Intentamos destacar, ser alguien especial, pero no dejamos de ser un producto con m¨²ltiples instrucciones de uso que muchos quieren conocer. ?Hacen falta tantas etiquetas?
Basta con que cojamos tres piezas de lencer¨ªa para que, si no est¨¢n estrenadas, pasemos un m¨ªnimo de cinco minutos quitando las etiquetas con las que se vende la ropa interior. No es cosa de mujeres, se?ores. A cualquiera de los hombres que conozco lo he escuchado lanzar maldiciones al ponerse unos calzoncillos en mi presencia. Tengo bragas en mi caj¨®n que vienen con ?seis! rectangulitos de tela con instrucciones para su uso en todos los idiomas. Como si a mis 45 a?os no hubiera aprendido a¨²n a sacarles todo el partido a mis bragas... Elia F.Granados, responsable de que en Contigo Dentro haya un poco de lucidez, lo resume en una frase: "Es el castigo divino por comprar barato".
Etiquetamos la vida.
Todo depende de una categor¨ªa, de un t¨ªtulo, de una pertenencia a un grupo. No somos solo mujeres, hombres o no binarios. Tambi¨¦n somos cisg¨¦nero, intersexual o transg¨¦nero. Heterosexuales, homosexuales, bisexuales o asexuales. De un simple vistazo somos capaces de etiquetar a cuantos nos rodean y cada vez que tenemos una duda y recurrimos a internet, lo que escribimos en el buscador es una palabra que haya conseguido la categor¨ªa de etiqueta. Todo est¨¢ categorizado lo suficiente como para que lo que ahora llamamos tag determine la rapidez con la que podremos encontrarlo y aprender qu¨¦ es. Pongamos ejemplos conocidos en los que su significado esconde muchas posibilidades: "Org¨ªa" y/o "sexualidad no convencional" son solo dos de las muchas palabras o etiquetas (tag) a las que se recurre para aprender algo m¨¢s de ese sexo del que no se habla en p¨²blico, pero del que, con suerte, alguien escribir¨¢ bonito. Que esas dos palabras hayan conseguido la categor¨ªa de etiquetas facilita que el que busca encuentre esa informaci¨®n y que quien la escribe consiga lectores. Esto beneficia a la empresa que paga por esa informaci¨®n; los ingresos de publicidad de ese medio mejoran al leerse m¨¢s.
La RAE limpia y fija. Pero no es tan espl¨¦ndida
Conseguir una etiqueta no siempre es f¨¢cil. Y menos una tag. Hay que superar varias pruebas antes de que se considere la posibilidad de alcanzar ese t¨ªtulo. Dejas de ser una vulgar palabra cuyo significado solo puede ser el otorgado por la RAE, para convertirte en algo m¨¢s, una explicaci¨®n que incluso pueda sacar de dudas a los profanos en la materia. Se supone que la RAE es el "instrumento eficaz para todas aquellas personas interesadas en mejorar su conocimiento y dominio de la lengua espa?ola". Eso postulan. Sigamos con las org¨ªas: Las fiestas con desconocidos en las que se guardan unas normas de educaci¨®n exquisitas y en las que fluye el sexo y la protecci¨®n profil¨¢ctica con una libertad y respeto que ya quisi¨¦ramos en cualquier discoteca a las tres de la ma?ana. Esas org¨ªas no se parecen ni de lejos al significado de las mismas que me propone la academia. (Aqu¨ª, risas). Quiz¨¢s si hubieran permitido que Emilia Pardo Baz¨¢n se sentara en una de sus sillones, sabr¨ªan que el significado que le dan a una org¨ªa es una excelente tarde de s¨¢bado en la que triunfas y de la que te levantas con resaca. No m¨¢s.?
Es probable que muchos de los que deber¨ªan incluir una org¨ªa en las etiquetas pertinentes no hayan ido nunca a una. No tienen por qu¨¦. Disc¨²lpenme si a alguno de los m¨¢s cipotudos otorgantes de etiquetas (antes de ofenderse, pregunten a un almeriense), disculpen si a alguno, repito, ni siquiera pueda imagin¨¢rmelos en faena. La sexualidad de cada uno forma parte de su intimidad; la informaci¨®n sobre todas las sexualidades posibles, no. El pr¨®ximo s¨¢bado, 28?Ignasi Puig Rodas da a conocer sus ¨²ltimos estudios sobre c¨®mo se practica el sadomasoquismo (BDSM) en nuestro pa¨ªs. Me consta que en el Volta Caf¨¦, donde tendr¨¢ lugar la charla, no habr¨¢ muchos medios de comunicaci¨®n. Es probable que no vaya ni uno solo. Sin embargo, los estudios de Puig Rodas suponen un muestreo sobre los gustos, apetencias e intenciones sexuales de nuestro pa¨ªs. Traduzcan todo esto en t¨¦rminos empresariales. El sexo vende. Saber c¨®mo se folla en este pa¨ªs abre la espita de transacci¨®nes comerciales que ni contemplamos.
Hay etiquetas que salvan unas bragas de seda de caer en una secadora. Otras permiten saber qui¨¦n puede ser tu pr¨®ximo amante o c¨®mo podr¨ªa ser el pr¨®ximo dildo que inventaras y te hiciera rico. L¨¢stima que no todos los que conceden etiquetados sean conscientes de cu¨¢nto significa su labor.
Deben de follar aburrid¨ªsimo...
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