Ll¨¦vame a la luna
Trump se est¨¢ convirtiendo en un perdedor, la figura m¨¢s detestada en sus tuits
Donald Trump vive en un tiempo extra?o. Quiere que le devuelvan los Estados Unidos de su infancia y de su juventud. Esa es una de las razones por las que quiere mandar de nuevo una nave tripulada a la luna, seg¨²n una orden inconcreta en cuanto a plazos y presupuestos que firm¨® este pasado lunes.
No hay l¨ªmites a su ambici¨®n. Quiere anular la presidencia de su antecesor, Barack Obama, pero tambi¨¦n quiere superarle. Que EE?UU vuelva a ser grande y que sea primero en todo. De ah¨ª su inter¨¦s en la carrera espacial, que empez¨® ganando la Uni¨®n Sovi¨¦tica con su Sputnik, el primer vuelo tripulado, pero termin¨® arrasando EE?UU, con la huella de Armstrong sobre la arena lunar.
Al poco de llegar a la Casa Blanca urgi¨® a la Nasa para que mandara lo antes posible astronautas a la luna y desde all¨ª a Marte. ¡°En el peor de los casos durante mi segundo mandato¡±, a?adi¨®. F¨¢cilmente se entiende que se conformar¨ªa con mandar alguien al sat¨¦lite terrestre mientras ¨¦l est¨¦ todav¨ªa en la Casa Blanca, pero ni siquiera esto tendr¨¢ f¨¢cil, y no solo por la dificultad tecnol¨®gica y presupuestaria de la reanudaci¨®n de los viajes lunares suspendidos por Obama, sino porque el cerco para echarle de la presidencia se va estrechando.
Con el fiscal Mueller que le pisa los talones en b¨²squeda de la colusi¨®n rusa y la derrota que acaba de sufrir el partido republicano en la elecci¨®n senatorial de Alabama, no es esta la mejor semana para sue?os de grandeza. Dice que quiere ir a la luna y a Marte, pero ha sufrido la mayor derrota pol¨ªtica de su presidencia, que le convierte en lo peor que se pueda concebir, un maldito perdedor, esa figura que ¨¦l desprecia y de la que se mofa en sus obscenas frases en Twitter.
Ha perdido y en dos ocasiones en Alabama, un Estado donde el trumpismo arrasaba. Perdi¨® su candidato en las primarias republicanas y ha perdido su candidato en la elecci¨®n senatorial. La mayor¨ªa republicana en el Senado ya solo es de dos esca?os. El esca?o de Alabama perteneci¨® a Jeff Sessions, su fiscal general al que puede echar en cualquier momento por sus infidelidades en el esc¨¢ndalo del espionaje ruso. La derrota afecta tambi¨¦n a Steve Bannon, el estratega de extrema derecha que le llev¨® a la presidencia, especialista en exprimir los agrios limones de la incorrecci¨®n, el racismo y el resentimiento, y dispuesto a fumigar el entero establishment de Washington. Y al partido republicano, que encara las elecciones de mitad de mandato de 2018 desorientado y dividido, pero tambi¨¦n enojado y sometido por el presidente.
Roy Moore, el derrotado, era como Trump un hombre que a?oraba otra ¨¦poca: racista, hom¨®fobo, fundamentalista, intolerante, machista y, para postre, un hip¨®crita pederasta. El presidente sab¨ªa que pod¨ªa perder pero tantas semejanzas le hac¨ªan pensar que el peso de su apoyo le har¨ªa ganar. Quer¨ªa la luna. Tal como cantaba Sinatra, Fly me to the moon, ll¨¦vame a la luna, le canta a Trump la Am¨¦rica blanca, anglosajona y protestante. Pero el cohete que les lleva se llama cat¨¢strofe.
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