Camar¨®n del Majes, otro tesoro en peligro
El crust¨¢ceo vive la temporada m¨¢s complicada de su existencia por el clima, la depredaci¨®n humana y la contaminaci¨®n
El camar¨®n del Majes, el Oco?a y el Tambo, los tres grandes r¨ªos de Arequipa, al sur del Per¨², es uno de los grandes emblemas de la despensa peruana y est¨¢ en serio peligro. De hecho, vive la que seguramente es la temporada m¨¢s complicada de su existencia. Los golpes le han ca¨ªdo por todos lados. Por el del clima, para empezar, con las lluvias torrenciales provocadas por El Ni?o en el papel protagonista, que han arrasado los r¨ªos en pleno proceso de reproducci¨®n, destrozado de paso su h¨¢bitat natural. Pero sobre todo est¨¢ la mano del hombre. El Ni?o lleg¨® cuando el camar¨®n sufre la mayor depredaci¨®n que se ha conocido nunca. La multiplicaci¨®n del n¨²mero de pescadores, el furtivismo protegido por autoridades que cobran por no sancionar, y la proliferaci¨®n de pr¨¢cticas ilegales.
La contaminaci¨®n provocada por las mineras, los vertidos incontrolados de las poblaciones que recorren el cauce del r¨ªo, la ausencia de depuradoras, la proliferaci¨®n de arrozales contaminados con insecticidas y tratamientos o la sobreextracci¨®n de agua del cauce para usos agrarios agrandan la lista de responsables de una crisis que ven¨ªa siendo anunciada. Tambi¨¦n tiene mucho que ver un cami¨®n frigor¨ªfico que ha recorrido cada noche de la ¨²ltima veda algunas localidades de la ribera del Majes, haciendo paradas de madrugada en lugares como Corire o Aplao.
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En cada lugar iba cargando cajas y m¨¢s cajas de camarones capturados en plena ¨¦poca de reproducci¨®n. Todo suced¨ªa entre las dos y las cuatro de la madrugada y era conocido por todos, aunque hay que esconderse para que alguien consienta contarlo. El destino del cami¨®n era una planta congeladora en Lima, donde esperaron a los primeros d¨ªas del final de la veda, cuando el precio del camar¨®n se multiplica. Los responsables son los propios pescadores que deb¨ªan proteger el producto que sustenta su vida. El silencio es casi absoluto, pero conozco a algunos recolectores y consigo arrinconar a uno. "Hay que pagar la escuela de los hijos", acaba respondiendo en un reconocimiento t¨¢cito. Nadie ha entendido por aqu¨ª que el camar¨®n, cada d¨ªa m¨¢s escaso y demandado, no puede ser un producto popular y barato, y que la supervivencia del pescador y de la especie est¨¢n m¨¢s en el precio que en el volumen. Quienes deber¨ªan cuidarlo se acabaron alineando con sus grandes enemigos.
El barbasco tambi¨¦n tiene algo que ver. Se trata de una preparaci¨®n hecha con las ra¨ªces de ciertas plantas que vertida en el r¨ªo tiene efectos narc¨®ticos sobre peces y crust¨¢ceos. Utilizado desde hace siglos, parece que no tiene efecto en el hombre, pero consigue que las especies fluviales queden flotando. No hace distingos entre las piezas que han cubierto la talla m¨ªnima legal y las que est¨¢n por debajo. Un comerciante de camarones, intermediario diario entre los pescadores y los restaurantes de Arequipa, me cuenta que se utiliza sobre todo para abastecer la tremenda demanda que impulsa la fiesta anual del camar¨®n. Todo el mundo se resiste hoy a dar cifras, pero en 2012 se sirvieron alrededor de dos toneladas de crust¨¢ceos durante el fin de semana que dura la fiesta.
El camar¨®n del Majes puede llegar a superar los 15 cent¨ªmetros de largo, tiene la carne dulce y perfumada, y muestra un aspecto cercano al de un cangrejo de r¨ªo convencional: el cuerpo est¨¢ cubierto por un caparaz¨®n marr¨®n azulado y se distingue definitivamente porque los machos exhiben una pinza de considerable tama?o y otra mucho m¨¢s chica, mientras las de la hembra son min¨²sculas. Hay otros camarones en los r¨ªos peruanos que concluyen su recorrido en el Pac¨ªfico, sobre todo en algunas zonas del norte, pero en ning¨²n caso con la abundancia que se conoce en Arequipa. Tampoco han sido capaces de marcar los destinos de la cocina local como lo hacen estos. El chupe de camarones, un guiso espeso y caldoso muy popular en Per¨², es uno de los grandes emblemas de la cocina arequipe?a. Tambi¨¦n es la base de platos locales como el sivinche o el celador, rescatados y puestos en valor por el trabajo en las picanter¨ªas locales. Algunas picanter¨ªas y restaurantes de Arequipa han decidido retirar el camar¨®n de sus cartas o al menos limitar su presencia.
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