Trump quiere volver a enviar astronautas a la Luna 45 a?os despu¨¦s
El presidente firma una directiva, sin detalles de calendario y presupuesto, para una nueva misi¨®n al sat¨¦lite y la eventual exploraci¨®n de Marte
El presidente estadounidense, Donald Trump, dio luz verde este lunes a una nueva estrategia espacial que aspira a volver a enviar astronautas a la Luna e hipot¨¦ticamente a Marte. La fecha del anuncio no pod¨ªa ser m¨¢s simb¨®lica: en el 45 aniversario de la ¨²ltima vez que un humano pis¨® el sat¨¦lite. Sin embargo, la directiva que firm¨® el republicano no detalla ni los plazos ni el presupuesto para esa misi¨®n, claves para que la promesa se convierta en realidad.
La Directiva 1 de Pol¨ªtica Espacial insta a volver a llevar a astronautas estadounidenses a la Luna para una ¡°exploraci¨®n y utilizaci¨®n a largo plazo¡±, y tambi¨¦n a perseguir la ¡°exploraci¨®n humana¡± de Marte y el resto del sistema solar. ¡°No solo plantaremos nuestra bandera y dejaremos nuestra huella sino que estableceremos las bases para una eventual misi¨®n a Marte. Y quiz¨¢, alg¨²n d¨ªa, a muchos m¨¢s mundos m¨¢s all¨¢¡±, dijo Trump durante el breve acto de firma de la directiva en la Casa Blanca.
Pese al ¨¦nfasis nacionalista en la misi¨®n, el documento se?ala, sin entrar en detalles, que EE UU colaborar¨¢ con otros pa¨ªses y el sector privado para desplazar a astronautas a la Luna y ¡°desarrollar la tecnolog¨ªa y los medios¡± necesarios para una exploraci¨®n humana de Marte y otros planetas. El texto avanza que se promover¨¢n incentivos para la cooperaci¨®n con la industria privada.
El Gobierno de Trump ya hab¨ªa dado a entender que apostaba por un retorno a la Luna. La nueva pol¨ªtica, basada en recomendaciones del Consejo Espacial Nacional, supone un viraje respecto a la de la anterior Administraci¨®n de Barack Obama, que prioriz¨® la exploraci¨®n de Marte. En un sinf¨ªn de carteras, Trump ha desmantelado una a una las principales medidas de su predecesor.
La carrera espacial encarna el concepto de excepcionalismo americano. Doce astronautas, todos estadounidenses, descendieron al suelo lunar entre 1969 y 1972. En plena Guerra Fr¨ªa, supuso un hito geopol¨ªtico de EE UU en su rivalidad con la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Los astronautas de la misi¨®n Apolo 17, Eugene Cernan y Harrison Schmitt (que acudi¨® al acto en la Casa Blanca), fueron los ¨²ltimos en pisar el sat¨¦lite: el 11 de diciembre de 1972.
En su retorno a la Tierra, Cernan confi¨® en que no har¨ªa falta esperar a un ¡°futuro muy lejano¡± para volver a la Luna. Lo han impedido, sin embargo, una combinaci¨®n de falta de voluntad pol¨ªtica, recortes presupuestarios y problemas t¨¦cnicos.
En su discurso, Trump subray¨® la importancia del liderazgo estadounidense en la carrera espacial del mismo modo, aleg¨®, que Washington est¨¢ reforzando su hegemon¨ªa en otros sectores gracias a su presidencia. ¡°Ya no somos el l¨ªder indisputado en la exploraci¨®n humana del espacio¡±, lamenta la directiva. El texto recuerda, por ejemplo, que EE UU depende de cohetes rusos para desplazar a astronautas a la Agencia Espacial Internacional.
En 2004, el entonces presidente estadounidense, el republicano George W. Bush, abog¨® por enviar misiones con astronautas a la Luna entre 2015 y 2020. Pero en 2010 su sucesor, el dem¨®crata Obama, cancel¨® ese programa y puso todos los esfuerzos en mandar un humano a Marte, algo que confi¨® pod¨ªa ocurrir antes de 2030.
Trump vuelve a colocar a EE UU en la casilla de salida en un momento de mayor competencia. Otras potencias, como Rusia, Europa, Jap¨®n y China, han mostrado inter¨¦s en misiones lunares al mismo tiempo que florecen iniciativas privadas para hacer vuelos tur¨ªsticos alrededor del sat¨¦lite.
La NASA estim¨® en 2005 que volver a la Luna pod¨ªa costar 100.000 millones de d¨®lares. Eso es cinco veces el presupuesto actual de la agencia. En su propuesta presupuestaria para 2018, Trump salv¨® a la NASA de los recortes a otros organismos cient¨ªficos y ofreci¨® una cantidad muy similar a los 19.000 millones que recibi¨® en el ¨²ltimo a?o de Obama, lo que supone menos del 1% de todo el presupuesto del Gobierno federal.
Una de las mayores inc¨®gnitas es cu¨¢l ser¨ªa el apetito del Congreso a financiar un programa multimillonario como una nueva misi¨®n a la Luna. En la ¨²ltima autorizaci¨®n presupuestaria para la NASA, el pasado marzo, los legisladores apostaban por dar ¡°pasos sostenidos en misiones a destinos intermedios¡± mientras se mantiene el objetivo a largo plazo de mandar por primera vez a humanos a Marte.
Esa filosof¨ªa parece coincidir con la nueva estrategia de Trump, pero una de las dudas es qu¨¦ pasar¨ªa con el cohete y el veh¨ªculo Orion que se est¨¢n desarrollando para viajes de largo recorrido. Los expertos sostienen que podr¨ªan utilizarse tambi¨¦n para ir a la Luna y que, si es necesario ahorrar costes, el presidente podr¨ªa optar no solo por colaboraciones con el sector privado sino tambi¨¦n por recortes en la rama cient¨ªfica de la NASA.
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