?Quieres saber si tienes un ni?o superdotado?
La falta de diagn¨®stico por padres y profesionales suele conducir a estos alumnos al fracaso escolar
Todas las madres, padres y abuelos creen que sus hijos y nietos son muy inteligentes, pero lo cierto es que no todos los ni?os poseen altas capacidades (AACC), por mucho que sus familiares crean que s¨ª. La ciencia los define como ¡°aquellos que muestran una gran capacidad de aprendizaje y curiosidad; que se interesan por aprender y entender; que preguntan; que tienen la capacidad para resolver problemas y que son capaces de hacer deducciones y de cuestionarse¡±, explica Olga Carmona, psic¨®loga de Ceibe especializada en el diagn¨®stico y atenci¨®n a estos ni?os. La OMS considera que un 2% de la poblaci¨®n es superdotada. Mientras, los ni?os inteligentes son ¡°los interesados en multitud de cuestiones y que necesitan entender los c¨®mos y los porqu¨¦s de las cosas¡±, diferencia.
La inteligencia no es un concepto abstracto ni que se aplique a una sola capacidad, sino a muchas, de hecho, la ciencia ha ido ampliando el concepto hacia otros m¨¢s diversos donde no existe uno, sino m¨²ltiples tipos. As¨ª, hoy podemos hablar de las inteligencias m¨²ltiples propuestas por Howard Gardner, premio Pr¨ªncipe de Asturias a las Ciencias Sociales, y que plantea nueve diferentes: ling¨¹¨ªstica, l¨®gico-matem¨¢tica, corporal-kinest¨¦sica, espacial, musical, interpersonal, intrapersonal, naturalista y existencial. Otras posibles clasificaciones hablan de inteligencia emocional, cognitiva, social, y biol¨®gica. ¡°Todos est¨¢n de acuerdo en que no es una capacidad fija e inamovible, sino que nacemos con un potencial determinado gen¨¦ticamente que luego se ver¨¢ potenciado o disminuido en funci¨®n del ambiente social y familiar¡±, explica Carmona.
?Cu¨¢les son las se?ales de que un ni?o tiene altas capacidades?
Un gran error, bastante generalizado, es creer que es lo mismo ser inteligente que tener altas capacidades. Todos los que las tienen son muy inteligentes, pero no todos los muy inteligentes las poseen. "La diferencia radica en el coeficiente intelectual, que en el caso de los superdotados debe ser igual o superior a 130 en la Escala Wechsler. Tambi¨¦n difieren en la creatividad. Adem¨¢s, el ni?o con altas capacidades tiene unas caracter¨ªsticas de personalidad muy concretas y comunes a todos ellos en mayor o menor medida¡±, dice Carmona.
Tienen una memoria prodigiosa, suelen aprender a leer y a escribir de forma autodidacta. Son extremadamente distra¨ªdos y aparentemente ca¨®ticos en las rutinas y tareas cotidianas¡±
Es arriesgado hacer un listado aislado de tales caracter¨ªsticas, explica, porque siempre quedar¨¢n fuera ni?os con altas capacidades que no las cumplen al 100%, pero rasgos comunes son que ¡°suelen ser beb¨¦s extraordinariamente demandantes y se sobreestimulan con facilidad; muy h¨¢biles a nivel psicomotriz, levantan la cabeza y fijan la mirada antes del mes de vida y dicen sus primeras palabras con sentido hacia los cinco o seis meses. Adem¨¢s, son ni?os muy intensos emocionalmente, muy extremos en su expresi¨®n emocional, con muy baja tolerancia a la frustraci¨®n y muestran una gran capacidad emp¨¢tica a edades muy tempranas. Tienen un gran sentido de la justicia y la equidad. Adem¨¢s, son ni?os cuestionadores y desaf¨ªan la autoridad. Suelen tener alg¨²n tipo de hipersensibilidad sensorial, es decir, alguno de los sentidos o todos muy aumentados¡±, a?ade. ¡°Sin olvidar que se interesan por cuestiones poco infantiles, como la muerte o la existencia. Tienen una memoria prodigiosa, aprenden a leer y a escribir de forma autodidacta. Son extremadamente distra¨ªdos y aparentemente ca¨®ticos en las rutinas y tareas cotidianas¡±.
?Qu¨¦ hago si sospecho que mi hijo tiene altas capacidades?
Si sospechas que tu hijo tiene altas capacidades, lo adecuado es acudir a un psic¨®logo especializado en detecci¨®n e intervenci¨®n, ya que no cualquier profesional de la psicolog¨ªa lo est¨¢, o ponerse en contacto con alguna asociaci¨®n de altas capacidades de tu comunidad aut¨®noma para que te oriente.
Desde hace poco, tambi¨¦n se puede hacer a trav¨¦s del m¨¦dico de familia de la Seguridad Social, al menos en Madrid, pero con una gran lista de espera.
Una vez detectado, hay que ponerlo en conocimiento del centro escolar, que a trav¨¦s de los Servicios de Orientaci¨®n de Zona, validar¨¢ o no el diagn¨®stico. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, el informe de los profesionales privados no es vinculante, "aunque en mi experiencia ahorra mucho tiempo y es m¨¢s fiable", explica Carmona.
"En definitiva, la alta capacidad es una manera diferente de entender y procesar la realidad. Es un funcionamiento neurol¨®gico distinto, con estructuras y funciones cerebrales que difieren de los ni?os normot¨ªpicos, por muy inteligentes que estos sean¡±, a?ade. Como en tantas otras cuestiones referidas a las inteligencias m¨²ltiples, hay infinidad de estereotipos que no se corresponden con la realidad, y muchas personas desconocen aspectos b¨¢sicos¡±. Por ejemplo, explica Carmona, ¡°muchos creen que son ni?os con notas excelentes, que no tienen dificultades de aprendizaje, que aprenden todo y de todo a la primera, que no necesitan apoyo¡±.
Al contrario, la psic¨®loga asegura que ¡°permanentemente se confunde a los ni?os con altas capacidades con los que tienen Trastorno por D¨¦ficit de Atenci¨®n e Hiperactividad (TDAH) porque estos se aburren soberanamente en clases repetitivas y lentas. Lo que ocurre es que aprenden a mucha m¨¢s velocidad que el resto y por lo tanto, lo normal es que se ausenten, que se inquieten, que molesten o, en el mejor de los casos, que protesten. No es que el ni?o no pueda atender, es que ya no hay nada que atender, no es que el ni?o no logre concentrarse, es que no hay motivaci¨®n para ello", explica. ¡°Es como si a un ni?o de cinco a?os le pones en un aula de guarder¨ªa con los lactantes y le pides que se adapte al ritmo y necesidad de los de pa?al. Obviamente, no puede y, adem¨¢s, no debe porque ¨¦l no es el problema. El problema es un sistema que le da la espalda y que no valora el mejor de sus activos, porque est¨¢ oxidado, obsoleto y lleno de prejuicios¡± concluye.
La familia es quien suele iniciar la detecci¨®n y, posteriormente, es, o deber¨ªa ser, el principal sost¨¦n y referente emocional del ni?o
¡°Generalmente, los padres son los primeros en detectar que su hijo es diferente, pero no se atreven a consultar por miedo a lo que van a pensar de ellos, es decir, atrapados por un sentido de falsa modestia no consultan y dejan al ni?o sin diagnosticar. Los padres suelen darse cuenta desde que su hijo nace de que su evoluci¨®n es diferente, sus gustos, sus man¨ªas, su conducta. Es com¨²n que los padres interpreten como una man¨ªa que le moleste determinada ropa o tejido, que no quiera pisar la arena de la playa, que detecte olores que nadie detecta y le produzcan rechazo, que parezca sordo muchas veces o que parezca incansable y con energ¨ªa siempre. Que se aburra con lo que otros ni?os disfrutan, que devore libros o legos o sudokus o que tenga miedos a est¨ªmulos que los adultos no entendemos¡±, explica Carmona.
Muy excepcionalmente es el centro escolar el que detecta al ni?o, pero es un porcentaje casi insignificante. Lo habitual es que el ni?o empiece a tener problemas por lo que los padres acuden a un psic¨®logo y si este es un profesional experimentado, sabr¨¢ verlo y hacer el diagn¨®stico correspondiente¡±, explica la experta.
El desarrollo de un ni?o superdotado
Es obvio que crecer en una familia donde los padres poseen un mayor inter¨¦s por la cultura y el aprendizaje y que, adem¨¢s, tienen estudios y amplia formaci¨®n, favorecer¨¢ el buen desarrollo de ese ni?o con altas capacidades. ¡°Estas vienen determinadas gen¨¦ticamente, pero para poder expresarse, explica Carmona, son necesarios est¨ªmulos ambientales y es aqu¨ª donde la familia tiene un peso determinante. Obviamente, hay excepciones donde a pesar de tener todo en contra y pertenecer a un grupo socioecon¨®mico bajo, estos ni?os sobresalen de forma llamativa, pero siempre van a necesitar recursos que faciliten el desarrollo de ese potencial. La familia es quien suele iniciar la detecci¨®n y, posteriormente es, o deber¨ªa ser, el principal sost¨¦n y referente emocional del ni?o. La realidad puede llegar a ser extremadamente hostil para un ni?o superdotado y la familia tiene el papel de amortiguador. Es tambi¨¦n el principal agente de estimulaci¨®n, especialmente en los primeros a?os. En el caso de familias con un perfil cultural muy bajo, es altamente probable que se pierda el potencial y no llegue nunca a expresarse¡±.
Altas capacidades y fracaso escolar suelen ir de la mano. La falta de detecci¨®n o de recursos para tratar a estos ni?os hace que terminen suspendiendo todas o casi todas las asignaturas. Es decir, que fracasen en el colegio. Carmona tiene claro que ¡°las personas con altas capacidades se saben diferentes, aunque no tengan el diagn¨®stico, conocen su necesidad de canalizar un potencial que, de no serlo, se les vuelve en contra¡±. "Adem¨¢s", a?ade, ¡°si de adultos trabajan en algo rutinario y desprovisto de reto y motivaci¨®n, no se resignar¨¢n y ser¨¢n profundamente infelices¡±.
Un sistema educativo poco preparado
?Qu¨¦ sucede cuando un ni?o con altas capacidades se enfrenta a un sistema educativo como el espa?ol que, quiz¨¢s, no est¨¢ del todo preparado para atenderlo? La psic¨®loga Olga Carmona lo tiene muy claro. Para ella, ¡°poco o nada, ya que es una sociedad donde las altas capacidades permanecen todav¨ªa en un lugar oscurantista, donde serlo o decir que tu hijo lo es se percibe como un ejercicio de soberbia y de af¨¢n de superioridad¡±.
De hecho, agrega, los padres con hijos con alta capacidad a¨²n lo ocultan socialmente y lo viven con confusi¨®n, "ya que la respuesta social es negativa y recelosa. El sistema educativo es el resultado de una sociedad que hace apolog¨ªa de la mediocridad, donde todo est¨¢ orientado a la media, a lo estad¨ªsticamente normal, por lo que aquellos que se salgan del percentil 50 hacia arriba o hacia abajo est¨¢n destinados a ser la minor¨ªa extra?a y desatendida¡±. Si bien es cierto que hay una mayor sensibilidad hacia la integraci¨®n social y escolar de los ni?os con dificultades por d¨¦ficit, tambi¨¦n es verdad que va en detrimento de los ni?os con necesidades especiales por exceso de potencial, por lo que muchos de ellos fracasar¨¢n acad¨¦micamente. ¡°Un ni?o con alta capacidad necesita atenci¨®n diferenciada y as¨ª lo recoge la ley en nuestro pa¨ªs. Esto, en la realidad, no se cumple¡±, sostiene.
Carmona denuncia que "no hay ni sensibilidad ni recursos ni competencia profesional en los centros p¨²blicos ni en la mayor¨ªa de los privados para atender la demanda educativa que estos ni?os requieren. Quedan expuestos a la suerte de que su profesor sea alguien con vocaci¨®n de servicio y quiera involucrarse con ellos". En el caso de los padres, tampoco mejora mucho el panorama: "Requiere dedicar mucho tiempo, dinero y energ¨ªa a buscar alternativas extraescolares que solo son un parche para paliar la verdadera necesidad, en aras de que sus hijos no se desmotiven y enfermen con trastornos de ansiedad, depresiones y problemas de conducta".
?Cu¨¢l ser¨ªa el mejor sistema educativo para este tipo de ni?os?
"En l¨ªneas muy generales", sostiene Carmona, ¡°ser¨ªa un sistema lo menos normativo y r¨ªgido posible, que potencie y facilite la investigaci¨®n, la iniciativa, la creatividad; un sistema radicalmente flexible que permita acelerar al ni?o si es lo que este necesita, que le impulse a llegar hasta donde quiera sin caer en la repetici¨®n, en la memorizaci¨®n, en la rigidez de metodolog¨ªas y contenidos, y donde la educaci¨®n emocional sea piedra angular sobre la que orbite todo lo dem¨¢s, un lugar donde pueda convivir con otros ni?os con altas capacidades y puedan trabajar en grupo; un sistema capaz de observar la forma idiosincr¨¢tica de aprender de cada ni?o y ofrec¨¦rselo en ese envase. La equidad en la escuela no consiste en dar a todos lo mismo, sino a cada uno lo que necesita o, al menos, no frenarlo¡±.
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