremos invertir esta tendencia y conseguir que la gente vaya en bici a la Universidad, al centro, al trabajo", dice Carlos Corral, subdirector de movilidad sostenible del Ayuntamiento de Madrid, que no quiere entrar en el debate, pero apuesta decididamente por los carriles bici.

Por su parte, Bego?a Villac¨ªs, portavoz municipal de Ciudadanos, ha abrazado las tesis de los calzadistas y pidi¨® ayer a Carmena "revertir estas medidas [los carriles bici segregados]" porque son "una idea antigua y fracasada" y apostar por los ciclocarriles e "integrar las bicicletas en el tr¨¢fico". En su opini¨®n, "en los carriles segregados nadie est¨¢ de acuerdo con ellos, se han quedado solos, y nosotros les pedimos que por favor rectifiquen, que reviertan esta medida". "Los madrile?os est¨¢n cada vez m¨¢s educados en la convivencia", a?adi¨® Villac¨ªs, que justific¨® su razonamiento con una frase agorera: "Prep¨¢rense para septiembre y octubre porque Madrid va a ser la ciudad del atascazo".?

Adem¨¢s, Villac¨ªs reproch¨® al Ayuntamiento que no haya hablado "con todas las asociaciones ciclistas". "Nosotros s¨ª hemos hablado y nos han dicho que no creen en esta f¨®rmula de conducci¨®n, no creen en este tipo de carril bici segregado". Sin embargo, 26 asociaciones ciclistas (como Pedalibre, Madridlineal o Madrid en bici) o firmaron hace poco un manifiesto en apoyo de las medidas que est¨¢ llevando a cabo el Consitorio. Villac¨ªs finaliz¨®: "Veremos un clamor popular pidiendo que estos carriles bici se eliminen".

M¨¢s all¨¢ de que los atascos en la capital -en general en todas la grandes urbes- son end¨¦micos y que la velocidad media de los coches es de 13 kil¨®metros por hora en el interior de la M-30, donde est¨¢n proliferando los carriles bici (que sube hasta los 19 si se ampl¨ªa el rango a las dos circunvalaciones de la capital, seg¨²n datos del Ayuntamiento), Madrid dedica el 80% de su espacio urbano a las cuatro ruedas. En coche se realizan menos del 26% de los desplazamientos en la ciudad; el resto, la mayor¨ªa, a pie o en otro medio de transporte.

Si en la ¨¦poca de crisis muchos ciclistas urbanos defendieron las infraestructuras compartidas en calzada -debido principalmente a la m¨¢xima de "menos da una piedra"-, actualmente los ciudadanos reclaman infraestructuras m¨¢s seguras. Una encuesta realizada por la OCU este a?o en diez ciudades espa?olas destaca que el principal reparo para pasarse a la bici son el exceso de tr¨¢fico y la falta de v¨ªas ciclistas. En este ¨²ltimo apartado, Madrid destaca en negativo (36 puntos sobre 100). "Sin v¨ªas ciclistas no hay seguridad", resume la organizaci¨®n la opini¨®n de los encuestados. Muchos -ciclistas o pol¨ªticos- odiar¨¢n los carriles bici, pero los ciudadanos que no van en bici -que son muchos m¨¢s que los anteriores- parece que ven necesaria esta infraestructura para sentirse seguros y pedalear por la ciudad. Tienen que ver que ir en bici por Madrid no solo es deseable (o sostenible) sino que tambi¨¦n es posible.