Obligados a ser adultos antes de tiempo
En Sud¨¢n del Sur, ni?os y ni?as han visto negados su derecho a una educaci¨®n, a vivir libres de miedo y violencia, a jugar... Los ni?os y ni?as son los que m¨¢s han sufrido el hambre y el conflicto en este pa¨ªs
Cuando conoc¨ª a Ihisa, de 12 a?os, hac¨ªa un a?o que no sab¨ªa nada de sus padres. Su padre se despidi¨® de la familia en su pueblo del estado de Eastern Equatoria (Sud¨¢n del Sur) hace un a?o para irse en busca de trabajo. Unas semanas m¨¢s tarde, su hermano peque?o se disloc¨® la rodilla y su madre se vio obligada a llevarle al hospital a Juba, la capital del pa¨ªs. Desde entonces, no han sabido nada de ninguno de ellos. ¡°No tengo ni idea de d¨®nde est¨¢n mis padres¡±, me dice Ihisa con l¨¢grimas en los ojos.
No es extra?o encontrar hogares encabezados por ni?os y ni?as en Sud¨¢n del Sur. Ni?os y ni?as obligados a ser adultos antes de tiempo, que han visto negados su derecho a una educaci¨®n, a vivir libres de miedo y violencia, a jugar, a disfrutar de una infancia como la que yo tuve. Los ni?os y ni?as son los que m¨¢s han sufrido el hambre y el conflicto en este pa¨ªs, que atraviesa una situaci¨®n cr¨ªtica que Naciones Unidas ha descrito como la peor crisis humanitaria en d¨¦cadas.
Se estima que seis millones de personas, la mitad de la poblaci¨®n, se encuentran en situaci¨®n de crisis, emergencia o cat¨¢strofe, frente a los 5,5 millones de personas en mayo y 4,9 millones en febrero. M¨¢s de un mill¨®n de ni?os y ni?as est¨¢n sufriendo las peores consecuencias de la crisis. Un gran n¨²mero de j¨®venes est¨¢ creciendo lejos de sus padres, lo que les ha llevado a depender unos de otros para apoyarse y salir adelante.
Seis millones de personas, la mitad de la poblaci¨®n, se encuentran en situaci¨®n de crisis
En realidad, aunque Ihisa y sus hermanos sigan esperando, a sus padres podr¨ªa haberles pasado cualquier cosa. Muchos adultos ¡ªy ni?os y ni?as¡ª han muerto en la guerra y otros se han unido a los grupos armados y est¨¢n luchando en las zonas en conflicto. Algunos han abandonado sus hogares en busca de oportunidades de trabajo en ciudades lejanas.
Me impresiona ver a Lazarus, de 17 a?os, y Hiteng, de 14, los hermanos mayores de Ihisa, al frente del hogar y la familia. No solo cuidan y se encargan de Ihisa, sino tambi¨¦n de los gemelos Oting y Oloya, de ocho a?os. Estos cinco ni?os, juntos pero solos, han vivido la realidad m¨¢s dura del hambre. Han llorado y se han consolado unos a otros para intentar dormir, y se han cuidado cuando han sufrido enfermedades.
He venido al pueblo de Ihisa porque Plan International est¨¢ desarrollando un proyecto de seguridad alimentaria y recuperaci¨®n de medios de vida para 28.000 hogares de Torit, un condado al sudeste de la capital, Juba. Como parte de su programa de asistencia alimentaria directa en alianza con el Programa Mundial de Alimentos, Plan International ha distribuido paquetes de frijoles, ma¨ªz y aceite entre la poblaci¨®n.
Los ni?os y ni?as han visto negados su derecho a una educaci¨®n, a vivir libres de miedo y violencia, a jugar...
¡°Antes sobreviv¨ªamos a base de cocos y hojas de las plantas de los alrededores, pero cuando empezaron las lluvias recogimos plantas de los campos¡±, me cuenta Ihisa. ¡°Hiteng, mi hermana, coc¨ªa las plantas con ceniza para darles un poco de sabor salado¡±. Hoy la familia de ni?os ha recibido alimentos y, por primera vez en un tiempo, est¨¢n cocinando frijoles con aceite y sal. ¡°Esta comida nos durar¨¢ un mes¡±, me dice.
La temporada de lluvias ya est¨¢ aqu¨ª, as¨ª que Ihisa y sus hermanos han comenzado a cultivar una parcela de tierra que sol¨ªan trabajar sus padres. En un tiempo podr¨¢n cosechar algunas verduras que les permitir¨¢n sobrevivir mejor. ¡°Me gustar¨ªa que mis padres estuvieran aqu¨ª para ayudarnos con la cosecha¡±, me confiesa Ihisa. ¡°La vida ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil si estuvieran con nosotros¡±.
Stefano Fino es especialista de ayuda humanitaria de Plan International en Espa?a.
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