?Por qu¨¦ ponemos el ¨¢rbol de Navidad?
La mayor¨ªa de los s¨ªmbolos y elementos decorativos de estas fechas tienen un origen secular en Europa, aunque han sido exportados por la cultura estadounidense. No son producto de la mercadotecnia y dicen m¨¢s sobre nosotros de lo que creemos
LLEVAMOS MILES de a?os celebrando la Navidad. La principal raz¨®n de esta festividad est¨¢ en la llegada del solsticio de invierno. Los pueblos antiguos ya honraban a alg¨²n dios relacionado con este astro con su fiesta del Natalis Solis Invictis (nacimiento del sol invicto), asociado con Apolo. Despu¨¦s, con los cristianos la Nativitas (en lat¨ªn) se centr¨® en el alumbramiento del Mes¨ªas el 25 de diciembre.
Y as¨ª hasta llegar hasta hoy. Se trata de una fecha crucial en el calendario para disfrutar de las vacaciones, estar en familia, salir de fiesta o hacer el plan que m¨¢s apetezca. Pero si hay algo en lo que todos nos ponemos de acuerdo, es en la presencia de s¨ªmbolos y personajes que desde hace siglos forman parte de nuestras vidas. Y nos equivocamos al pensar que son un producto del marketing. La mayor¨ªa tiene su origen en el Viejo Continente. La globalizaci¨®n y la omnipresencia de la cultura estado?unidense han hecho el resto.
Un estudio dice que decorar la casa o la fachada en estas fechas es una forma de ser amable y accesible con los vecinos
El ¨¢rbol de Navidad. ?Por qu¨¦ de repente nos entran ganas de colocar un abeto en mitad del sal¨®n? El culpable es san Bonifacio, ap¨®stol de los germanos que vivi¨® en el siglo VIII. El religioso se enfureci¨® mucho al comprobar que, llegadas estas fiestas, sus paisanos segu¨ªan venerando al dios Thor y adornaban un roble en su honor. Cabreado hasta la m¨¦dula, arranc¨® el tronco sagrado y, seg¨²n cuenta la leyenda, decidi¨® adaptar esta tradici¨®n a la cultura cristiana. Desde entonces los pinos y abetos simbolizan una fe que nunca caduca. Las primeras bolitas de adorno eran manzanas que evocaban al jard¨ªn del ed¨¦n. Del abeto deber¨ªan colgar entre 24 y 28 esferas, una para cada d¨ªa entre el inicio del Adviento, el tiempo lit¨²rgico de preparaci¨®n de la Navidad. La costumbre de dejar regalos alrededor se cree que es muy anterior, un rito pagano de los celtas que copiaron los cristianos. La estrella que se cuelga en el pico representa la luz que guio a los Reyes Magos y ha sido relacionada con el avistamiento del cometa Halley. Seg¨²n un estudio publicado por la revista de psicolog¨ªa Journal of Environmental Psychology, decorar la casa o la fachada con motivos navide?os es una forma de mostrar amabilidad y accesibilidad hacia el resto de vecinos.
La figura de Santa Claus. A falta de Reyes Magos, la cultura anglosajona tiene a Pap¨¢ Noel como el personaje que reparte regalos a los ni?os. En los Pa¨ªses Bajos, por ejemplo, san Nicol¨¢s de Bari lleva desde el siglo IV repartiendo presentes. Eso s¨ª, no va en trineo, sino en caballo, y vive en Espa?a. Se cree que esta costumbre se import¨® a Am¨¦rica con los inmigrantes holandeses. A finales del siglo XIX, el simp¨¢tico abuelo empez¨® a presentarse como un duende vestido de verde. Fue en 1931 cuando el ilustrador Haddon Sundblom lo visti¨® de rojo para un anuncio de Coca-Cola. Los estado?unidenses creen que Santa Claus vive en el Polo Norte, cerca de la Laponia finlandesa. El lugar se convirti¨® en un reclamo tur¨ªstico despu¨¦s de que Eleanor Roosevelt lo visitara en los a?os cincuenta y las autoridades mandaran construir una caba?a en su honor, justo despu¨¦s del l¨ªmite del C¨ªrculo Polar ?rtico. Ahora los turistas viajan all¨ª con la ilusi¨®n de encontr¨¢rselo en plena faena.
Mu¨¦rdagos y flores de Pascua. Estas ¨²ltimas, conocidas como poinsettias, tienen su origen en Taxco de Alarc¨®n (M¨¦xico) y eran utilizadas por los franciscanos para decorar las iglesias. Fue Joel Roberts Poinsett, un diplom¨¢tico y bot¨¢nico estado?unidense destinado en el pa¨ªs en el siglo XIX, el que import¨® esta tradici¨®n, que despu¨¦s se populariz¨® en Estados Unidos. Con respecto al mu¨¦rdago, el mito escandinavo dice que si dos personas pasan por debajo de una rama en Navidad, tienen que besarse. En Espa?a esta tradici¨®n a¨²n no se estila mucho, pero de tanto verla en las pel¨ªculas m¨¢s de uno o una caer¨¢ en la tentaci¨®n de recrear la escena.
Postales o ¡®christmas¡¯. El ilustrador ingl¨¦s John Callcott Horsley realiz¨® en 1843 el primer dise?o de este tipo de tarjetas por encargo de sir Henry Cole, un se?or muy ocupado que no ten¨ªa tiempo de felicitar a sus familiares y amigos. Los ejemplares que se conservan de aquella primera edici¨®n de 1.000 tarjetas superan en las subastas los 10.000 euros por pieza. En 1953 el presidente norteamericano Eisenhower edit¨® la primera tarjeta oficial de la Casa Blanca.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.