El nuevo ¡®gin tonic¡¯ no existe

Hay modas que no pasan. Menuda contradicci¨®n. Las modas, como los seres vivos, nacen, se reproducen y mueren. Son fen¨®menos en boga que de repente se extinguen. Nadie se acuerda de ellas, hasta que pasados unos a?os son recordadas con tanta nostalgia como sonrojo. Y la del gin tonic se eterniza.

El consumidor, ¨¢vido de probar algo nuevo con lo que diferenciarse, est¨¢ confundido. En los ¨²ltimos a?os ha coqueteado con alternativas ¨Cunas serias, otras peregrinas¨C, pero ha salido trasquilado. La primera y m¨¢s razonable fue el vodka tonic. Pronto se anunci¨® como ¡°el nuevo gin tonic¡±. Era un cambio continuista. La t¨®nica permanec¨ªa, la bebida era blanca, el aspecto el mismo. Perfecto para alargar algo que estaba funcionando. Pero¡­

¡°El vodka no sabe a nada y la presencia hist¨®rica de este destilado en Espa?a ha sido mucho menor que la ginebra¡±, explica Narciso Bermejo, propietario de la cocteler¨ªa Macera. Como la transici¨®n amable hacia el vodka tonic no cal¨® en las barras, se dio un volantazo y se se?al¨® a esas bebidas tradicionales que estaban cogiendo polvo en la alacena. El vino de Jerez, el rosado y el verm¨². Otras bebidas que tradicionalmente se consum¨ªan solas se postularon para derrocar al gin tonic con una f¨®rmula sencilla. A?adir t¨®nica, mucho hielo y una copa de bal¨®n. Surgieron el martini blanco con t¨®nica y el Campari con t¨®nica. Pero¡­ ¡°La gente cuando pide una copa quiere alcohol. Y estas bebidas tienen 20 grados [la ginebra y el vodka, 40]¡±, argumenta Bermejo.

El pen¨²ltimo en reclamar el trono es un combinado con alma de c¨®ctel: whisky con ginger ale. Tiene un color atractivo, lleva una rodaja de lima, es refrescante y se sirve en copa grande. Pero... ¡°En Espa?a es el gin tonic casi el ¨²nico representante de la cocteler¨ªa¡±, sentencia Bermejo. Las marcas de ginebra, mientras, lanzan nuevas versiones de sus productos para escenificar la vigencia del gin tonic: algo que se renueva no puede morir. En 10 a?os seguiremos igual.