Catalu?a ensancha su fractura
El resultado electoral no cambi¨® el equilibrio de fuerzas entre independentistas y no independentistas, pero la polarizaci¨®n aumenta y sus votantes se alejan
Catalu?a seguir¨¢ en la encrucijada. El equilibrio de 2015 apenas se movi¨®, pese a todo lo ocurrido desde entonces. Ni se produjo un r¨ªo de votos por la independencia, ni sus l¨ªderes fueron castigados en las urnas. La suma de Junts per Catalunya, ERC y la CUP consigui¨® el 47,5% de los votos, que es?la cifra que los nacionalistas (y ahora independentistas) llevan repitiendo desde hace 18 a?os. En todas las elecciones desde 1999 se movieron entre el 46% y el 50% de los votos.
No puede ser una sorpresa. Nuestro promedio de sondeos colocaba a los independentistas algo por encima del 46% en votos. Para los tres partidos constitucionalistas esper¨¢bamos una cifra cercana al 44% y han logrado el 43,5%. La predicci¨®n tambi¨¦n aproxim¨® la suma de esca?os. El modelo dec¨ªa que los independentistas lograr¨ªan alrededor de 68 y han sumado 70. Ciudadanos, PSC y PP consiguieron los 57 esca?os que eran su resultado m¨¢s probable. No hubo tampoco sorpresas en las predicciones de mayor¨ªas. D¨¢bamos una probabilidad del 54% para la mayor¨ªa independentista, que efectivamente se produjo. Hab¨ªamos descartado pr¨¢cticamente la mayor¨ªa constitucionalista, que efectivamente quedo lejos, y ve¨ªamos dif¨ªcil que ERC, PSC y los comunes sumaran 68 esca?os: se han quedado en 57 diputados.
Las encuestas estuvieron bien. O en sentido estad¨ªstico: normal. El promedio de sondeos no super¨® los dos puntos de error con Ciudadanos (2 puntos), ERC (0,8 puntos), PSC (1,4), CeC-Podem (0,5), CUP (1,7) y PP (1,3). Solo con Junts per Catalunya se produjo una desviaci¨®n de casi 4 puntos. El error absoluto medio (MAE, por sus siglas en ingl¨¦s) fue de 1,7 puntos por partido, que es inferior al error hist¨®rico de los sondeos en Espa?a y en Europa. Nuestro modelo asum¨ªa posibles errores con un MAE de 2,1 puntos. Las encuestas no fueron menos precisas de lo que cab¨ªa esperar: si alguien se sorprendi¨® mucho por el resultado es porque no estaba ley¨¦ndolas bien.
S¨ª hubo sorpresas relativas. La m¨¢s visible la protagoniz¨® Junts per Catalunya, que aunque ven¨ªa creciendo, pocos ve¨ªan tan arriba. Pero la sorpresa m¨¢s trascendental estuvo, probablemente, en la participaci¨®n diferencial. Hubo abstencionistas ocultos: personaban que pens¨¢bamos que votar¨ªan y que al final no lo hicieron.
Los pron¨®sticos de participaci¨®n se cumplieron a medias. La participaci¨®n subi¨® hasta el 82% previsto; y lo hizo sobre todo en comarcas que en 2015 votaron menos independentista ¡ªcomo Baix Llobregat, Barcelon¨¨s, el vall¨¨s Occidental o Tarragon¨¨s. La movilizaci¨®n favoreci¨® a los constitucionalistas, pero menos de lo esperado.
Los partidos independentistas sumaron 96.000 nuevos votantes (que suponen un 2% del censo) y los constitucionalistas 180.000 (un 4%). Pero los pron¨®sticos esperaban un saldo a favor de los segundos algo mayor. Los?datos del CIS indicaban que un 2% de los catalanes no hab¨ªan votado en 2015 y ahora iban a votar independentista. Eso se cumpli¨®. Pero la abstenci¨®n del otro lado fue mayor. Hab¨ªa un 7% de catalanes que no hab¨ªan votado en 2015 y ahora dec¨ªan que lo har¨ªan por un partido constitucionalista; quiz¨¢s no todos cumplieron.
Tomando distancia, ayer se confirm¨® que?la sociedad catalana sigue dividida por la independencia. As¨ª lo dicen los datos del Centro de Estudios de Opini¨®n de la Generalitat: hay dos grupos antag¨®nicos separados por el origen de su familia y el deseo de independizarse. En un extremo est¨¢n el 37% de los catalanes, hijos de catalanes e independentistas. Y en el lado opuesto hay otro 37%, que son inmigrantes o hijos de inmigrantes, y que no quieren la independencia.
Los resultados de estas elecciones igualaron a¨²n m¨¢s los bloques. La distancia en votos entre independentistas y constitucionalistas se ha reducido de seis a cuatro punto. Pero sobre todo aument¨® la polarizaci¨®n. Las posturas y opiniones dentro de cada bloque se alejan. Los votantes independentistas no castigan la v¨ªa unilateral que emprendi¨® su gobierno. Los no independentistas, en cambio, han votado para rechazar ese plan.
Eso explica que Ciudadanos haya casi triplicado los votos que logr¨® el a?o pasado en las generales: convenci¨® probablemente a muchos catalanes que sent¨ªan que votando por Ciudadanos rechazaban la independencia. Los resultados dejan la imagen de un plataforma de hielo quebrada, partida en dos mitades que se alejan, lentamente, a la deriva.
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