La cultura de ¡®lo normal¡¯
Leer sobre el caso Weinstein nos ha hecho darnos cuenta de que este no es un caso aislado
El caso Harvey Weinstein no tiene nada que ver con Harvey Weinstein, al menos no todo. Es cierto, s¨ª, que el m¨¢s poderoso productor de Hollywood acos¨®, amedrent¨®, atosig¨® e impuso su voluntad y su poder a decenas de mujeres. A algunas de ellas tambi¨¦n las viol¨®. Los relatos de las v¨ªctimas son espeluznantes, y muchas mujeres hemos sentido aprensi¨®n y dolor al leerlos, pero no por empat¨ªa hacia las v¨ªctimas, o no solo por ello.
Estamos impactadas (y muchas, muy enfadadas), porque leer sobre ello nos ha hecho darnos cuenta de que este no es un caso aislado: no se trata de un solo hombre que abusa de su poder ante mujeres que no pueden defenderse, no hay ¨²nicamente un pu?ado de v¨ªctimas que callan porque se sienten culpables y avergonzadas. Lo que muestran estos relatos es una cultura de machismo sostenido, de abuso de poder sist¨¦mico, de hombres que acosan, de amigos que callan, de mujeres que no denuncian. Es un velo que nos rodea y nos asfixia aun cuando no seamos capaces de observarlo. Es la cultura de lo normal.
Lo normal cuando eres una mujer joven es que te ense?en que no debes sentirte ofendida si un hombre en el que no est¨¢s interesada muestra inter¨¦s por ti. Es m¨¢s, debes sentirte halagada. Si dices ¡°no¡± y ese hombre insiste, es parte del juego: ¨¦l, simplemente, se siente m¨¢s atra¨ªdo hacia ti porque t¨² no eres una chica f¨¢cil. Si ese hombre es, adem¨¢s, poderoso y se ha fijado en ti, es que eres una mujer muy especial. Si te halaga, si te invita a comer, si te hace regalos, si te suelta piropos, d¨¦jate querer. ?Qu¨¦ hay de malo en ello?
Y es entonces cuando ese hombre abusa de su poder, ya sea f¨ªsica o verbalmente. Y t¨² te sientes sola, desprotegida, perdida.
To all survivors of sexual assault:
— Women's March (@womensmarch) October 19, 2017
We are in this together. You are not alone. #MeToo
Today's #SignOfResistance is by @thaaksi_art. pic.twitter.com/m0kN5Uq6yM
Porque es en ese momento del relato en el que la culpa se invierte: te fuiste a comer con ¨¦l, aceptaste sus regalos y sus piropos, te dejaste querer, ?qu¨¦ esperabas? Muchas mujeres callan porque sienten que se lo han buscado. El 40% de la poblaci¨®n espa?ola cree que las mujeres maltratadas son responsables de los abusos que sufren, ?qui¨¦n puede culparlas entonces por no hablar? Otras guardan silencio por miedo a las represalias de ese hombre poderoso o de otros que le apoyan y protegen, aunque sea inconscientemente. Y otras muchas, simplemente, no hablan porque asumen que lo que les ha ocurrido es lo normal. No hemos sido capaces de darnos cuenta de que no es normal, no lo es en absoluto, hasta que hemos le¨ªdo que le ha sucedido a otra. A much¨ªsimas otras.
Por eso es tan poderosa la campa?a montada en redes con solo dos palabras #Metoo, #yotambi¨¦n, en el que miles de mujeres reflexionan sobre sus propias historias de abuso. De un solo vistazo se puede ver que no, no somos un pu?ado y no estamos locas. Cantantes, actrices, modelos, deportistas, abogadas, pol¨ªticas, profesoras, periodistas, da igual. Son miles de historias que gritan a otras mujeres ¡°no eres la ¨²nica, no eres la culpable, no est¨¢s sola¡±.
Ojal¨¢ las reflexiones sobre el caso Harvey Weinstein no se queden en Harvey Weinsten. Las mujeres hemos empezado a salir del armario. Solo falta que lo hagan los weinsteins y los tarantinos de este mundo, los que abusan y los que callan. Os esperamos.
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