La Noruega antinmigraci¨®n
La victoria de la coalici¨®n de derechas alimenta el populismo xen¨®fobo en Europa
Olviden las purgas estalinistas, el genocidio ruand¨¦s y la invasi¨®n de Irak. Para Nigel Farage -exl¨ªder del partido ultranacionalista brit¨¢nico UKIP-, cuando Angela Merkel acept¨® abrir las fronteras alemanas a los refugiados en 2015 tom¨® ¡°la peor decisi¨®n de cualquier l¨ªder en la historia pol¨ªtica moderna¡±. Cierto que Farage tiende a tintar sus declaraciones del mismo color que sus corbatas, pero incluso en este caso la afirmaci¨®n hubiese resultado chillona para cualquier observador sobrio hasta hace pocos a?os.
No hoy ni aqu¨ª, en la Europa de 2017. Este mismo mes, Noruega y Alemania despliegan los escenarios electorales m¨¢s recientes de una batalla entre cosmopolitismo y nacionalismo que tiene en los inmigrantes su da?o colateral m¨¢s directo. En el primer caso, el partido conservador de Erna Solberg ¨Cadem¨¢s de liberales y cristianodem¨®cratas, que apoyaron la investidura- cruz¨® el Rubic¨®n en 2013 formando gobierno con el Partido del Progreso. Esta perla negra de la pol¨ªtica n¨®rdica es conocida por su discurso contra los refugiados y por su relaci¨®n con grupos de vigilantes callejeros como los Soldados de Od¨ªn, una pandilla con la que usted no querr¨ªa merendar. Ninguna de estas razones ha sido suficiente para excluirles de un gobierno en el que han controlado siete ministerios, incluido el de inmigraci¨®n, claro.
En pasado lunes Solberg y sus colegas de taberna perdieron parte del apoyo electoral, pero renovaron su mandato. Con ello se abre a¨²n m¨¢s la v¨ªa de agua que amenaza con hundir, precisamente donde parec¨ªa ser m¨¢s fuerte, la idea de una Europa donde los derechos fundamentales de los ciudadanos no dependen de la posesi¨®n de un pasaporte.
Lamentablemente, no es el ¨²nico caso. De acuerdo con el proyecto que acaba de presentar la Fundaci¨®n porCausa, la antinmigraci¨®n se ha restablecido en Europa como una opci¨®n ideol¨®gica y pol¨ªtica m¨¢s cercana a la norma que a la excepci¨®n. A lo largo de once pa¨ªses -adem¨¢s del Parlamento Europeo-, los diferentes estudios de caso realizados por porCausa ilustran el auge del populismo xen¨®fobo, cuyos partidos y movimientos han alcanzado resultados heterog¨¦neos en sus ¨²ltimas citas electorales: desde el 46% del FP? austriaco y el ascendiente presidencial de Marine Le Pen en Francia, a la marginalidad pol¨ªtica y social de los partidos de extrema derecha en Espa?a y Portugal, pasando por un abanico de posibilidades en los dem¨¢s pa¨ªses. En el caso del Europarlamento, nada menos que 130 de los 751 esca?os de la c¨¢mara est¨¢n ocupados por representantes de opciones abiertamente antinmigratorias.
La gravedad de este fen¨®meno no se deriva tanto de la fuerza electoral de movimientos que hasta hace solo unos a?os hubiesen limitado su influencia a hinchadas de f¨²tbol y oscuros espacios de internet, sino de su capacidad para contaminar la posici¨®n de partidos tradicionales que alternan el poder con la oposici¨®n. Si Noruega es un caso alarmante, no lo es menos el de Hungr¨ªa y Polonia, en manos de supremacistas religiosos. O la inquietante naturalidad con la que partidos conservadores (e incluso liberales y socialdem¨®cratas) han aceptado discutir opciones que antes eran sencillamente intolerables, como el cuestionamiento de las responsabilidades internacionales de protecci¨®n o los acuerdos migratorios con Estados autocr¨¢ticos o fallidos (el caso de Libia). Todo parece justificado con tal de responder a la histeria colectiva que ellos mismos han ayudado a crear.
En Espa?a, por diferentes razones, los partidos de la extrema derecha no han conseguido todav¨ªa levantar el vuelo. Su representaci¨®n electoral sigue siendo marginal e h¨ªperfragmentada. Pero eso no garantiza que la sociedad est¨¦ inoculada contra los sentimientos e ideas que estos representan, como recordaba ayer Lucila Rodr¨ªguez-Alarc¨®n en este blog. La reacci¨®n a los atentados del 17A en Catalu?a ilustr¨® hasta qu¨¦ punto la islamofobia se esconde a flor de piel. Esto cuenta porCausa: ¡°De acuerdo con los informes de la Plataforma Ciudadana contra la Islamofobia (...), los incidentes contra musulmanes se doblaron entre 2015 y 2016 hasta alcanzar las 573. Desde la propagaci¨®n de rumores hasta la incitaci¨®n directa a la violencia, los ataques han ido cobrando importancia en su n¨²mero y su virulencia. Y lo han hecho amparados por la impunidad que ofrece el rechazo generalizado a la violencia yihadista¡±.
?Qui¨¦n frenar¨¢ este fen¨®meno? No miren a los partidos de izquierda, sino a una sociedad civil valiente y creativa. Pero eso es material de otra entrada.
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