Las calles no siempre fueron nuestras
La importancia del papel de la calle en las movilizaciones ciudadanas
"Las calles ser¨¢n siempre nuestras", fue uno de los coros m¨¢s utilizados por el movimiento independentista a lo largo de las recientes manifestaciones en Catalu?a. "Las calles tambi¨¦n son nuestras", respond¨ªan los unionistas que acudieron a Barcelona el 8 y el 29 de octubre. Y es que cuando el sistema pol¨ªtico es incapaz de responder a las expectativas de sus ciudadanos, estos salen a la calle. Recientemente pas¨® con el con las primaveras ¨¢rabes, con Occupy Wall Street, con el Movimiento 15 M, con las diadas catalanas o con la manifestaci¨®n por los refugiados. Las calles, las plazas, siempre han sido ese espacio natural de protesta y manifestaci¨®n de inconformismo ante las ¨¦lites pol¨ªticas que se distancian de las voluntades de sus pueblos.
Cuando entrevistamos a Enrique Pe?alosa, actual alcalde por segunda vez de la ciudad de Bogot¨¢, con el proyecto Hacia la Ciudad Humana, nos habl¨® del concepto de la piel de la ciudad. Se refer¨ªa al espacio p¨²blico que hay entre edificios, tan ignorado por muchos, que en definitiva es lo que da car¨¢cter y personalidad a las ciudades: las calles, las plazas, los parques, las terrazas.
Uno de los principales riesgos es llegar a un modelo de ciudad que abandona sus caracter¨ªsticas particulares y acaba en una homogeneidad donde todas las calles parezcan las mismas y que cuando uno camina por sus centros comerciales no sepa si est¨¢ en Estambul, Bangkok, Bogot¨¢ o Barcelona.
Las calles como espacio publico en muchas ciudades del mundo han sido abandonadas a su suerte por no generar un inter¨¦s especial de uso o consumo para las ¨¦lites que gestionan y gobiernan el pa¨ªs. En este sentido, las calles y el espacio publico en general, en palabras de Pe?alosa, para muchos siguen siendo ese espacio desagradable y hostil que han de atravesar mientras van de un espacio privado a otro. En esas c¨¢psulas que llaman coches, con aire acondicionado, se trasladan desde sus casas al trabajo, del centro comercial a sus clubs de deporte,
Cuando Weber mencionaba que ¡°el aire de la ciudad hace libre¡±, hablaba de un concepto de libertad de movimiento, de asociaci¨®n, de v¨ªnculos entre diferentes ciudadanos y grupos, que obviamente ocurr¨ªa en las calles. En ese contexto, las calles y el espacio publico se presentan como espacios de interacci¨®n y convivencia, de cooperaci¨®n y creaci¨®n, de intercambio de ideas y surgimiento de revoluciones, con la complejidad de la inmediatez y espontaneidad que genera el contacto de la inevitable presencia.
Lefebvre critic¨® lo que ¨¦l consideraba la imposici¨®n de los deseos de las ¨¦lites que administraban la ciudad, transformando el espacio, las calles, en puestos de mercanc¨ªas para la circulaci¨®n de bienes y convirtiendo a los ciudadanos en consumidores de los mismos.
Ante esta tendencia imperativa de instrumentalizar la sociedad para unos pocos, las calles se anteponen como fuerzas de resistencia, agit¨¢ndose ocasionalmente para promover el desequilibrio. En algunos casos provocan la disoluci¨®n de lo concebido como norma, en otros generando ese caos a veces necesario que crea disrupciones que dan forma a nuevos modelos de gobernanza, a nuevos sistemas de concertaci¨®n, a nuevos marcos de cohesi¨®n social.
Cuando Jane Jacobs suger¨ªa que antes de intervenir en una ciudad hay que observar bien y entender sus calles, se refer¨ªa a comprender la vitalidad humana que fluye a trav¨¦s de ella: c¨®mo la usan los transe¨²ntes, c¨®mo est¨¢n organizados los vecinos, d¨®nde juegan los ni?os, d¨®nde y por qu¨¦ se moviliza su ciudadan¨ªa. En definitiva, entender sus calles y aprender a interpretarlas.
La calle para Jacobs era un gran observatorio humano, donde uno puede identificar las tendencias ciudadanas, sus preferencias, sus puntos en com¨²n, sus divergencias. Tambi¨¦n eran centros naturales de interacci¨®n, vitales para la resiliencia urbana, donde unos y otros aprenden a socializarse, a aceptarse, a entenderse y a evolucionar como conjunto urbano.
The Real Sisters ??646 926 SOLD ?therealsisters@kwnyc.com #janejacobs #urbanplanning #urbanstudies #UrbanDesign #UrbanSpaces pic.twitter.com/KbvOB3CZt6
— The Real Sisters (@RealSistersTeam) November 5, 2017
Cuando los representantes pol¨ªticos no son capaces de ofrecer soluciones a las demandas sociales, las calles se llenan. Como se ha visto recientemente, el fracaso del di¨¢logo pol¨ªtico lleva a calles llenas de gente revindicando soluciones que las mesas pol¨ªticas no son capaces de generar. En este sentido, las aglomeraciones en la calle act¨²an como term¨®metro del fracaso pol¨ªtico. Como ha sucedido en otros casos, quiz¨¢s es necesario que sea en la propia calle donde se empiece a generar el di¨¢logo que la pol¨ªtica no parece aportar. Pero ante todo, hay que recordar que la calle es y ser¨¢ de todos y todas siempre que pueda garantizar la seguridad de sus ciudadanos y mantener los niveles de respeto y civismo que merecen. La calle no fue siempre nuestra. Perderla ahora ser¨ªa retroceder demasiado.
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