Pastorear con todo en contra en la zona del Lago Chad
Al trastorno ocasionado por Boko Haram y la pobreza estructural de la regi¨®n, los pastores locales suman las dificultades propias de una actividad a menudo marginada
El Lago Chad crece y se encoge, no solo en funci¨®n de la ¨¦poca del a?o, sino tambi¨¦n a lo largo de las d¨¦cadas. Puede alcanzar el tama?o del territorio de la Comunidad Valenciana, como ocurr¨ªa a principios de los setenta, u ocupar un espacio parecido a la isla de Tenerife, como sucede ahora. Esas subidas y bajadas obligan a los habitantes de su cuenca a adaptar sus modos de vida, y los de sus animales. Los pastores n¨®madas o semin¨®madas tienen que cambiar sus rutas, sus tiempos y los lugares de pastoreo. Y adem¨¢s, hacer frente a la falta de servicios veterinarios, puntos de agua y educaci¨®n. Por si todo eso fuera poco, llevan a?o sufriendo por la violencia del grupo yihadista Boko Haram y sus enfrentamientos con las tropas gubernamentales. A veces, pese a sus reticencias, sacrificar algunos animales es la opci¨®n m¨¢s acertada.
?Cae el sol en la orilla del lago Chad y los hombres de este grupo de pastores, musulmanes, se juntan para rezar. Entre otras cosas, dar¨¢n gracias porque su situaci¨®n "es mejor que la de otros", admite Mahamat Hissein, el l¨ªder y vicepresidente de la federaci¨®n regional de pastores. Son 15 hombres y 20 mujeres ¡ªalgunos son pol¨ªgamos¡ª y, aunque son reacios a dar cifras, tienen unas 400 cabras y otros tantos kuris. Estos b¨®vidos son aut¨®ctonos del lago y las tribus locales llevan siglos pastor¨¦andolos. Les dan leche y carne y orgullo. Y est¨¢n perfectamente adaptados a vivir en las islas, nadar y moverse por la zona. Pero la inseguridad, la falta de terrenos adecuados para pastar y los problemas veterinarios amenazan a los animales. Y, con ellos, a sus due?os.
"Obviamente, la presencia de Boko Haram en el lago ha causado muchos problemas en los ¨²ltimos a?os", explica Mohamat Adoum Brahim, delegado del Gobierno chadiano para asuntos pastoriles. "Han robado y matado animales y han interrumpido el comercio", agrega. Para estas familias semin¨®madas, perder sus animales es perderlo todo, cuenta. Como si a un occidental le quitaran de un plumazo la casa y el trabajo y le vaciaran las cuentas bancarias. La violencia del grupo yihadista ha alterado los recorridos habituales de muchos pastores y generado m¨¢s conflictos entre estos y los agricultores de la zona.
"Nosotros atamos a los animales en parejas para evitar que se escapen y se coman los cultivos de los campesinos", se?ala Hissein, el l¨ªder del grupo. "Negociamos mucho para no molestarnos, pero aun as¨ª no podemos evitar que haya roces", cuenta. Tambi¨¦n hay enfrentamientos entre comunidades de pastores que, con grandes ¨¢reas abandonadas forzosamente por la amenaza de Boko Haram, se han desplazado a otra partes del lago en las que deben competir por las mismas zonas de pasto. As¨ª, quienes viven (o viv¨ªan) en las islas y quienes est¨¢n habituados a transitar por tierra firme chocan a menudo.
Salvar reba?os, mejorar la nutrici¨®n
El proceso de destockage organizado por la FAO en el que participaron 202 hogares de pastores permiti¨® entregar entre uno y tres kilos de carne seca (y por tanto, apta para ser conservada) a cientos de familias con ni?os peque?os. En total 878 ni?os con problemas de desnutrici¨®n moderada recibieron estas raciones que les permitieron consumir prote¨ªna animal.
La carne se reparti¨® en los centros de salud, con lo que tambi¨¦n hizo que las familias acudieran con m¨¢s asiduidad a seguir sus tratamientos. Sena Ba Abakar, madre de seis hijos, dice que la situaci¨®n de su hijo peque?o ¡ª"estaba muy delgado, en el centro m¨¦dico me dijeron que estaba enfermo"¡ª mejor¨® mucho con la carne seca. "Me gustar¨ªa tener m¨¢s, porque por lo general no podemos comprar carne", explica. Su marido es profesor, pero ha estado muchos meses sin cobrar. Es un s¨ªntoma m¨¢s del aislamiento y el abandono por parte del Estado en la regi¨®n del Lago.
El resultado de esa mayor concentraci¨®n de personas y reba?os en menor espacio, junto a las lluvias poco favorables de los ¨²ltimos a?os dan lugar a una escasez de comida para los animales. "Nos gustar¨ªa tener un poco de ayuda para cultivar nuestro propio forraje", le dice Hissein al delegado. "Porque es muy, muy caro", lamenta.
Adem¨¢s, los animales como los de este grupo, que se aleja del lago decenas de kil¨®metros en sus rutas anuales, encuentran problemas para beber. El a?o pasado, estos pastores apenas encontraron puntos de agua en su tr¨¢nsito de m¨¢s de 65 kil¨®metros entre los alrededores de Bol y la regi¨®n de Kanem, hacia el norte. Con poca comida y poca agua, los kuris se debilitan, y son m¨¢s vulnerables a plagas y enfermdades. "Lo m¨¢s importante es la salud, obtener vacunas para todos. Si no, el riesgo es enorme", apunta el funcionario gubernamental.
En medio de esta serie de amenazas, a veces lo m¨¢s inteligentes es sacrificar y vender animales para obtener ingresos al tiempo que se reduce el tama?o del reba?o y, con ¨¦l, sus necesidades, explica el delegado Brahim. Pero, a?ade, la mayor¨ªa de pastores desconf¨ªa. ?Por qu¨¦ deben diezmar el reba?o ellos, y no otros?
Un riesgo a?adido es que si muchos grupos hacen lo propio al mismo tiempo, los mercados se llenan de carne y los precios se hunden, convirtiendo el negocio en ruinoso. En este caso la FAO (Agencia de la ONU para la Alimentaci¨®n y la Agricultura) se ofreci¨® a comprar los animales que sacrificaran 1.000 hogares que depend¨ªan del pastoreo, tanto locales como desplazados por la violencia. As¨ª, estos pod¨ªan proteger al n¨²cleo reproductivo de su reba?o y asegurarse al mismo tiempo ingresos que les permitieran mejorar su situaci¨®n. La organizaci¨®n, por su parte, utilizar¨ªa la carne para mejorar la situaci¨®n alimentaria en la zona (ver despiece).
El proyecto incluy¨® el apoyo a los mataderos locales y la formaci¨®n de carniceros, como explica Nodjimadji Ngardinga, experto de la FAO. Pero esa resistencia cultural hizo que solo dos de cada 10 seleccionados accediera a participar en el proceso de reducci¨®n del reba?o, conocido como destockage.
Acabada la oraci¨®n, Hissein dice que a ellos no les ofrecieron entrar en el proyecto, pero que le parece una idea interesante y que le gustar¨ªa hacerlo si se repite pr¨®ximamente. Entre tantas dificultades, ¨¦l s¨ª entiende que es una forma de garantizar el futuro de sus animales y obtener ingresos extra que les permitan comprar forraje, vacunas o reforzar la situaci¨®n. ?l s¨ª lo ve como una forma de asegurar el futuro de sus animales en tiempos de dificultad. "El reba?o es lo m¨¢s importante para m¨ª. Ellos son la salud de mi hijo. Lo son todo".
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