¡°Pintar en ¨¢rabe no es hostil, es poes¨ªa, y eso llama al di¨¢logo¡±
Reconocida como la primera mujer ¨¢rabe en ganar el premio Sharjah de la UNESCO, Bahia Shehab promueve la tolerancia a trav¨¦s del arte urbano
A principios de 2011 el mundo se sorprendi¨® al ver im¨¢genes procedentes de los pa¨ªses ¨¢rabes que, lejos de difundir la fatalidad a la que generalmente eran vinculados, mostraban a sus sociedades levant¨¢ndose contra sus desgracias impuestas. En las fotograf¨ªas de la llamada Primavera ?rabe no eran pocas las mujeres que aparec¨ªan al frente de las protestas participando con igual ah¨ªnco en plazas y calles que, por unos d¨ªas, fueron espacios libres de fronteras sociales. Bahia Shehab fue una de ellas.
En lugar de acatar la vuelta a la represi¨®n tras la precipitadamente denominada revoluci¨®n ¨¢rabe, la artista egipcia se ech¨® de nuevo a las calles para decir no. Armada con un aerosol de pintura y varias plantillas sacadas de su libro No y mil veces no (2010, Khatt Books), Shehab plasm¨® en las paredes de El Cairo su rechazo contra la violencia, el Gobierno militar y la opresi¨®n social que volv¨ªan a reinar en Egipto.
Shehab es la primera mujer en ganar el premio Sharjah concedido por la UNESCO para destacar el trabajo de quienes contribuyen a promocionar la cultura ¨¢rabe en el mundo. Un reconocimiento a su trayectoria que, explica, "es importante para que otras mujeres ¨¢rabes sientan que ellas pueden hacer cosas, que es posible que sigan sus sue?os y se cumplan. Espero que esto aliente a otras para ser m¨¢s activas y para que sean agentes de cambio en sus sociedades". En el caso de Egipto, seis a?os despu¨¦s de que se desataran las revueltas, la participaci¨®n de las mujeres en la vida pol¨ªtica del pa¨ªs ofrece un porcentaje algo superior al que ostentaban antes de la Primavera ?rabe, con un 15% de los esca?os en el Parlamento frente al 13% que ocupaban antes de 2011. Un m¨ªnimo margen a la esperanza que, aunque constituye una cifra hist¨®rica de representaci¨®n de las mujeres en la pol¨ªtica del pa¨ªs, no es suficiente a¨²n para verse reflejado a pie de calle, donde las trabajadoras de entre 18 y 29 a?os constituyen el 18,5% de la mano de obra en el pa¨ªs, una de las tasas m¨¢s bajas del mundo, seg¨²n ONU Mujeres.
Para Shehab se trata de "una batalla muy larga" a la que ella se enfrenta a trav¨¦s del arte. "Pertenezco al mundo ¨¢rabe y reflejo los problemas a los que la gente como yo se enfrenta, especialmente las mujeres, porque nosotras estamos menos representadas en la sociedad. Ser una artista para m¨ª es una manera de trabajar para mostrar nuestra realidad. Cuando veo a muchos de los l¨ªderes del mundo no siento mucha esperanza de que realmente se produzca un cambio para mejor en cuanto a la tolerancia en la sociedad; pero la gente solo quiere una vida mejor y por eso cada vez son m¨¢s los que quieren cuidar la naturaleza, ser mejores ciudadanos y contribuir a la sociedad. He visto gente as¨ª en todas las ciudades en las que he estado, as¨ª que la mejor cara del mundo es la que me da esperanza. Miro al otro lado y veo demasiadas m¨¢quinas, armas, ej¨¦rcitos y l¨ªderes pol¨ªticos. Y tengo que mirar a los dos lados, pero es el lado de la gente corriente el que me da esperanza".
Pinto para ayudar a la gente a entenderse unos a otros y construir puentes
Y pensando en la gente, en lo que nos une y no en lo que nos separa, esta artista basa su trabajo. "Veo el arte como una herramienta que ayuda y facilita el di¨¢logo social. Cuando se crea arte para fomentar el entendimiento realmente se puede ver el impacto", asegura, al tiempo que a?ade un ejemplo: su obra?Paisaje y entorno sonoro: 20 minaretes del mundo ¨¢rabe, dise?ada en 2014 para el Museo de Luisiana de Arte Contempor¨¢neo, en Dinamarca. "Para esta instalaci¨®n yo buscaba un sonido que representara una nueva perspectiva sobre la regi¨®n porque durante los ¨²ltimos 1.400 a?os solo los hombres han estado llamando a la oraci¨®n en todo el mundo ¨¢rabe y sent¨ª que era hora de que fuera una voz femenina la que hiciera la llamada. As¨ª que us¨¦ la voz de una joven mezzosoprano de la ?pera de El Cairo y la grab¨¦ para producir una nueva llamada. El proyecto fue grabado solo para el museo y no lo he publicado en otro lugar, pero est¨¢ en YouTube. Ha sido visto como unas 89.000 veces y los comentarios a este v¨ªdeo son realmente asombrosos. Hay gente que defiende la voz de las mujeres, gente que dice que eso no est¨¢ bien, y yo estoy realmente feliz porque se produjo una conversaci¨®n", relata con gran entusiasmo.
Veo el arte como una herramienta que ayuda y facilita el di¨¢logo social
Y aunque de esta instalaci¨®n ya no queda nada m¨¢s que el di¨¢logo recogido al que hace alusi¨®n, no pasa nada: "Mientras tengas una fotograf¨ªa que pueda ser colgada a la web el trabajo vivir¨¢ siempre, incluso si es borrado en la calle", se?ala Shehab. Acostumbrada como est¨¢ al arte urbano, su trabajo en museos y galer¨ªas dura lo que dura la exposici¨®n y es as¨ª porque "la idea es lo que es importante y no el trabajo art¨ªstico. Como ser humano, hago lo que puedo para contribuir al cambio de las cosas que creo que no est¨¢n bien. Para m¨ª lo m¨¢s importante que puede generar el arte es la paz y creo que todos la necesitamos". Es lo que busca esta artista que ha hecho del grafiti su principal v¨ªa de expresi¨®n para "revivir la herencia cultural ¨¢rabe y mostr¨¢rsela a la gente que no es consciente de que esta herencia existe. ?rabes y no ¨¢rabes por igual". De ah¨ª que, de vez en cuando, esta egipcia abandone sus clases como profesora de dise?o en la Universidad Americana de El Cairo, y vaya rociando de color distintos muros del mundo.
M¨¢s all¨¢ de pa¨ªses como su Egipto natal, L¨ªbano, Marruecos o los Emiratos ?rabes, Shehab tambi¨¦n ha llevado sus grafitis dise?ados con caligraf¨ªa ¨¢rabe a Alemania, Canad¨¢, Estados Unidos, Francia, Grecia, Holanda, Italia, Jap¨®n o Noruega. Lo de menos es que se entienda el mensaje: "Pintar en ¨¢rabe no es hostil, no es religioso; es poes¨ªa y eso llama al di¨¢logo entre la gente. Como en el ¨²ltimo trabajo que hice y se me acerc¨® un grupo de refugiados sirios para decirme: Gracias porque est¨¢s pintando en ¨¢rabe a lo largo del mundo y est¨¢s mostrando que somos una cultura, que no todos somos terroristas y demonios. Esto fue muy importante para m¨ª. Estar en las calles de diferentes ciudades del mundo ayudando a que se produzcan conversaciones para mirar a otras culturas de otra manera, esta es la raz¨®n de lo que hago. Pinto para ayudar a la gente a entenderse unos a otros y construir puentes a trav¨¦s del arte con los que acercar culturas". Y as¨ª, fuera de los focos medi¨¢ticos y su retorno a proyectar lo que no est¨¢ bien en las sociedades ¨¢rabes, hay muros por el mundo que lejos de dividirnos despiertan ganas de saber m¨¢s de la procedencia de unas letras tan bellas.
Wiriko es un magac¨ªn especializado en artes y culturas africanas que pretende explicar el ?frica contempor¨¢nea a trav¨¦s de su creatividad y de la voz de sus artistas. Est¨¢ formado por investigadores del campo africanista, activistas culturales y periodistas especializados en el Sur del S¨¢hara dispuestos a romper con la imagen estereotipada que se tiene del continente.
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