El sexo del entrenador de su hijo importa
?Har¨¢n m¨¢s caso los chicos a un hombre? ?Es m¨¢s eficaz el entrenamiento con una mujer? La respuesta va mucho m¨¢s all¨¢
Si aceptamos que, como dice la OMS, la actividad f¨ªsica es buena para la salud de los ni?os y contribuye a su desarrollo social ¡°d¨¢ndoles la oportunidad de expresarse y fomentando la autoconfianza, la interacci¨®n y la integraci¨®n¡±, la hora del entrenamiento de f¨²tbol, hockey o baloncesto es tan importante como una clase de Matem¨¢ticas o Geograf¨ªa. Y, por extensi¨®n, el entrenador deportivo es como el profesor que les ense?a ra¨ªces cuadradas o los r¨ªos de Espa?a, pero con ch¨¢ndal.
La responsabilidad del entrenador es grande, y se espera de ¨¦l o ella que imponga una suerte de liderazgo sin mano dura. ¡°Debe ser un educador-entrenador¡±, dice Alejo Garc¨ªa-Naveira, coordinador de Psicolog¨ªa del Deporte del Colegio Oficial de Psic¨®logos de Madrid. "Por este orden, debe formar en valores a trav¨¦s del deporte ¡ªesfuerzo, superaci¨®n, trabajo en equipo, etc¨¦tera¡ª, desarrollar h¨¢bitos saludables ¡ªalimentaci¨®n, descanso, etc¨¦tera¡ª, fomentar los estudios y contribuir a la mejora deportiva".
Para lograrlo hay que combinar magistralmente dos modelos de mando: el directivo o autoritario y el flexible o participativo. ¡°El alumno tiene que sentirse respetado e integrado dentro de un buen ambiente de entrenamiento con normas previamente establecidas. Cuanto m¨¢s inmaduro sea el alumno, m¨¢s apoyo emocional necesitar¨¢, y cuanta menos destreza deportiva tenga, m¨¢s directivo hay que ser¡±. Todo ello, adem¨¢s, avisando al ni?o cuando lo hace mal sin que eso le suponga un trauma, a trav¨¦s de ¡°estrategias psicol¨®gicas como el refuerzo positivo [concesi¨®n de una recompensa, que puede ser intangible] o el castigo negativo [retirada de un est¨ªmulo deseado]¡±, a?ade el psic¨®logo.
"Cuanto m¨¢s inmaduro sea el alumno, m¨¢s apoyo emocional necesitar¨¢, y cuanta menos destreza deportiva tenga, m¨¢s directivo hay que ser", (Alejo Garc¨ªa-Naveira, coordinador de Psicolog¨ªa del Deporte del Colegio Oficial de Psic¨®logos de Madrid).
Como dice Jos¨¦ Julio Espina, presidente de la Asociaci¨®n de Entrenadores de Balonmano, el entrenamiento con ni?os debe tener un componente l¨²dico. ¡°El aspecto competitivo no debe arruinar la diversi¨®n. Para lograrlo, el monitor tiene que complementar sus conocimientos t¨¦cnicos con nociones de coaching. L¨®gicamente, a medida que el ni?o se va haciendo mayor debe ir disminuyendo el aspecto l¨²dico y aumentando el competitivo¡±.
"Una mujer no va a darme ¨®rdenes a m¨ª..."
?Eso es tambi¨¦n lo que padres e hijos esperan del entrenador? Ellos han trazado su propio retrato robot. Se sabe, por ejemplo, que a la mayor¨ªa de progenitores no les importa la edad, pero uno de cada cuatro padres ¡ªque no madres¡ª prefiere que tenga entre 31 y 40 a?os. La mitad de los ni?os prefieren que sea var¨®n, mientras que, a la otra mitad, el sexo del entrenador les trae sin cuidado (solo un 1,4% prefiere una entrenadora).
En cambio, para una amplia mayor¨ªa de ni?as ¡ªel 84,8%¡ª, el sexo del entrenador no es relevante. Lo reflej¨® un estudio de la Universidad de Texas del Norte publicado en Journal of Sport Behaviour en 1999. Una de las disciplinas con m¨¢s tir¨®n entre las chicas, y en la que es habitual que un hombre desempe?e la funci¨®n de entrenador ¡ªen un 60% de los casos¡ª, es el balonmano.
Otro estudio, publicado el pasado mes de julio en Journal of Sports Science and Medicine, realizado por investigadores de Corea del Sur, se ha centrado en analizar las preferencias de los deportistas adolescentes en cuanto al sexo del entrenador. Hall¨® que, aunque no hab¨ªa diferencias significativas, los j¨®venes atletas toleran mejor una actitud autoritaria cuando los entrena un hombre y no tanto cuando se trata de una entrenadora. Cuando tienen entrenadora, los deportistas eligen como habilidades preferidas su eficacia en el entrenamiento y el feedback positivo.
¡°Los ni?os no muestran preferencias ante el hecho de tener un entrenador o una entrenadora, y, por supuesto, no hay absolutamente ninguna diferencia en el rendimiento¡±, explica Jos¨¦ Julio Espina, presidente de la Asociaci¨®n de Entrenadores de Bal¨®nmano (AEBM). Sorprende que, si el sexo del entrenador no influye, no se den m¨¢s casos de mujeres que entrenan a chicos, tampoco en el ¨¢mbito profesional. Una de las excepciones es Irene Vilaboa, entrenadora del equipo masculino de Primera Divisi¨®n Nacional de balonmano Bueu Atl¨¦tico, de Pontevedra. En la NBA, Becky Hammon es ayudante del entrenador de los San Antonio Spurs (equipo que qued¨® subcampe¨®n de la Conferencia Oeste la pasada temporada) y Nancy Lieberman, su hom¨®loga en los Sacramento Kings.
En 2015, Justine Siegal fue contratada por el equipo de b¨¦isbol masculino Oakland Athletics para ocupar el puesto de entrenadora, cosa que ocurr¨ªa por primera vez en la MLB (Liga Mayor de B¨¦isbol). Ha fundado la ONG B¨¦isbol Para Todos, a fin de brindar oportunidades a las chicas de jugar y entrenar. Es tambi¨¦n profesora en la Universidad del Nordeste (Massachussetts, EE UU), desde donde promueve la equidad en el deporte. ¡°Los hombres escuchar¨¢n a cualquiera que ellos crean que va a hacerles mejores jugadores¡±, declar¨® a la CNN.
Sorprende que, si el sexo del entrenador no influye, no se den m¨¢s casos de mujeres que entrenan a chicos, tampoco en el ¨¢mbito profesional.
A la inversa, hay escollos que pueden entorpecer la relaci¨®n entre un entrenador y sus jugadoras. Como pon¨ªa de manifiesto un art¨ªculo publicado all¨¢ por 1999 en The New York Times, titulado Cuando los atletas son de un sexo y el entrenador de otro, ¡°muchos entrenadores ¡ªguiados por estereotipos¡ª o son insensibles a las necesidades emocionales de las adolescentes y a su desarrollo f¨ªsico, o simplemente las ignoran¡±. Por otra parte, ¡°las deportistas son particularmente vulnerables debido a que est¨¢n educadas para complacer a las figuras autoritarias masculinas¡±.
En el mismo art¨ªculo, la doctora Brenda Armstrong, de la Universidad de Duke (Carolina del Norte, EE UU), afirmaba que una cr¨ªtica dura no tiene el mismo impacto en chicos que en chicas: ¡°La sociedad ha establecido que ellos pueden soportar cualquier clase de cr¨ªtica, pero ellas son m¨¢s sensibles¡±.
¡°Existe un condicionante cultural y una brecha social-deportiva a superar en torno al sexo¡±, opina Garc¨ªa-Naveira. Lo que importa es que la persona que gu¨ªa a los ni?os y adolescentes en su desarrollo deportivo tenga buenas aptitudes, tanto t¨¦cnicas como psicol¨®gicas. ¡°Al final de todo, estamos hablando de personas ¡ªa?ade el psic¨®logo¡ª y, ya sea un hombre o una mujer, tiene que cubrir el perfil y asumir el rol del educador-entrenador. Del mismo modo, las entidades deportivas tienen la responsabilidad legal y moral de seleccionar a los mejores entrenadores con los que los menores de edad tendr¨¢n sus experiencias deportivas¡±.
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