Ya nunca regresaste
QUERIDO ARTURO:/
Pas¨¦ los primeros seis a?os de mi vida (1951-1957) viviendo en un pueblo del condado de Oxford. Nunca imagin¨¦ que me encontraba tan cerca de tu hogar en Faringdon, aunque eso lo descubr¨ª despu¨¦s. Falleciste en 1957 a los 60 a?os, tras 18 de exilio. ?Ojal¨¢ hubieras tenido una vida m¨¢s larga! Te fuiste sin ver publicada en Espa?a La forja de un rebelde. Prohibida por el r¨¦gimen de Franco, tu trilog¨ªa autobiogr¨¢fica vio la luz en 1977, casi 30 a?os despu¨¦s de su aparici¨®n en ingl¨¦s con traducci¨®n de tu esposa, la austriaca Ilse.
Te gustaba cocinar recetas espa?olas, quiz¨¢ porque te recordaban a tu patria. La nostalgia suele empezar por el est¨®mago.
Descubr¨ª tu existencia en la serie de televisi¨®n hom¨®nima que dirigi¨® Mario Camus y a partir de ah¨ª nunca nos hemos separado. He llegado a conocerte mejor a trav¨¦s de los homenajes que te hemos organizado, restaurando tu l¨¢pida conmemorativa, colocando una placa sobre la fachada de The Volunteer, tu pub favorito, ambos en Faringdon, y logrando que se le diera tu nombre a una plaza de Lavapi¨¦s, el barrio de tu infancia. Espero que este a?o el Ayuntamiento de Madrid instale una inscripci¨®n en tu memoria en la fachada de lo que fueran las Escuelas P¨ªas, tambi¨¦n en Lavapi¨¦s (hoy d¨ªa una magn¨ªfica biblioteca de la UNED), donde estudiaste hasta los 13 a?os y cuya quema en 1936 presenciaste. Habr¨¢, adem¨¢s, una exposici¨®n sobre tu vida y tu obra en el Instituto Cervantes de Madrid en diciembre, basada principalmente en mi archivo.
Te gustaba cocinar recetas espa?olas, quiz¨¢ porque te recordaban a tu patria. La nostalgia suele empezar por el est¨®mago. Al contrario que un amigo tuyo, sindicalista ingl¨¦s que muri¨® este a?o, yo no hubiera rechazado los calamares en su tinta que preparaste cuando le convidaste a comer por primera vez, porque no le agradaba la pinta que ten¨ªan.
Nunca regresaste a Espa?a. Lo que s¨ª volvi¨® fue tu Underwood, la voluminosa m¨¢quina de escribir que ahora ocupa un lugar de honor en la casa de un conocido escritor espa?ol. Precisamente el protagonista de una novela suya, centrada en la guerra civil espa?ola, est¨¢ en cierta medida inspirado en tu figura. Antes de llegar a sus manos, la m¨¢quina pas¨® por varios due?os. Cuando falleciste, Ilse se la regal¨® a tu dentista, un buen amigo tuyo, y posteriormente pas¨® a manos de una amiga de la hija de ¨¦ste, que la trajo consigo cuando vino a vivir a Espa?a.
He visto algunos de tus originales escritos a m¨¢quina, en Londres, en casa de tu sobrina Uli, que vivi¨® contigo y con Ilse en tus ¨²ltimos a?os. ?Qu¨¦ tarea m¨¢s laboriosa debi¨® de ser para ti marcar a mano todos los acentos, que no existen en el teclado ingl¨¦s! Me imagino que te alegrar¨ªa saber que Uli ha decidido donar tu archivo a la Bodleian Library de Oxford, pues fue en Inglaterra donde encontraste la tranquilidad de escribir despu¨¦s de ser testigo de tantos sufrimientos y horrores, y no a la Biblioteca Nacional de Madrid.
Tras tu muerte Ilse regres¨® a Viena, su ciudad natal, y una de las pocas cosas que se llev¨® consigo fue el manuscrito de La forja; pero cuando muri¨® en 1973 lo tiraron a la basura: parece que nadie en su familia fue consciente de su importancia. ?Menudo desastre!
Un ferviente admirador.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.