Las trans bolivianas se quedan sin derechos
El Tribunal Constitucional del pa¨ªs anula el p¨¢rrafo de una ley que permit¨ªa a los transexuales casarse y adoptar
En Bolivia el movimiento de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (LGTB) lleva la T de transexualidad delante. Las chicas trans son las que siempre dan la cara en los actos p¨²blicos, las que presiden muchos de los colectivos regionales y nacionales, y quienes m¨¢s sufren la discriminaci¨®n y el acoso en las calles. Por eso pidieron durante un Congreso Extraordinario Nacional en 2008 que se cambiara el nombre de su colectivo a TLGB. Tras a?os de reclamaciones, en 2016 consiguieron la aprobaci¨®n de una Ley de Identidad de G¨¦nero que reconociese el cambio de nombre, sexo y fotograf¨ªa en todos los documentos oficiales. Sin embargo, las personas trans han podido disfrutar de esa medida poco m¨¢s de un a?o: el pasado 10 de noviembre, el Tribunal Constitucional declar¨® inconstitucional un p¨¢rrafo de esta ley vetando, entre otras cosas, la posibilidad de las personas transexuales de adoptar y casarse. El texto jur¨ªdico se?ala que no pueden ejercer "todos los derechos fundamentales, pol¨ªticos, laborales, civiles, econ¨®micos y sociales¡±.
¡°Espero que no sea retroactiva¡±, dice sobre la sentencia Luna Sharlotte Humerez, una activista trans de 27 a?os. Ella es la primera mujer transexual en casarse de forma legal en Bolivia. Fue en diciembre pasado, en una boda que casi no se celebra porque no le entregaron los papeles necesarios hasta un d¨ªa antes. En el registro civil, el mismo que le hab¨ªa concedido apenas medio a?o antes el cambio de sexo en sus documentos, no paraban de repetirle ¡°no te puedes casar¡±, pero ella insisti¨® hasta que habl¨® con el director del Servicio de Registro Civil. ?l le dijo que estaba en todo su derecho; ante la ley era una mujer. Casi un a?o despu¨¦s, el matrimonio de una persona transexual con otra del sexo contrario va a estar prohibido, como ya lo est¨¢ el homosexual.
La esperanza de vida de una persona transexual en Bolivia es de 45 a?os
¡°No podemos retroceder en materia de derechos humanos¡±, lamenta Luna. Esta activista, que trabaja vendiendo productos de peluquer¨ªa mientras planea abrir la suya propia, insiste una y otra vez en que ella es una mujer y tiene los mismos derechos que el resto de mujeres en Bolivia. Este ¡°retroceso¡± es un bache m¨¢s en un camino donde se junta el estigma que siguen sufriendo las personas transexuales por parte de la sociedad, la ausencia de m¨¦dicos especialistas, la desinformaci¨®n y sus lamentables posibilidades laborales, que acaban aboc¨¢ndoles a la prostituci¨®n.
La esperanza de vida de una persona transexual en Bolivia es de 45 a?os, seg¨²n Luna. Y uno de los factores, dice, es que un 99% de chicas trans se automedican. Catalina Bravo tiene 17 a?os y est¨¢ comenzando su proceso de transici¨®n ahora. ¡°Tom¨¦ durante un tiempo hormonas ¡ªlas pastillas anticonceptivas, aclara¡ª, porque no sab¨ªa que ten¨ªa que acudir a un doctor¡±, reconoce esta joven que a¨²n va al instituto. ¡°Es peligroso y lo tuve que dejar¡±. Despu¨¦s de buscar por Internet y acudir a gente que no sab¨ªa d¨®nde derivarla, consigui¨® que le recomendasen un m¨¦dico que ya hab¨ªa tratado a personas en transici¨®n. ¡°Hemos buscado hartos doctores y no hay nadie especializado en eso¡±, lamenta.
Cuando ahorr¨® los 200 bolivianos (en torno a 25 euros) que costaba la consulta con un endocrino que le fue recomendado, fue a verle con otra amiga que estaba en su misma situaci¨®n. El doctor le dijo que los siguientes pasos eran obtener un certificado psicol¨®gico que acreditara que realmente es una persona trans y hacerse an¨¢lisis de sangre para estipular el tratamiento. Los ex¨¢menes ser¨ªan 2.000 bolivianos (250 euros) y las hormonas entre 250 y 400 bolivianos (31 y 50 euros) al mes. Empezar¨ªa a experimentar los primeros cambios en unos tres a?os. ¡°En otros pa¨ªses, en seis meses ya los empiezas a notar, pero cuando el doctor me dijo tres a?os... Para m¨ª es muy lento¡±, se queja. ¡°Aqu¨ª est¨¢ la ley, pero no hay una informaci¨®n bien dada, no hay doctores especializados¡ ?uno atenta contra su vida si no sabe!¡±.
La importancia de la transexualidad en Bolivia ha hecho que las siglas del movimiento se cambien a TLGB
Para sus padres, Catalina a¨²n es Omar, pero est¨¢ preparando el terreno: ¡°Yo todav¨ªa no le he dicho de frente: ¡®Mami, soy trans, me siento mujer¡±, cuenta. Pero cuando Luna sali¨® en la televisi¨®n con la noticia de su matrimonio le pregunt¨® a su madre: ¡°?Qu¨¦ har¨ªas si yo fuese como Luna?¡±. A su padre ni se lo plantea: ¡°Yo s¨¦ que jam¨¢s va a aceptar; s¨ª puede tratar de respetar, pero jam¨¢s va a aceptar verme como una mujer¡±. En su colegio piensan que es gay. No lo oculta y si le preguntan de frente contesta: ¡°S¨ª, soy as¨ª¡±. Pero reconoce que ¡°causar¨ªa un gran revuelo¡±. ¡°Cuando eres transg¨¦nero, no encajas en ninguno de los dos lados. Con los chicos es algo muy brusco y con las chicas tampoco porque tienes el f¨ªsico de hombre¡±, dice. Por eso quiere empezar cuanto antes su transici¨®n y tener ¡°una vida corriente¡±. En un a?o ir¨¢ a la universidad; quiere estudiar Derecho.
La ley consigui¨® que las personas transexuales se planteen ir a la universidad sin miedo a que su otro nombre aparezca en todos los documentos, pero hasta ahora no hay muchos graduados. Luna est¨¢ estudiando Derecho en la Universidad P¨²blica de El Alto, pero asegura que no sabe de ninguna chica trans que se haya graduado. La escasa profesionalizaci¨®n y la precariedad econ¨®mica y laboral en la que viven la mayor¨ªa de personas transexuales en Bolivia lleva a muchas chicas trans a dedicarse a la prostituci¨®n. Stefany Brito comenz¨® con 18 a?os, poco despu¨¦s de marcharse de casa de sus padres y dejar sus estudios. Empez¨® haciendo la calle en Santa Cruz, pero tambi¨¦n ha pasado por Cochabamba, Sucre, Potos¨ª, Oruro, El Alto y, actualmente, asegura que es la ¨²nica chica trans en boliches de La Paz.
¡°Fing¨ªa, enga?aba a los clientes y para que no me descubrieran evitaba hacer pieza con ellos (acompa?arlos al dormitorio)¡±, cuenta de su ¨¦poca de dama de compa?¨ªa. Luego aprendi¨® ¡°c¨®mo enga?arlos¡± para poder ¡°hacer pieza¡± y ganar m¨¢s. 25 bolivianos, exactamente. Apenas tres euros. ¡°Yo llevo una doble vida. Un travesti, cuando ejerce como tal, se prostituye de 200 bolivianos (25 euros) para arriba. En cambio, ac¨¢ ellos no saben que soy trans y tengo que actuar como una mujer, enga?ando y cobrando como una chica¡±. Explica que, para salir de la prostituci¨®n, necesitan viviendas e incentivos p¨²blicos para estudiar. Ella, por ejemplo, quiere cursar Trabajo Social, contabilidad o Derecho porque, dice, necesitan ¡°hartos derechos¡±. Tambi¨¦n quiere abrir su propio negocio. ¡°Algo peque?o, para vender almuerzos", detalla. O, si no, una tienda de ropa.
¡°Bolivia est¨¢ avanzando, pero muy lentamente¡±, dice Luna Humerez, que asegura que la ley de identidad de g¨¦nero aprobada en 2016 es una de las m¨¢s avanzadas de la regi¨®n. Se va despacio porque el desconocimiento que la sociedad tiene sobre el tema dificulta conseguir tratamientos adecuados y empeora las condiciones laborales de las personas trans. Y porque Luisa Dur¨¢n fue asesinada con 52 pu?aladas en 2012. El mismo destino que corrieron Camila Flores, Dayana Kenia, Charol o Paloma. Son cr¨ªmenes que recuerda la Defensor¨ªa del Pueblo, una instituci¨®n que hasta hace unos meses, ¡ªrenunci¨® por motivos personales¡ª, ha tenido como adjunta al Defensor a T¨¢mara N¨²?ez del Prado, una mujer transexual.
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