El pa¨ªs de la interminable espera
Miles de personas llevan m¨¢s de un a?o en Serbia porque sus solicitudes de asilo para la Uni¨®n Europea no reciben respuesta. Acnur, Unicef y el Ministerio de Educaci¨®n preparan un plan para escolarizar a los ni?os
Sabereh tiene 17 a?os, aunque habla con tanta seguridad, firmeza y seriedad que parece mucho mayor. Su infancia ya se ha escapado en alg¨²n momento de esa vida en la que ella siempre fue refugiada. Primero, como afgana en Pakist¨¢n. Pero la inocencia se pudo haber esfumado en los meses de traves¨ªa entre Pakist¨¢n y Serbia, con su destino y el de su familia en manos de traficantes para sortear a las autoridades de todos los pa¨ªses que cruz¨®. Pudo haberse perdido entre las decisiones que los Estados europeos iban tomando durante sus meses de viaje. Cuando lleg¨® a Serbia, Hungr¨ªa acababa de levantar una valla gigante y se hab¨ªa reforzado la frontera con Croacia. Su viaje par¨® ah¨ª.
La joven habla muy bien ingl¨¦s. Sonr¨ªe poco. Lleva un a?o viviendo en un campo de refugiados situado a una hora de distancia de Belgrado. Est¨¢ junto a sus padres y su hermana, dos a?os menor, a la espera de una respuesta de asilo de Europa. Una respuesta que no llega y que no le ha llegado a nadie que ella conozca. Y en las que las organizaciones internacionales no tienen mucha fe.
Ya est¨¢ de vacaciones escolares, pero en los dos ¨²ltimos meses del curso pudo acogerse a un proyecto mediante el que organizaciones internacionales, como el programa de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y Unicef, buscan que se pueda ofrecer una educaci¨®n a los miles de menores atrapados en Serbia. Sus clases eran en serbio y no se les facilit¨® libros, "pero por lo menos tuve la oportunidad de escuchar el idioma, aprender durante las clases de ingl¨¦s y las de matem¨¢ticas, y no sent¨ª que estuviera perdiendo el tiempo en el campo sin hacer nada", explica Sabereh.
Mirjana Ivanovic-Milenkovski, que ejerce como coordinadora de comunicaci¨®n en las instalaciones que ACNUR tiene en Belgrado, aclara que cuando Serbia era un pa¨ªs de paso para refugiados, hab¨ªa que centrarse en dar asistencia m¨¦dica y alimento. "Pero ahora contamos con una poblaci¨®n que ha llegado a ser fija en el pa¨ªs. Adem¨¢s de la necesidad de ofrecer servicios sanitarios, alojamiento y comida a diario, tambi¨¦n hay que ofrecer educaci¨®n a los menores".
Educaci¨®n para todos los menores
Recuerda la representante de ACNUR que de acuerdo con la legislaci¨®n serbia, todos los menores que pasen m¨¢s de un mes en el territorio deben recibir educaci¨®n. "Y esto no se est¨¢ cumpliendo", asegura. Los c¨¢lculos de la organizaci¨®n apuntan a que, de las casi 7.000 personas registradas en Serbia, casi la mitad son menores de edad y la mitad de estos est¨¢n solos en el pa¨ªs.
De las casi 7.000 personas registradas en Serbia, casi la mitad son menores de edad
"Quiero ser neur¨®loga, y mi hermana dice que quiere ser piloto de avi¨®n", dice Sabereh. Su rostro se muestra preocupado: "Siempre he querido estudiar Medicina, pero ya no s¨¦ si podr¨¦, ya he perdido dos a?os de educaci¨®n y qui¨¦n sabe cu¨¢ntos m¨¢s perder¨¦", explica, para luego preguntar:"?Se sabe algo sobre si Europa est¨¢ aceptando las demandas de asilo?".
Por el momento, durante el verano, las dos hermanas asisten a cursos que imparten asociaciones locales como Psychosocial Innovation Network o Refugee Aid Serbia, que disponen de programas especializados para la integraci¨®n social de los llamados refugiados. ¡°Voy a clases de ingl¨¦s e inform¨¢tica, y a los talleres que me parecen interesantes¡±, explica.
Hay una larga lista de organizaciones que se han ido creando en torno a los refugiados durante este ¨²ltimo a?o, en muchos casos por personas llegadas de otros pa¨ªses que trabajan sin ¨¢nimo alguno de lucro y que no quisieron cerrar los ojos ante lo que est¨¢ sucediendo a un paso de Europa. Sobre ellas recae la responsabilidad de que esta crisis humanitaria no haya llegado a m¨¢s. Trabajan por cubrir las necesidades b¨¢sicas de los refugiados y por ofrecer alternativas de ocio. Y normalmente viven del dinero que consiguen a trav¨¦s de campa?as de captaci¨®n de fondos en internet.
Ampliar el cupo de los centros escolares
"La idea es que m¨¢s ni?os comiencen al colegio el pr¨®ximo a?o escolar, que arranca en septiembre", aclara Mirjana Ivanovic-Milenkovski desde ACNUR. Unicef y el Ministerio de Educaci¨®n est¨¢n trabajando para incrementar la capacidad de las escuelas locales, seg¨²n las informaciones de esta agencia de refugiados, aunque los planes todav¨ªa no se han concretado. Gracias a esta clase de iniciativas, el pasado curso 90 menores de este colectivo pudieron volver a las aulas durante los ¨²ltimos meses. De todos modos, hay una traba: la burocracia en Serbia funciona muy lenta y ni siquiera todos los menores est¨¢n en campos de refugiados. Muchos incluso viven en la calle.
El pasado curso 90 menores refugiados pudieron volver a las aulas durante los ¨²ltimos meses
Explica Milenkovski que se ha contemplado que hay "una barrera ling¨¹¨ªstica¡± pero las asociaciones conf¨ªan en la idea de que los ni?os aprenden m¨¢s r¨¢pido. ¡°Es muy positivo que puedan socializar, trabajar con otros ni?os, para conseguir una mayor inclusi¨®n social y un intercambio cultural en este nuevo pa¨ªs en que los refugiados est¨¢n apartados. Para los padres es bueno tener unas horas para sus cosas, en un ambiente tan estresante como el que est¨¢n viviendo¡±, concluye.
Puertas cerradas y mucha incertidumbre
La familia de la joven Sabereh, como tantas otras personas, ha solicitado asilo a Hungr¨ªa por recomendaci¨®n de las autoridades. El objetivo es moverse despu¨¦s hacia el pa¨ªs al que quieren llegar, Alemania, donde ya tiene parientes. Sin embargo, en la pr¨¢ctica Hungr¨ªa no es pa¨ªs para refugiados. Sus gobernantes han dicho que no aceptar¨¢n a nadie m¨¢s aunque esto suponga asumir una multa millonaria desde la Uni¨®n Europea. Polonia y Rep¨²blica Checa han adoptado la misma postura. En general, las cifras no muestran muchas m¨¢s esperanzas: en 2015 los pa¨ªses del territorio se comprometieron a acoger a 160.000 personas y, a dos meses de que se acabe el plazo, las promesas no se han cumplido.
En el caso de Espa?a, como va informando a tiempo real la iniciativa Venid Ya, queda un mes para reubicar a m¨¢s de 15.000 personas, cerca del 90% de lo prometido hace casi dos a?os en el acuerdo de Bruselas.
La competencia que estos miles de afganos encerrados en Serbia tienen es grande: en caso de acogida, las personas sirias en Turqu¨ªa y Grecia parecen ser la prioridad para los pa¨ªses europeos. Afganist¨¢n es un conflicto que ya se ha alargado demasiado en el tiempo como para ser considerado de urgencia.
"No sabemos qu¨¦ va a pasar"
Las asociaciones humanitarias necesitan fondos a largo plazo, mientras que el Gobierno de Serbia quiere que la Uni¨®n Europea apoye m¨¢s planes educacionales y de salud. "No sabemos qu¨¦ va a pasar en el futuro", explica la portavoz de ACNUR. Se ha creado un plan de respuesta a migrantes y refugiados que se centra en seis aspectos como la nutrici¨®n, la educaci¨®n y los servicios sanitarios, adem¨¢s de una mejora de los campos y del transporte para moverse fuera de ellos en caso de emergencia.
Ante la falta de respuesta a las demandas de asilo, muchos j¨®venes, sobre todo aquellos hombres o ni?os que han llegado solos, tratan de llegar a la Uni¨®n Europea de forma ilegal. "El juego", como llaman a esta pr¨¢ctica, consiste en pasar varios d¨ªas y noches en el bosque que separa Serbia de Croacia hasta conseguir llegar a este pa¨ªs, que desde 2013 forma parte de la UE. Son jornadas de dormir de d¨ªa a la intemperie y de caminar de noche sin luz para no ser descubiertos. Las organizaciones locales presentes en la regi¨®n ya han denunciado en varias ocasiones que la polic¨ªa croata se muestra violenta con aquellos j¨®venes a los que pilla en el camino, que les roban lo que llevan encima y que los devuelven a Serbia aunque los encuentre ya en Croacia y lejos de la frontera, todas ellas pr¨¢cticas ilegales.
Las familias no pueden permitirse participar en este arriesgado juego. Es peligroso y cansado, por lo que solo les queda esperar. Desde que las fronteras fueron reforzadas, el precio de los traficantes se ha duplicado hasta unos 3.000 euros para cruzar, seg¨²n informan los propios refugiados, que se quejan de que ni siquiera con ellos se consigue el objetivo en muchos de los casos. Hay quienes ya se han gastado alrededor de 4.000 euros por persona para llegar desde Afganist¨¢n hasta Europa. En el caso de las familias, esto supone una inversi¨®n millonaria. Y los ahorros se van agotando ya que los refugiados, al ser considerados migrantes ilegales, no tienen permitido trabajar en Serbia.
¡°Las autoridades serbias deber¨ªan mejorar su sistema de asilo para distinguir entre migrantes econ¨®micos y refugiados. Sucede que los afganos, iraqu¨ªes y pakistan¨ªes (mayor¨ªa de los que se encuentran en Serbia) consiguen poco el asilo, no es como el caso de las personas de Siria. Pero eso no quiere decir que no sean refugiados y que no sean v¨ªctimas de la violencia en sus pa¨ªses. Hay que contar con profesionales que analicen cada caso de forma individual. De hecho, calculamos que en Serbia el 85% cumple requisitos para pedir asilo¡±, rezan las recomendaciones que ha presentado ACNUR a las autoridades.
En Serbia el 85% cumple requisitos para pedir asilo
Pedir asilo en Serbia
Tambi¨¦n han planteado la opci¨®n de que presenten solicitudes oficiales para quedarse en Serbia y vivir de forma legal en el pa¨ªs, abunda Milenkovski. "Cuando lo propusimos, m¨¢s de 2.500 personas expresaron su inter¨¦s, pero finalmente solo 94 lo hicieron. Incluso muchos de quienes lo han pedido tambi¨¦n tratan de irse¡±.
Suena bien, pero en la pr¨¢ctica, de nuevo, la lentitud de la burocracia choca con la propuesta. Noor es uno de los que ha pedido asilo en el pa¨ªs. Lleva tiempo aprendiendo serbio y ya es capaz de tener conversaciones cotidianas en el idioma local. Ha conocido nuevos amigos gracias a las asociaciones creadas para la integraci¨®n social y le gusta el pa¨ªs. Lleva ocho meses esperando una respuesta a su solicitud. ¡°Aqu¨ª las leyes cambian tanto como el clima¡± y lo dice apuntando a un cielo que se muestra tan vers¨¢til que no permite adivinar si va a caer una tormenta o si va a volver el sol.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Refugios guerra
- Unicef
- Educaci¨®n primaria universal
- Serbia
- Acnur
- Educaci¨®n primaria
- Refugiados
- Ense?anza general
- Calidad ense?anza
- Balcanes
- V¨ªctimas guerra
- Europa sur
- ONU
- Infancia
- Salud p¨²blica
- Pol¨ªtica sanitaria
- Sistema educativo
- Europa
- Conflictos
- Organizaciones internacionales
- Sanidad
- Educaci¨®n
- Relaciones exteriores
- Salud
- Sociedad
- Planeta Futuro