McDonald's se ha propuesto hacer las cosas mejor y de paso nos enteramos de c¨®mo las hace ahora

Cada d¨ªa, unos 69 millones de personas acuden a alguno de los m¨¢s de 36.800 restaurantes que una de las cadenas de fast food m¨¢s conocidas del mundo, McDonald¡¯s, tiene repartidos en 119 pa¨ªses en todo el globo: m¨¢s de 14.300 en su pa¨ªs natal, Estados Unidos, al que siguen Jap¨®n y China, superando los 3.000 y los 2.000 restaurantes respectivamente.

En Espa?a existen casi 500 y tambi¨¦n los hay en las naciones cuyos ciudadanos, seg¨²n un estudio de la consultora Pew Research Center, m¨¢s negativamente opinan sobre el american way of life: en Egipto hay m¨¢s de 80 y en Jordania, una veintena. ?Incluso hay uno en la base estadounidense de Guant¨¢namo en Cuba! Sin duda un negocio de escala descomunal.

A d¨ªa de hoy, en Espa?a este perfil de consumidores representa ya el 7,8% de la poblaci¨®n. Es decir que alrededor de cuatro millones de personas no comen nunca productos animales o lo hacen rara vez

Obviamente no a todo el mundo le gusta este tipo de comida. Como es sabido, tiene muchos detractores que alegan un mont¨®n de razones de peso para no consumir esta clase de alimentos, ya sea por salud (la ingesta excesiva de carne roja es probadamente un detonante de enfermedades), por sostenibilidad planetaria (las emisiones y el dispendio de recursos asociados a la producci¨®n de carne industrial son desorbitados) y por rechazo al infumable maltrato animal que conlleva la producci¨®n de carne a gran escala.

La tendencia no es balad¨ª: hoy, en Espa?a este perfil de consumidores representa ya el 7,8% de la poblaci¨®n. Es decir, que alrededor de cuatro millones de personas no comen nunca productos animales o lo hacen rara vez, seg¨²n la consultora de innovaci¨®n Lantern. Por todo ello, los gestores del imperio de la hamburguesa barata est¨¢n llevando a cabo varias acciones para captar a ese sector de la poblaci¨®n que engloba tanto a veganos y vegetarianos estrictos como a todos aquellos consumidores concienciados por la salud y el bienestar animal.

No es que sea un concepto reciente: cuando esta ubicua corporaci¨®n fue fundada por los hermanos californianos Dick y Mac McDonald en los a?os cuarenta, el movimiento vegano ya hac¨ªa sus pinitos. De hecho, el primer libro de recetas veganas, llamado No a la comida de origen animal: dos ensayos y 100 recetas, data de 1910 y fue escrito por el londinense Rupert H. Wheldon. Veinti¨²n a?os m¨¢s tarde, en 1931, el mism¨ªsimo Mahatma Gandhi, activista y pol¨ªtico indio, acud¨ªa a la capital brit¨¢nica para impartir una conferencia en la sede de la Sociedad Vegetariana de Londres al respecto, titulada La base moral del vegetarianismo. Eran las semillas de un movimiento que, lenta pero inexorablemente, ha ido dando sus frutos.

El men¨² vegetariano

?Qu¨¦ hacen los actuales dirigentes de McDonald¡¯s frente a este escenario? Por ejemplo, lanzar la hamburguesa McVegan, el equivalente vegano de la Big Mac, hecha de soja y acompa?ada de un pan exento de leche y huevos. Por el momento esta propuesta veggie ha estado disponible durante un corto periodo de pruebas solo en Finlandia, concretamente en la localidad de Tampere, y las conclusiones de ese experimento a¨²n est¨¢n por concretar. ?Seducir¨¢ McDonald¡¯s a los amantes de las verduras con esa propuesta?

?Qu¨¦ hacen los actuales dirigentes de McDonald¡¯s frente a este escenario? Por ejemplo, lanzar la hamburguesa McVegan, el equivalente vegano de la Big Mac, hecha de soja y acompa?ada de un pan exento de leche y huevos

Hay voces que afirman que la idea en s¨ª misma es una pura contradicci¨®n. ?Una hamburguesa vegana en el imperio de la carne industrial, donde se cr¨ªan y sacrifican millones de animales en condiciones que la mayor¨ªa de nosotros preferimos no saber? Quiz¨¢s para combatir esas reflexiones, la cadena ha anunciado que, para 2024, sus productos de pollo, b¨¢sicamente los McNuggets, se confeccionar¨¢n con animales criados y sacrificados de forma m¨¢s respetuosa. Y para 2025, al menos en Canad¨¢, aseguran que todos los huevos que utilicen (compran 2.000 millones de unidades anuales) proceder¨¢n de gallinas no enjauladas.

Sean cuales sean las razones de fondo, cabe recalcar que, sin lugar a dudas, este tipo de iniciativas se encaminan en la buena direcci¨®n. Tanto por los obvios efectos directos de esas nuevas pol¨ªticas, como porque demuestran, una vez m¨¢s, algo que olvidamos demasiado a menudo: nosotros, los consumidores, somos amos de este ¡ªy cualquier otro¡ª business planetario. Nuestros h¨¢bitos marcan tendencias, y las tendencias determinan cambios en los modelos de negocio. Sin nosotros, ellos no son nadie. Pi¨¦nselo cada vez que compre lo que sea. Ejercite su poder.