Los ni?os superdotados invisibles o el ¡°yo no lo veo¡±
La realidad es que el grueso de los menores que lo son sigue sin ser detectados y tienen una alta probabilidad de que nunca lo ser¨¢n
A pesar de esa sensaci¨®n que empieza a llegarnos a los profesionales que trabajamos con ni?os de alta capacidad, acerca de padres y profesores que comentan que ¡°ahora todos los ni?os tienen altas capacidades¡±, la verdadera realidad es que el grueso de ni?os que lo son, siguen sin ser detectados y con alta probabilidad no lo ser¨¢n nunca porque no responden al falso estereotipo de ni?os acad¨¦micamente brillantes. Y lo que es peor, puede que hasta sean diagnosticados con diferentes patolog¨ªas, tales como el D¨¦ficit de Atenci¨®n con Hiperactividad (o sin ella), el trastorno bipolar o el S¨ªndrome de Asperger. Una tragedia para padres y para hijos. Y para todos. Una sociedad que patologiza la sobredotaci¨®n por pura ignorancia, es muy mal s¨ªntoma.
Est¨¢ comprobado por numerosos estudios que suelen ser los padres quienes son los primeros en darse cuenta de la diferencia de sus hijos, sin embargo, si esta diferencia no responde a unas calificaciones acad¨¦micas excepcionales, empezar¨¢n a sospechar la posibilidad de que su hijo tenga ¡°algo raro¡±. Algunos de ellos, los m¨¢s proactivos, acudir¨¢n a un psic¨®logo que muy probablemente no tenga formaci¨®n en alta capacidad y por ello dif¨ªcilmente va a ver lo que realmente le pasa al ni?o. Les hablar¨¢n de falta de l¨ªmites, de necesidad de disciplina y en muchos casos de ser unos padres demasiado tolerantes o sospechosos de narcisismo al pensar que su hijo es ¡°especial¡±. Con suerte, no saldr¨¢n de la consulta con una etiqueta patol¨®gica acerca de su hijo aunque en la mayor¨ªa de los casos, s¨ª con una sensaci¨®n de incompetencia personal, de impotencia y angustia.
Y luego est¨¢n los docentes del ¡°yo no lo veo¡±. Como si tener alta capacidad llevara impl¨ªcito una marca reconocible en alguna parte del cuerpo, como si hubiera un ¨²nico patr¨®n observable, como si tuvieran ciencia infusa a modo de enciclopedia andante¡
En definitiva, lo triste es reconocer que no se puede ver lo que no se conoce.
Hablo de los llamados ¡°superdotados invisibles¡±, los que no parecen destacar en nada, los que solo se comportan de manera disruptiva o peculiar , pero no se interesan por las clases, siempre distra¨ªdos, movi¨¦ndose sin parar, haciendo preguntas inusuales, neg¨¢ndose a hacer las fichas o los deberes, desafiando al profesor, estallando de rabia por razones incomprensibles, solos en los recreos, incluso con dificultades para entender un texto o una explicaci¨®n. Hablo del potencial escondido por divergente, por inusual, por excepcional. En un sistema creado para la media, donde se ha confundido igualdad con uniformidad, excelencia como elitismo, salirse del patr¨®n no est¨¢ bien visto, sobre todo si no tienen un trastorno, entonces ni siquiera les alcanza la compasi¨®n o la empat¨ªa.
¡°Cuando se sabe qu¨¦ buscar, el alto potencial de un ni?o aparece en los lugares m¨¢s inesperados y se expresa de las formas m¨¢s inusuales: Un grafiti lastimero, una raz¨®n muy inteligente para no hacer los deberes, un chiste ingenioso, una pregunta fascinante, un juego de palabras, la concienzuda dedicaci¨®n a una actividad, hacer las cosas de forma inusual, pintarlas del rev¨¦s, una pasi¨®n que perdura, el valor de defender a los indefensos, la capacidad de mantener la calma en los momentos de caos. Todos estos son indicadores cualitativos de la alta capacidad¡±.
Linda Kreger Silverman es psic¨®loga cl¨ªnica. Autora de m¨¢s de 300 libros, fundadora del Instituto para el estudio del desarrollo avanzado, y El Centro de Desarrollo de la superdotaci¨®n (GDC) en Denver, Colorado.
Nuestra experiencia del d¨ªa a d¨ªa, nos trae a padres angustiados porque no saben qu¨¦ les pasa a sus hijos: ¡°siempre fue diferente¡±, ¡°no obedece¡± ¡°parece sordo¡± ¡°explota con facilidad de forma muy intensa¡±, ¡°parece ido, en su mundo¡±, ¡°le cuesta relacionarse con los ni?os de su edad¡±, ¡°nos hace preguntas inusuales¡± ¡°le angustia la muerte¡±¡ y as¨ª llegan, esperando un diagn¨®stico de alguna patolog¨ªa porque han tenido una tutor¨ªa en el cole y les han dicho que ¡°algo no va bien¡±.
La mayor¨ªa de los profesionales de la educaci¨®n o de la psicolog¨ªa desconocen las sobre excitabilidades de los ni?os y ni?as con Altas capacidades
Especialmente dif¨ªciles de detectar son los que provienen de entornos socio-econ¨®micos pobres, los que tienen adem¨¢s un problema de aprendizaje (doble excepcionalidad), los altamente creativos, los que tienen un estilo de aprendizaje predominantemente viso-espacial (la mayor¨ªa de superdotados tienen este estilo), los que tienen bajo rendimiento acad¨¦mico y las ni?as.
La identificaci¨®n de las ni?as es especialmente complicada porque por un lado no suelen tener un comportamiento disruptivo en aula y adem¨¢s tienden a asemejarse a su grupo de referencia en cuanto a calificaciones y comportamiento, a fin de ser aceptadas por el grupo de iguales. Para las mujeres, la necesidad de aprobaci¨®n social es pandemia.
La mirada de los padres y de los docentes es una variable determinante en la imagen que construya el ni?o (cualquier ni?o) de s¨ª mismo. En el caso de los ni?os superdotados no detectados se produce con triste frecuencia el ¡°efecto Pigmali¨®n negativo¡±, cuando tanto unos como otros, niegan o ningunean la excepcionalidad del ni?o en un intento err¨®neo por ¡°normalizarle¡±. El ni?o interioriza que ser como es ¨¦l, no es bueno y tender¨¢ a la desaprobaci¨®n y al autorechazo. Es com¨²n escucharles decir, desde muy peque?os, que ¡°no sirven para nada¡±.
La mayor¨ªa de los profesionales de la educaci¨®n o de la psicolog¨ªa desconocen las sobre excitabilidades de los ni?os y ni?as con Altas capacidades, de ah¨ª la frecuencia de los diagn¨®sticos err¨®neos:
- La sobreexcitabilidad psicomotora se confunde con TDHA: El ni?o parece tener problemas de atenci¨®n y su agitaci¨®n motriz (verbal o f¨ªsica) hace que se piense en este trastorno. Si bien, cuando el ni?o est¨¢ motivado en la tarea, inmerso en algo que le atrae y fascina, puede llegar a tener niveles de concentraci¨®n fuera de lo esperado para su edad, olvid¨¢ndose incluso de todo lo que le rodea.
- La sobreexcitabilidad intelectual se confunde con Trastorno de Asperger, en tanto el ni?o superdotado muestra una curiosidad voraz que a veces proyecta sobre un ¨²nico tema, obsesion¨¢ndose y volcando toda su energ¨ªa en ¨¦l. El discurso, a veces tangencial, o la dificultad para las relaciones sociales y sus matices, puede llevar a pensar en este trastorno del espectro autista.
- La sobreexcitabilidad emocional, la m¨¢s frecuente de todas, la que los padres refieren como ¡°ni?o muy intenso y extremo¡±, en algunos casos puede llevar a pensar a los que no conocen c¨®mo es un ni?o con Alta Capacidad a pensar en un trastorno bipolar. Y nada m¨¢s lejos de la realidad, son intensos emocionalmente pero no psic¨®ticos, y este ser¨¢, cuando sean adultos, uno de sus mayores recursos.
- La sobreexcitabilidad sensorial hace que les moleste sobremanera las etiquetas de la ropa, el ruido de la clase o los olores del comedor, y supone para ellos algo tan invasivo que no pueden pensar en nada m¨¢s. Incomprendidos casi siempre y juzgados la mayor¨ªa de las veces como mani¨¢ticos, cuando es algo que no pueden (ni debemos obligarles) a soportar.
- La sobreexcitabilidad de la imaginaci¨®n supone una enorme facilidad para inventar, fantasear a un nivel donde llegan a confundir la realidad con la ficci¨®n, creando sus propios mundos privados con compa?eros imaginarios para escapar del aburrimiento. En aula suelen dibujar, escribir o imaginar historias con el fin de abstraerse de una realidad que la mayor¨ªa de veces les aburre profundamente, por r¨ªgida y ¨¢rida.
Estas son solo algunas pinceladas que conf¨ªo ayuden a algunos padres y docentes a cambiar la mirada hacia nuestros ni?os altamente dotados.
Es imprescindible la comprensi¨®n, la empat¨ªa, la canalizaci¨®n de un potencial que a veces amenaza con volverse en contra, el conocimiento de una realidad que es nuestra responsabilidad atender, desterrando t¨®picos y prejuicios, mirando de frente y sin miedo a los ¡°diferentes¡±. Son sobre todo y por encima de todo, ni?os, con el leg¨ªtimo derecho a ser felices, sin negarles su esencia.?
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