Aprender de la malaria
Destinar recursos considerables a soluciones de desarrollo inteligentes realmente puede cambiar el mundo
Los grandes avances que se han hecho contra la malaria, una enfermedad que alguna vez fue end¨¦mica en el mundo y que sigue siendo el flagelo de los pa¨ªses en desarrollo, constituye una de las mejores historias de los anales del progreso. En los ¨²ltimos 15 a?os se han salvado m¨¢s de seis millones de vidas. Y lo que es m¨¢s importante a¨²n, las lecciones de este ¨¦xito pueden, y, por lo tanto, deben, aplicarse a otros grandes retos.
La malaria es causada por un par¨¢sito que se transmite a trav¨¦s de los mosquitos. Incluso en casos leves, puede ocasionar fiebre, escalofr¨ªos, s¨ªntomas similares a la gripe y anemia (especialmente peligrosa para mujeres embarazadas y ni?os peque?os). Puede provocar discapacidades intelectuales de por vida, y se estima que cuesta miles de millones de d¨®lares en p¨¦rdida de productividad cada a?o.
La enfermedad se extendi¨® por Europa, desde la c¨¢lida Italia hasta la g¨¦lida Arc¨¢nge, y por gran parte de Estados Unidos. Los pa¨ªses ricos pr¨¢cticamente la erradicaron despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial gracias a la invenci¨®n del insecticida DDT y los medicamentos baratos, convirti¨¦ndola en una dolencia confinada mayormente a los pa¨ªses empobrecidos.
Pero la lucha contra la malaria ha experimentado un avance espectacular desde comienzos del nuevo milenio. Las tasas de mortalidad se han reducido en un 60% desde el a?o 2000, y en ?frica, donde se concentra la enfermedad, las muertes se han reducido a la mitad, de 764.000 en 2000 a 395.000 en 2015.
Los principales actores mundiales contra la malaria son la Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates y el gobierno de Estados Unidos. El presidente George W. Bush present¨® en 2005 la Iniciativa Presidencial contra la Malaria (PMI, por sus siglas en ingl¨¦s) poco despu¨¦s de que mi centro de estudios, el Centro del Consenso de Copenhague, efectuara el primer an¨¢lisis exhaustivo de las pol¨ªticas de desarrollo utilizando an¨¢lisis de coste-beneficio.
Nuestro objetivo era identificar c¨®mo lograr los mayores rendimientos por cada d¨®lar de ayuda al desarrollo. Un panel de ocho eminentes economistas, entre ellos los premios Nobel Thomas Schelling, Vernon Smith, Douglass North y Robert Fogel, analiz¨® nuevas investigaciones y concluy¨® que una de las inversiones m¨¢s eficaces ser¨ªa el control de la malaria. Se lleg¨® a la conclusi¨®n de que, en t¨¦rminos monetarios y bas¨¢ndose en estimaciones conservadoras, cada d¨®lar gastado (0,84 c¨¦ntimos de euro) generar¨ªa beneficios a la sociedad de por lo menos 21 euros.
Nuestro objetivo era identificar c¨®mo lograr los mayores rendimientos por cada d¨®lar de ayuda al desarrollo
Estados Unidos emprendi¨® la causa. Un nuevo estudio efectuado por economistas de la Universidad de Carolina del Norte y la Universidad de Harvard demuestra que el resultado ha sido incluso mejor de lo previsto. Hasta 2014, ese pa¨ªs hab¨ªa gastado alrededor de3.124 millones de euros para salvar a 1,7 millones de ni?os, lo que implica un costo de solo?1.857 euros por cada ni?o. El programa ha generado 27 euros de bien social por cada d¨®lar gastado.
El estudio examin¨® las tasas de mortalidad de ni?os menores de cinco a?os, comparando los 19 pa¨ªses que recibieron mosquiteros, insecticidas y medicinas como parte del PMI con 13 naciones que no los obtuvieron. Los pa¨ªses beneficiarios del programa sufrieron un 16% menos de muertes en ese grupo de edad, salvando alrededor de 1,7 millones de vidas de beb¨¦s y ni?os peque?os.
La lecci¨®n es que destinar recursos considerables a soluciones de desarrollo inteligentes realmente puede cambiar el mundo. Los estudios m¨¢s recientes del Consenso de Copenhague siguen demostrando que la malaria contin¨²a siendo una gran ¡°inversi¨®n¡±, algo que la administraci¨®n de Donald Trump, presidente de los Estados Unidos,? deber¨ªa tener en cuenta al plantearse recortar el gasto en el PMI. (Adem¨¢s, incluso cuando celebramos los recientes ¨¦xitos, est¨¢n surgiendo nuevos retos como la resistencia a los medicamentos.)
La principal ense?anza es que debemos responder a otros desaf¨ªos globales con inversiones inteligentes similares. Al preguntarse por las principales prioridades pol¨ªticas, la gente de todo el mundo se?ala entre ellas la educaci¨®n, la salud y la nutrici¨®n. Pero no todas las inversiones en estas ¨¢reas son iguales: una lecci¨®n que deben tener en cuenta los donantes estatales y privados de diversa envergadura.
En el ¨¢mbito de la educaci¨®n, dar acceso preescolar a ni?os peque?os en ?frica (que de forma desproporcionada no lo tienen) resulta ser una inversi¨®n de desarrollo sumamente ¡°rentable¡±. Por otra parte, la inversi¨®n en formaci¨®n profesional suele generar rendimientos mucho menores. Si pudi¨¦ramos hacer todo, deber¨ªamos hacerlo; pero en un mundo real con recursos limitados, primero tenemos que centrarnos en las mejores inversiones, como las de la malaria.
La lucha contra la malaria ha experimentado un avance espectacular desde comienzos del nuevo milenio
En salud, debemos invertir m¨¢s en el control y tratamiento de la tuberculosis. Se trata de la enfermedad infecciosa m¨¢s mort¨ªfera e ignorada del mundo, si bien su tratamiento es realmente barato. Cada d¨®lar gastado rinde 36 euros de bien social. Por el contrario, aunque suene bien priorizar la atenci¨®n sanitaria general en las zonas m¨¢s pobres del mundo, esto ser¨ªa tan costoso que cada d¨®lar destinado rendir¨ªa mucho menos. Nuevamente, primero debemos destinar los recursos limitados a los mayores avances posibles, y despu¨¦s pasar a la siguiente inversi¨®n m¨¢s eficaz.
El dinero en nutrici¨®n para ni?os peque?os ofrece rendimientos extraordinarios. Nuestra investigaci¨®n muestra que fortalecer productos b¨¢sicos con micronutrientes vitales genera enormes retornos casi en todas partes en que actualmente no se hace. En cambio, los programas para proporcionar animales de granja a las viviendas ¨Cpor ejemplo, en Bangladesh¨C resultan ser una inversi¨®n con un impacto mucho menor.
Existen diferentes maneras de avanzar hacia cada objetivo de desarrollo, y algunas son m¨¢s efectivas que otras. En un mundo en el que no faltan las buenas causas, hacer lo mejor que podamos requiere centrarse primero en las mejores oportunidades. La malaria es un caso de ¨¦xito. Si priorizamos correctamente los muchos otros desaf¨ªos que enfrentamos, podr¨ªa lograrse mucho m¨¢s.
Traducci¨®n del ingl¨¦s: David Mel¨¦ndez Tormen.
Bj?rn Lomborg es profesor visitante de la Copenhagen Business School y director del Copenhagen Consensus Center, que tiene como objetivo estudiar los problemas ambientales y buscar soluciones con los mejores m¨¦todos anal¨ªticos disponibles.
Copyright: Project Syndicate, 2017.
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