Kibera, arte contra la violencia
Una iniciativa promovida por creativos ofrece a los j¨®venes del desfavorecido barrio keniano diversas iniciativas culturales frente a la delincuencia

¡°Kibera es nuestra. Los pol¨ªticos vienen y van, pero cuando las elecciones pasen nosotros tenemos que convivir¡±, dice el humorista keniano Geoffrey Ochieng, al que el resto del pa¨ªs conoce como Oyoo. En la barriada, una de las m¨¢s empobrecidas de ?frica, todos lo respetan. Est¨¢n orgullosos de que uno de los suyos, uno de los de Kibera, fuese coronado como el hombre m¨¢s gracioso de Kenia en la primera edici¨®n del ¨¦xito televisivo TopComic. Por eso, cuando Ochieng se lanz¨® junto con un grupo de c¨®micos, poetas, bailarines y cantantes a combatir la delincuencia a trav¨¦s del arte con la iniciativa Kibera Creative Arts nadie en el barrio dud¨® en abrirle la puerta. ¡°Nos hemos ganado el respeto de la comunidad, ahora tenemos que educar a la gente y usar esa influencia para atraer a los chicos y transformar la sociedad¡±, comenta.
A diferencia de otros proyectos similares que trabajan en el barrio, el Kibera Creative Arts, fundado oficialmente este a?o con la colaboraci¨®n de la ONG espa?ola Kubuka, incorpora un nuevo elemento al discurso solidario: la construcci¨®n de una identidad para Kibera. ¡°Tenemos que vivir como hermanos. Nunca permitas que la pol¨ªtica te haga matar a tu hermano¡±, considera Ochieng, empe?ado en que esta vez la inquina de las elecciones que se celebran este martes no se lleve por delante la paz que tanto ha costado construir. Hace s¨®lo una d¨¦cada, tras las elecciones de 2007, la barriada se convirti¨® junto a la ciudad de Eldoret en el epicentro de una violencia desmedida que se sald¨® con m¨¢s de 1.300 muertos, m¨¢s de un centenar de ellos en el slum, y 600.000 desplazados.
Ahora, mientras el sol luce en el horizonte al otro lado de Nairobi, Kibera es un lugar seguro en el que se puede pasear, degustar un chapati reci¨¦n horneado o incluso disfrutar de una versi¨®n surrealista de Showdown in Manila. En la sede de Kibera Creative Arts, un peque?o espacio de paredes herrumbrosas que en su planta baja es una abarroter¨ªa, todo habla del barrio. La m¨²sica del barrio; las fotos del barrio; las artesan¨ªas del barrio¡hasta las risas son Made in Kibera. M¨¢s all¨¢ de luos o kikuyos, todos aqu¨ª trabajan para darle voz al barrio. Lo de menos es si es a trav¨¦s de una canci¨®n, de unas chanclas recicladas o de un sketch sobre una candidata rastafari. Lo de m¨¢s es que el arte hable de Kibera.
Cada dos meses, el Art Attack Festival se convierte en el escaparate de la otra Kibera. La que va m¨¢s all¨¢ de las monta?as de basura, las estad¨ªsticas disparadas de VIH y del ¨²ltimo atraco. Porque Kibera es mucho m¨¢s que eso. ¡°Aqu¨ª hay mucho talento¡±, dice Ochieng. Hay raperos con orgullo de barrio, artesanas que hacen brillar el ¨®xido y tipos capaces de hacer re¨ªr a los muertos. ¡°Lo que tratamos es de atraer a la juventud para que no caiga en la delincuencia¡±, a?ade.
¡°La gente vota en funci¨®n de su etnia, cree que si uno de ellos est¨¢ en el poder las cosas ser¨¢n mejores para su comunidad¡±, dice el investigador Sekou Toure
Desde la creaci¨®n del barrio, a principios del siglo XX, cuando el Gobierno colonial Brit¨¢nico recompens¨® con sus terrenos a los combatientes nubios que hab¨ªan luchado para la corona durante la Primera Guerra Mundial, Kibera ha sido el destino de miles de migrantes rurales que encontraron en sus techos de zinc cobijo para sus sue?os de prosperidad. Con una extensi¨®n de alrededor de 2,5 kil¨®metros cuadrados, nadie sabe a ciencia cierta cuanta gente vive actualmente en Kibera. Algunas estad¨ªsticas hablan de 600.000, otras dicen que supera ya el mill¨®n de habitantes. ¡°Aqu¨ª hay gente de todas las etnias¡±, apunta el humorista. Y eso convierte a Kibera en una analog¨ªa de la propia Kenia. De sus filias y sus fobias.

El pa¨ªs, con una de las econom¨ªas m¨¢s pr¨®speras de ?frica, se transforma en cada cita electoral en una lucha de clanes, a excepci¨®n de los comicios de 2013 en los que las consecuencias sangrientas de 2007 estaban todav¨ªa demasiado presentes. ¡°El discurso tribal es el lenguaje habitual utilizado por los pol¨ªticos para convencer a sus votantes para que los apoyen", se?ala el reputado comentarista Hezron Ochiel, ¡°esto no es nuevo teniendo en cuenta que el patr¨®n de votaci¨®n en Kenia es en su gran mayor¨ªa ¨¦tnico¡± a?ade. ¡°La gente vota en funci¨®n de su etnia, cree que si uno de ellos est¨¢ en el poder las cosas ser¨¢n mejores para su comunidad¡±, a?ade el investigador en pol¨ªtica social de la Universidad de Nairobi, Sekou Toure Otondi.
As¨ª ha funcionado hist¨®ricamente la pol¨ªtica en Kenia. Desde la vuelta al sistema de partidos en 1991, los kikuyo, la ¨¦tnica m¨¢s numerosa y con mayor influencia del pa¨ªs, han ido fraguando alrededor de sus l¨ªderes pol¨ªticos, encabezados por el padre fundador Jomo Kenyatta y su hijo y actual presidente y candidato a la reelecci¨®n Uhuru, una ¨¦lite econ¨®mica enriquecida con las paredes de cristal que conforman el skyline de Nairobi. El control de las grandes industrias y, sobre todo, la propiedad de las tierras les han ido enfrentando con el resto de las 42 etnias reconocidas oficialmente en el pa¨ªs. A excepci¨®n de los kalejin, aliados coyunturales en las ¨²ltimas citas electorales, el resto de las minor¨ªas se han alineado bajo el mandato del l¨ªder luo Raila Odinga para intentar desbancar al Gobierno de Uhuru Kenyatta.

¡°No dir¨ªa que estamos al borde de una violencia a gran escala como la de 2008, pero las se?ales de alerta ante disturbios post-electorales y violencia ¨¦tnica est¨¢n ah¨ª¡±, advierte Alex Fielding, analista de la consultora de riesgos geopol¨ªticos Max Security Solutions. Odinga, quien en 2007 rechaz¨® la victoria del candidato kikuyo Mwai Kikabi acus¨¢ndolo de fraude electoral y desencaden¨® el enfrentamiento en las calles del pa¨ªs, ya ha dejado entrever que no aceptar¨¢ la mediaci¨®n de la Independent Electoral and Boundaries Commission (IEBC) y ha amenazado con llevar cualquier disputa de nuevo a las calles. Los sondeos aventuran un resultado muy ajustado y esto, apunta Fielding, ¡°incrementa las posibilidades de un choque violento entre los luo y los kikuyu¡±. Y en Kibera los kikuyu son minor¨ªa.
?Ni luo ni kikuyo, aqu¨ª todos somos de Kibera
¡°Nosotros vemos el impacto que tienen las actividades en los chicos¡±, subraya Ochieng, empe?ado en borrar cualquier componente ¨¦tnico que divida a la barriada. Por eso, por encima de los conciertos y festivales como #electionswithoutviolence, el programa m¨¢s importante es el educativo, bautizado como?Mission I?mpossible, en un juego de palabras que el c¨®mico resume en una filosof¨ªa de vida: ¡°Todo lo que quieras llegar a ser es posible¡±.
Abrir la puerta a que los chicos sue?en con ser cantantes, bailarines o cineastas es la mejor estrategia para cerrar el paso al desencanto y a la delincuencia. ¡°Aqu¨ª en Kibera la vida es complicada. Nadie tiene un t¨ªtulo de propiedad de sus casas, as¨ª que un d¨ªa llegan y te tiran todo¡±, se?ala uno de los j¨®venes del barrio. ¡°Pero la gente tiene una inmensa capacidad para recuperarse, para coger la guitarra y empezar de nuevo¡±. Esa inspiraci¨®n art¨ªstica es a menudo la ¨²nica tabla de salvaci¨®n para los chicos de Kibera. Porque no todos pueden acudir a la escuela, a menudo resultad demasiado ¡°cara¡±, apunta Ochieng, y los que lo hacen aborrecen pasar el d¨ªa sentados en sus pupitres. Su manera de aprender se traduce mejor en canciones, bailes y poemas.

¡°Se trata de mostrar a los chicos lo que pueden hacer. No es que todos vayan a ser artistas, pero el arte les da la posibilidad de expresarse. De mostrar que est¨¢n orgullosos de ser de Kibera¡±, sentencia el m¨¢s afamado de los creativos aut¨®ctonos. Cada pocas semanas, dentro del bautizado como Artists' Forum, estrellas locales como Karis, Cedrick Kulaoba o la humorista Mammito Eunice acuden a los centros de primaria y secundaria de la barriada para contar su historia.
¡°Lo que tratamos es de atraer a la juventud para que no caiga en la delincuencia¡±, dice Ochieng
M¨¢s que al voto, que muchos le prometen en redes sociales, Mammito y sus compa?eros del Kibera Creative Arts aspiran a que sus sketches hagan re¨ªr. Y pensar. La sonrisa como reflexi¨®n. ¡°El himno es muy aburrido, te quedas de pie, quieto, como una estatua. Queremos un himno con el que puedas perrear¡±, dice Mammito, que promete llevar a los rastas de Kibera a peregrinar hasta la tumba de Haile Selassie I en Addis Abeba. El objetivo es usar el arte contra la violencia.?
¡°Viendo a esas celebridades cara a cara y escuchando su historia directamente de ellos, los chicos se dan cuenta de que esa gente, esos artistas famosos, son gente real que una vez estuvieron tambi¨¦n en la escuela y que trabajaron duro para ganarse su prestigio. Teni¨¦ndolos enfrente, los chicos comprenden que no es la violencia sino el arte lo que los puede ayudar a salir de la pobreza, concluye Ochieng.
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