La fiesta noct¨¢mbula de Saint Laurent

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Para preparar su tercera colecci¨®n para Saint Laurent, Anthony Vaccarello hurg¨® en los archivos de la firma hasta encontrar una serie de im¨¢genes que lograron inspirarle. Despu¨¦s las colg¨® en la pared de su casa, como tiene costumbre, para que tutelaran su colecci¨®n para la temporada primavera-verano 2018, destapada este martes por la noche en la segunda jornada de la Semana de la Moda de Par¨ªs. ¡°Encontr¨¦ un vestido de alta costura de los ochenta al que di literalmente la vuelta, porque me parec¨ªa interesante subrayar su volumen. Y tambi¨¦n distintas colecciones de los noventa, y un gui?o a esa viajera que viv¨ªa haciendo idas y venidas entre Par¨ªs y Marrakech¡±, confesaba el dise?ador en el backstage, t¨ªmido e impasible entre elogios desmedidos que se encadenaban a su alrededor. ¡°Solo he querido contar la historia de Saint Laurent y la de Par¨ªs. Nada m¨¢s¡±, afirm¨® el dise?ador.

De entrada, su desfile fue una demostraci¨®n de poder¨ªo. Saint Laurent instal¨® una espectacular pasarela en el Trocadero de la capital francesa, con la Torre Eiffel brillando en segundo plano. Bajo la luz cegadora de los focos, esa alargada superficie de cemento cobraba el aspecto de una pista de hielo, sobre el que las modelos desfilaban como patinadoras del espacio exterior, o tal vez como amazonas que regresaban de alg¨²n inframundo. De fondo sonaron los preludios de Chopin y la electr¨®nica furibunda de Natlife, sobre los que Vaccarello present¨® dos l¨ªneas en una. Una era diurna: blusas anchas y bohemias vestidas con shorts de gaucho en tonos safari, adem¨¢s de tops de croch¨¦ y encaje alternados con pantalones y microfaldas ¡ªllamarlas mini ser¨ªa quedarse corto¡ª, casi siempre en cuero negro, material fetiche del dise?ador. Y, m¨¢s abajo, zapatos adornados con plumas o esas botas arrugadas que ya triunfaron en la pasada colecci¨®n.

La otra l¨ªnea era nocturna, adjetivo al que Vaccarello siempre ha asociado la identidad de la marca que dirige desde hace un a?o. En su dimensi¨®n vespertina, la colecci¨®n se dirigi¨® hacia un terreno m¨¢s exuberante, adem¨¢s de t¨¦cnicamente impresionante. Sus vestidos de noche, en la frontera con la alta costura, alteran o incluso invierten aquellos patrones de los noventa que Vaccarello encontr¨® en los archivos. El dise?ador eleva las faldas al nivel del busto, como si fueran miri?aques levantados y despu¨¦s encogidos, que abultan la silueta sin obstaculizar el andar de quien la viste. Se contaron menos esm¨®quines, transparencias y hombreras de ¨¢ngulos rectos ¡ªaunque tambi¨¦n las hubo¡ª y m¨¢s cortes amorfos y casi abstractos, que llegaron al s¨²mmum con un peculiar traje de novia vestido con botas de yeti.

Otra serie de voluminosos vestidos reinterpret¨® otro modelo hist¨®rico de Saint Laurent: un vestido pegado a un pomp¨®n gigante que Angie Everhart luci¨® en los primeros noventa. Vaccarello lo sobredimension¨® todav¨ªa m¨¢s, se lo coloc¨® en bandolera a sus modelos y lo ti?¨® de monocromo. Quienes lo vest¨ªan parec¨ªan cisnes blancos en plena transici¨®n para convertirse en negros. Sin subrayados innecesarios, su tercera colecci¨®n para la marca conjug¨® la identidad de Saint Laurent con las obsesiones del propio Vaccarello, como su trabajo sobre lo ce?ido al cuerpo y la desnudez de unas piernas de longitud casi eterna (inspirada, seg¨²n su propia confesi¨®n, por su fascinaci¨®n infantil por las veline que ve¨ªa en la RAI cada domingo con su abuelo siciliano).

Entre esas dos subcolecciones, Vaccarello coloc¨® una tercera: una docena de modelos masculinos, como ya hab¨ªa hecho en su desfile de la pasada primavera, inscritos en la continuidad con el esp¨ªritu rock de su predecesor en el cargo, Hedi Slimane: pantalones estrechos y una menor excentricidad, si exceptuamos alguna bomber colorista y los brillos incrustados en camisas y chaquetas.

Vaccarello logr¨® congregar a personalidades como Catherine Deneuve, Charlotte Gainsbourg, Robin Wright, Naomi Campbell, Lenny Kravitz o Vincent Gallo, nueva imagen de la firma. Pero fue la figura espectral de Pierre Berg¨¦, legendario cofundador de la marca que falleci¨® a principios de este mes, la que plane¨® sobre este triunfal desfile. Una cita de Berg¨¦ sustituy¨®, por una vez, a las habituales notas que todo dise?ador distribuye a los asistentes. Dec¨ªa as¨ª: ¡°Puede que eso sea el amour fou: el amor entre dos locos¡±. Vaccarello parec¨ªa estar, pese a todo, perfectamente cuerdo.