No compre m¨¢s ropa, alqu¨ªlela
Proliferan las webs en las que conseguir prendas para unos d¨ªas a bajo precio
¡°Planeo sacar a Zara del negocio¡±. No son declaraciones del responsable de Uniqlo, Tadashi Yanai, siempre obsesionado con desbancar la joya del imperio Inditex, sino del suculento titular que Jennifer Hyman, consejera delegada de la empresa de suscripci¨®n de ropa Rent the Runway, le regalaba a la revista Glossy. La emprendedora que mont¨® en el a?o 2009 este innovador modelo de negocio para alquileres ocasionales de prendas de lujo hace ocho a?os est¨¢ entrando en una nueva fase de negocio.
Junto a las suscripciones mensuales que oscilan entre 139 y 159 d¨®lares (de 118 a 135 euros) y con las que las usuarias suelen alquilar entre 10 y 15 prendas de firma, acaba de introducir una nueva opci¨®n de bajo coste. Ahora, con un pago mensual de 89 d¨®lares (75 euros) los suscriptores podr¨¢n alquilar hasta cuatro prendas cada mes. Con este inteligente movimiento, Hyman se propone democratizar la suscripci¨®n y ofrecer una alternativa a los clientes habituales de la moda r¨¢pida, sedientos por vestir a la ¨²ltima por poco dinero: ¡°Queremos hacer que la respuesta a la pregunta ¡®?Deber¨ªa comprar una vez al mes en Zara o tener acceso directo a dise?adores en Rent the Runway?¡¯ sea mucho m¨¢s f¨¢cil¡±, explicaba a la publicaci¨®n.
Si tenemos en cuenta que, seg¨²n un estudio sobre los h¨¢bitos de compra de 2.000 mujeres, vestimos un m¨¢ximo de siete veces las prendas y que el 33% de las mujeres consideran ¡°viejas¡± las piezas de ropa que han llevado menos de tres veces, el armario en la nube parece una alternativa muy atractiva ¡ªadem¨¢s de sostenible¡ª a la compra de moda r¨¢pida. Y es que la propiedad es un t¨¦rmino que los nativos en Internet entienden de forma ligeramente diferente a como lo hacen aquellos que crecieron desconectados. Nacidos en la recesi¨®n y con una conciencia ecol¨®gica m¨¢s acusada que sus progenitores, las circunstancias y las redes sociales les han acostumbrado a compartir casa, coche y ahora, a compartir ropa.
El hecho de que por primera vez en diciembre del a?o pasado Rent The Runway reportara las primeras ganancias, 100 millones de d¨®lares en beneficios, parece confirmar que el mercado est¨¢ m¨¢s maduro para un modelo de negocio que hace una d¨¦cada se hubiera imaginado como impensable.
Con un enfoque muy similar naci¨® Le Tote. Brett Northart y Rakesh Tondon son los padres de esta aventura empresarial que cuenta con la participaci¨®n de 100 marcas y una plantilla de 200 personas. Mientras la mujer de uno heredaba ropa de beb¨¦ de sus amigas, la otra participaba en uno de los muchos grupos de intercambio de ropa que animan las tardes de Silicon Valley. Durante una cena, les llam¨® la atenci¨®n el hecho de que sus dos mujeres de edades diferentes, en momentos diferentes, compartieran ropa con el objetivo de acceder a una mayor variedad.
Le Tote basa su modelo de negocio en la rotaci¨®n y ahorro que ofrece el alquiler de prendas: ¡°Estamos incrementando la cantidad de ropa que alguien puede vestir. Tambi¨¦n es una forma de dar acceso a moda menos asequible¡±, explica Brett Northart. Tras las primeras pruebas la respuesta fue muy positiva: ¡°Les encant¨® la idea de tener un armario que rota¡±. Sus clientas pagan 59 d¨®lares al mes a cambio de una caja con tres prendas y dos accesorios. Una vez se cansan de esa propuesta, la pueden devolver para recibir otra caja con nuevas prendas.
En 2012 Pola Fendel y Tekla Wilkening concibieron en Hamburgo Kleiderei, la primera biblioteca de ropa: ¡°Se nos ocurri¨® bebiendo vino, pensamos que no ser¨ªa mala idea alquilar ropa para reaprovechar los recursos. Lanzar la idea al mundo y ver c¨®mo la gente reaccionar¨ªa¡±. Estas dos j¨®venes sent¨ªan que la moda r¨¢pida y sus devastadoras consecuencias con el medioambiente les hab¨ªa arrebatado la ilusi¨®n por la moda y quer¨ªan recuperarla: ¡°Hay una famosa frase de Vivienne Westwood que dice: ¡®Compra menos, escoge bien y hazlo durar¡¯, pero a veces no quieres comprar bien, sino que quieres probarte cosas y divertirte¡±.
Tras el pago mensual de 34 euros, las usuarias de Kleiderei tienen derecho a recibir un paquete de cuatro piezas seleccionadas seg¨²n su estilo personal. La mayor¨ªa son prendas de segunda mano, aunque tambi¨¦n cuentan con algunas de muestrarios de dise?adores locales: ¡°Pero nunca compramos cosas que han sido producidas por marcas de moda r¨¢pida¡±, clarifica Tekla. Con su segunda tienda f¨ªsica acabada de abrir en Colonia pueden sortear el principal problema de este tipo de negocios: la falta de inmediatez que conlleva un sistema basado en el env¨ªo a domicilio. Actualmente est¨¢n mandando entre 300 y 400 paquetes al mes en Alemania, donde planean seguir creciendo.
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