La lucha antirracista como lucha pol¨ªtica
Madrid acoge el 12 de noviembre la primera gran manifestaci¨®n contra el racismo que se da en Espa?a organizada por migrantes y personas racializadas
Madrid acoger¨¢ el 12 de noviembre la primera gran manifestaci¨®n contra el racismo realizada en el Estado espa?ol, en lo que vendr¨¢ a ser el primer acto de este tipo concebido y organizado, sin ning¨²n tipo de tutelaje, por personas migrantes y espa?olas racializadas.
Ambos hechos marcan un hito: otras manifestaciones contra el racismo no han tenido la vocaci¨®n de multitud a la que aspira la del 12N, y por otro lado, esta vez seremos las personas que formamos parte de las comunidades hist¨®ricamente discriminadas quienes vamos a estar en primera fila denunciando el racismo estructural que nos afecta.
Este segundo aspecto es de vital importancia. Hasta ahora, las personas migrantes o racializadas hemos sido el objeto del activismo blanco y europeo, que ha explicado con sus palabras lo que nos ocurre a nosotras y exigido por nosotras nuestras demandas. Ese tiempo se ha acabado. Nuestra lucha antirracista tambi¨¦n incluye terminar con ese paternalismo que nos invisibiliza, para comenzar a ser desde ahora los sujetos pol¨ªticos de nuestras propias reivindicaciones.
En este nuevo escenario queremos situar la cuesti¨®n del racismo como lo que es: un sistema mayor de opresi¨®n, tanto o m¨¢s fuerte como lo es el sistema de opresi¨®n de clase o el de g¨¦nero. Queremos que el racismo deje de ser visto como una serie de hechos anecd¨®ticos, vinculados a acciones aisladas de determinadas personas o de determinados grupos marginales de ultraderecha.
El racismo no es solo el insulto que una persona negra puede recibir por la calle, o el comentario islam¨®fobo del profe del cole hacia la alumna con hiyab. El racismo es un sistema de opresi¨®n, es decir, un conjunto de procedimientos, pr¨¢cticas, organizaciones e instituciones que, coordinadas entre s¨ª, crean las condiciones necesarias para que determinadas personas seamos vistas y tratadas como ciudadanas de segunda clase.
Lo que denunciamos y exigimos
Este racismo, que se sustenta en la herencia colonial asentada en los estados modernos, nos sit¨²a en una condici¨®n de subalternidad respecto del resto de la poblaci¨®n, lo cual tiene consecuencias directas en todos los ¨¢mbitos de nuestras vidas: laboral, educativo, sanitario, etc.
Un ejemplo de racismo estructural es la Ley de Extranjer¨ªa, que legitima la creaci¨®n de categor¨ªas de ciudadanos entre las distintas personas que vivimos en el Estado espa?ol, en funci¨®n de nuestro lugar de nacimiento o nacionalidad. Una Ley de Extranjer¨ªa que permite la existencia de los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE), en donde son encarceladas personas que no han cometido ning¨²n tipo de delito, sino que solo se encuentran en una situaci¨®n de irregularidad administrativa al no tener su documento de identificaci¨®n en regla. Una ley vinculada a las deportaciones expr¨¦s, es decir, a la deportaci¨®n masiva de migrantes a sus pa¨ªses de origen, sin tomar en cuenta que muchas de estas personas llevan toda una vida viviendo en Espa?a y que aqu¨ª han formado un hogar y una familia.
Forman parte tambi¨¦n de este racismo estructural las redadas racistas, pr¨¢ctica policial que consiste en parar a una persona por la calle o el metro y exigirle su identificaci¨®n ¨²nicamente debido a su aspecto f¨ªsico. El establecimiento de criterios ¨¦tnico-raciales para decidir si se identifica o no a una persona es racismo estructural y constituye una vulneraci¨®n flagrante en cuanto a igualdad de trato y libertad de movimiento.
Queremos que el racismo deje de ser visto como una serie de hechos anecd¨®ticos
El 12N vamos a decir ?basta! a todas estas pr¨¢cticas xen¨®fobas y racistas, y a demandar, entre otras cosas, una ley de reconocimiento de las comunidades racializadas que garantice la diversidad ¨¦tnico-racial, sexual y de g¨¦nero, en todos los espacios, y que adem¨¢s comprometa pol¨ªticas p¨²blicas que tomen en cuenta esta diversidad.
En definitiva, vamos a exigir que se nos deje de tratar como ciudadanas de segunda clase. Las personas migrantes/racializadas aportamos al desarrollo y creaci¨®n de riqueza de este pa¨ªs con nuestra fuerza de trabajo y con el pago de nuestros impuestos. Somos sujetos de obligaciones, queremos ser tambi¨¦n sujetos de derecho pleno.
Para ello es necesario que el 12N seamos muchas en las calles. Necesitamos que se nos vea, que se sepa qui¨¦nes somos y cu¨¢ntas somos. Ante este desaf¨ªo, invitamos a todas las personas pertenecientes a las comunidades latinoamericanas, gitanas, africanas, afrodescendientes, negras, ¨¢rabes, musulmanas, asi¨¢ticas, etc., a unirse a esta manifestaci¨®n, a llenar las calles de Madrid de demandas antirracistas en un d¨ªa que ser¨¢ hist¨®rico para nosotras. Porque la jornada del 12 de noviembre, independientemente de c¨®mo sea su desarrollo, marcar¨¢ el inicio de un proceso mayor de reflexi¨®n y debate, cuya finalidad ser¨¢ la construcci¨®n de una conciencia colectiva y un relato com¨²n que nos permita hacer de nuestra lucha antirracista una lucha pol¨ªtica. Solo as¨ª conseguiremos cambiar las cosas.
Paula Guerra C¨¢ceres es comunicadora social, chilena de origen, madrile?a por elecci¨®n, y activista de SOS Racismo Madrid.
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