El hacedor de pol¨¦micas
El profesor guineoecuatoriano Justo Bolekia nos habla sobre literatura, racismo, idiomas y pol¨ªtica
Justo Bolekia Bolek¨¢ (Santiago de Baney, Guinea Ecuatorial, 1954) es acad¨¦mico correspondiente de la Real Academia Espa?ola (RAE). Tambi¨¦n ha sido miembro de n¨²mero de la Academia Ecuatoguineana de la Lengua Espa?ola (AEGLE). Es doctor por la Universidad Complutense de Madrid y por la de Salamanca. En esta ¨²ltima es catedr¨¢tico del Departamento de Filolog¨ªa Francesa. Ha publicado numerosos libros de ensayo, poes¨ªa y novela. La ¨²ltima de ellas es Los caminos de la memoria (Sial/Casa de ?frica, 2016).
El profesor Bolekia es un ser poli¨¦drico, generador de pensamiento y pol¨¦mica, que no deja indiferente a nadie. Nosotros hemos tenido la suerte de conversar con ¨¦l sobre literatura, Guinea Ecuatorial y mucho m¨¢s.
Pregunta. Existe un debate eterno sobre qui¨¦n califica como escritor africano, ?usted d¨®nde se sit¨²a?
Respuesta. Yo primero soy bubi, luego guineoecuatoriano, luego africano, luego espa?ol. Como escritor africano he vivido una especie de epiliteratura, que es la influencia de los est¨ªmulos externos en m¨ª que luego recojo inconscientemente en lo que escribo. Los escritores africanos que no recogen eso es porque no lo tienen en su geneliteratura, en sus genes literarios.
P. Usted s¨ª la tiene.
Soy escritor africano, sea en poemas, sea en cuentos, sea en ensayos o en novelas
R. S¨ª, y como yo la tengo, tengo que plasmarla sea a trav¨¦s de mi lengua, sea a trav¨¦s de las cosas que cuento¡, debe estar all¨ª. Soy escritor africano, sea en poemas, sea en cuentos, sea en ensayos o en novelas. Me sale, no es que diga voy a poner esto; no, sale porque forma parte de mi geneliteratura.
P. ?Hay que escribir en una lengua africana para ser un escritor africano?
R. Ese es el debate existente: algunos dicen que los africanos no tienen por qu¨¦ utilizar las lenguas europeas. Desde el siglo XVIII y hasta principios del XX hubo escritores que publicaban en wolof, kikuyu, amh¨¢rico o suajili. Esos autores lo intentaron, lo hicieron porque lo viv¨ªan. A m¨ª me pasa lo mismo, me sale. No puedo evitarlo. Mucha gente que escribe inconscientemente reniega de su africanidad. Son personas que no tienen otra forma de expresarse que esa, no pueden recoger nada de su entorno africano porque no lo tienen porque ya hay familias en ?frica en las que la oralidad ha desaparecido, en las que la lengua que se habla es el espa?ol, el ingl¨¦s o el franc¨¦s.
P. Cuando escribe en castellano utiliza muy bien el lenguaje, juega con las palabras, eso es un arte. ?Es igual cuando escribe en bubi?
R. De las muchas relaciones que he tenido, he aprendido a tener cuidado cuando hablo, porque el dicho ese de "por la boca muere el pez" lo aplico mucho. Utilizo el lenguaje de manera que siempre deje una puerta abierta a otras interpretaciones para poder curarme en salud. Si alguien dice: has dicho esto. Yo digo: vamos a analizar el lenguaje, lo que he dicho no es esto. Entonces ya haces dudar a la otra persona.
P. ?Entonces al escribir...?
R. Cuando escribo intento presentar las cosas m¨¢s dram¨¢ticas de forma amena, divertida para que la gente se r¨ªa. Al final, estoy contando tragedia: el drama de los personajes, el drama de la vida. Pero eso se debe quiz¨¢s al arte del lenguaje que encontramos en ?frica donde se cuenta una historia y los oyentes son adultos, ni?os, madres, abuelas¡ en un mismo espacio. El narrador no se preocupa en explicar a los ni?os lo que significa, solamente cuenta su historia y cada uno interpreta lo que quiere interpretar en funci¨®n de sus vivencias, de sus experiencias. Para poder hacerlo as¨ª tengo que utilizar un lenguaje que de pie a esas adaptaciones cognitivas de cada oyente. A eso se suma la preocupaci¨®n que tengo por mejorar y emplear el lenguaje correctamente y mi experiencia como narrador y como oyente. Me gusta mucho escuchar a la gente, sobre todo a la que sabe comunicar.
P. ?La oralidad sigue teniendo mucho peso en Guinea?
Mis abuelas y, sobre todo, mi madre eran muy exigentes con respecto a la narraci¨®n
R. Depende del contexto en el que has crecido. Hay escritores que han crecido en ?frica, pero no han vivido la oralidad en su contexto familiar o comunitario. Yo s¨ª lo he vivido, me alegro de ello. Mis abuelas y, sobre todo, mi madre eran muy exigentes con respecto a la narraci¨®n. Llega un momento en el que dicen: te toca a ti hoy. Empiezas a contar y te dicen: ?as¨ª vas a contar los cuentos a la gente, as¨ª¡? Tienes que divertirte, que la gente est¨¦ contenta. As¨ª empiezas a contar y entonces a la hora de escribir ya hab¨ªa algo ah¨ª.
P. Nos cuesta entender que ?frica cambia; sobre todo los j¨®venes. A ellos la tradici¨®n no les dice mucho, pero no dejan de ser africanos.
R. En Guinea les dec¨ªa un d¨ªa a unos chavales esto: "Queramos o no, tal y como est¨¢n las cosas en este pa¨ªs, nuestras culturas se van a transformar, no van a desaparecer, pero se van a adaptar a vuestras necesidades, porque vosotros est¨¢is abrazando ya una cultura no africana¡±.
P. ?Qu¨¦ cultura es esa?
R. Es una cultura h¨ªbrida, es decir, una mezcla de Espa?a, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, China, un popurr¨ª. La ¨²nica forma de frenar esa transformaci¨®n es llevar nuestra cultura a las escuelas. Es decir, que el ni?o, desde que empieza la educaci¨®n, aprenda cosas de la tradici¨®n, de la oralidad. De manera que el que empiece la escuela a los seis a?os, a los 16 cuando salga ya tenga algo formado. De la otra forma no lo tendr¨¢ porque los chavales cuando est¨¢n en la ciudad, hablan de manera diferente y cuando vuelven al pueblo, su bubi est¨¢ muy empobrecido.
P. ?Est¨¢ en peligro la cultura bubi?
?Claro que peligra la cultura bubi!
R. Los j¨®venes se comunican en pidgin-english sobre todo. Los j¨®venes bubis lo utilizan cuando hablan entre ellos, incluso en las familias. Luchar contra esto no entra dentro de los programas del Gobierno. No le preocupa que la gente hable pidgin porque si le preocupara har¨ªa algo. Tenemos el espa?ol como primera lengua oficial, lengua segunda oficial el franc¨¦s, lengua tercera oficial, el portugu¨¦s, pero el pidgin es la lengua m¨¢s hablada en la isla. ?Claro que peligra la cultura bubi!
P. ?Qu¨¦ podr¨ªa hacer el Gobierno para revertir la situaci¨®n?
R. Ense?ar las lenguas locales en la escuela. La ense?anza es toda en espa?ol, que es el idioma tambi¨¦n del Gobierno y de la prensa. El franc¨¦s est¨¢ tambi¨¦n entrando. Pero las lenguas africanas no se ense?an en la escuela. Posiblemente la Academia Ecuatoguineana de la Lengua Espa?ola (AEGLE), que defiende la lengua espa?ola, tambi¨¦n deber¨ªa defender las lenguas locales, pero como me expulsaron de ella en diciembre de 2016, no puedo hacer la propuesta.
P. ?Le expulsaron de la AEGLE?
R. S¨ª. Es que dicen que yo dije que ninguno de la Academia hab¨ªa escrito una p¨¢gina en su vida. ?Cu¨¢ndo dije yo eso? Porque hay escritores en ella que s¨ª han escrito, tipo Maximiliano Nkogo Esono o Trifonia-Melibea, aparte de muchos otros. Pero hay quienes, es verdad, no han escrito una p¨¢gina en su vida y no les gust¨® que dijeran que yo lo dijera. Ahora solo soy acad¨¦mico correspondiente de la RAE.
P. ?Siempre se mete en este tipo de l¨ªos? ?Tambi¨¦n en pol¨ªtica?
R. Yo presumo de no tener problemas pol¨ªticos. Lo que pasa es que el gobernante siempre tiene miedo ante ciertas personas.
P. ?Y usted es una de ellas?
R. Mi madre dec¨ªa: ¡°T¨² no has estudiado para quedarte en Espa?a a comer patatas y estar bien, no, tu pueblo sufre y debes participar para ver si tu pueblo mejora su situaci¨®n¡±. Eso significaba dar conferencias describiendo la realidad de Guinea Ecuatorial. Si a eso le sumas el publicar libros y art¨ªculos explicando la realidad¡
P. Pero adem¨¢s representa en el exterior al Movimiento para la Autodeterminaci¨®n de la isla de Bioko (MAIB).
R. Los bubis no votaron s¨ª a la constituci¨®n de 1968 y expresaron su inconformidad a las autoridades de entonces: Fraga, Carrero Blanco, Arias Navarro. Dijeron que no quer¨ªan formar una independencia conjunta con la gente del continente porque nos iban a fagocitar. Contestaron los pol¨ªticos que eso no era posible y nos obligaron a independizarnos juntos. Los bubis se han quejado siempre de esto. Los bubis son los no queridos del pa¨ªs, los m¨¢s abandonados, pero eran los que viv¨ªan como los blancos antes de la independencia porque en la isla era donde m¨¢s cacao se produc¨ªa, ten¨ªamos la renta per c¨¢pita m¨¢s alta, ten¨ªamos carreteras.
P. Por eso acept¨® defender la causa bubi y los problemas que eso le pudiera acarrear.
R. Ven que un bubi es delegado del MAIB y tiene contacto con todas las instituciones, es profesor de universidad, es recibido por el Rey, por ministros, se ve con los presidentes del Gobierno de Espa?a, y se dicen: este nos va a hacer mala jugada, entonces hay que apartarle. Pero yo solo describo una situaci¨®n. Un gobernante que se precie, que de verdad sea un gobernante, ha de saber que no todos van a estar de acuerdo con su forma de gobernar. Pero a veces nuestra reptilidad, nuestro cerebro de reptil, nos hace creer que somos ¨²nicos en nuestro quehacer como gobernantes y no aceptamos opiniones contrarias. Muchos pol¨ªticos africanos piensan as¨ª porque cumplen las normas impuestas desde Occidente que quiere hombres fuertes que controlen a la poblaci¨®n para poder ellos invertir sin problema y coger el oro, los diamantes, el colt¨¢n, el petr¨®leo. Esas cosas cuando uno las dice y las describe acaba convirti¨¦ndose en enemigo del gobierno de turno y eso es lo m¨¢s absurdo.
P. La ¨²ltima pol¨¦mica en la que le he visto inmerso tuvo lugar en el pasado festival de Afroconciencia, en el Matadero de Madrid, cuando rebati¨® a algunos ponentes que afirmaban que Espa?a es un pa¨ªs racista.
R. Es muy dif¨ªcil hablar de racismo. Estos chavales no han vivido el apartheid. Durante la colonia hab¨ªa coches de l¨ªnea que sal¨ªan de Baney, mi pueblo, a Santa Isabel, 19 kil¨®metros. Ese autob¨²s ten¨ªa dos partes, la parte de los blancos y la parte de los no blancos. La parte de los blancos ten¨ªa los asientos con cojines y la parte de los no blancos de madera. Son 19 kil¨®metros, pero se notaba la madera en el trasero. Hab¨ªa dos filas para blancos que nunca se llenaban, cuando sub¨ªa un blanco y hab¨ªa negros emancipados, el blanco ten¨ªa que sentarse en la primera fila y los dem¨¢s en la segunda. Eso era apartheid. O cuando ibas por la acera y ve¨ªas a un blanco ten¨ªas que bajar t¨² de la acera. Eso era apartheid.
P. ?Piensa que en Espa?a hay racismo pero que no es racista?
R. Si Espa?a fuese racista ning¨²n negro estar¨ªa viviendo en un piso, los negros no podr¨ªan salir con blancas, ning¨²n negro trabajar¨ªa, ning¨²n negro subir¨ªa a un avi¨®n para venir aqu¨ª. Que un polic¨ªa te diga: ¡°Eh, t¨², negro, dame los papeles¡±, es ese polic¨ªa, no es toda la polic¨ªa. No lo quieren entender, quieren generalizar. Como dijo Kapuscinski es una visi¨®n reduccionista del racismo lo que se tiene en Espa?a. Es decir, decimos Espa?a es racista solo porque uno o dos o tres espa?oles lo sean. Me dicen los chavales que yo llevo mucho tiempo aqu¨ª. S¨ª, llevo muchos a?os aqu¨ª, pero si Espa?a fuera racista yo no ser¨ªa hoy catedr¨¢tico. Los cinco miembros que me examinaron eran todos blancos y hab¨ªa otros candidatos y aunque yo fuera el mejor, podr¨ªan haber dicho que no y poner a otro. Hay mucha gente en este pa¨ªs que est¨¢ luchando contra esas cosas.
P. No se pueden negar las experiencias vividas por estos j¨®venes afrodescendientes.
R. Ellos son j¨®venes, est¨¢n creciendo y poco a poco se dar¨¢n cuenta. Por eso les acompa?o y hago un poco de pap¨¢ o de abuelo. Pero deber¨ªa haber m¨¢s gente como yo all¨ª para acompa?arles.
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