¡®Godless¡¯ o c¨®mo una serie de Netflix puede acabar con el 'western' machirulo
¡®Westworld¡¯, ¡®En defensa propia¡¯, ¡®Meek's Cutoff¡¯... Por fin producciones feministas ambientadas en el Oeste y personajes femeninos potentes entre tanto vaquero
La mayor parte de los g¨¦neros cinematogr¨¢ficos se han ido desarrollado a lo largo del tiempo a trav¨¦s de la mirada masculina. Pero lo cierto es que algunos de ellos han sido especialmente nocivos en el tratamiento de la mujer, relegando su protagonismo a un papel conscientemente secundario, anecd¨®tico o incluso denigrante. En muchos de los casos la construcci¨®n de esos personajes estaba supeditada a la acumulaci¨®n de clich¨¦s y a la asunci¨®n del m¨¢s puro arquetipo simplista.
As¨ª, las mujeres terminaban convertidas en simples adornos o en prototipos idealizados de acuerdo a las fantas¨ªas masculinas. El cine noir recurri¨® al concepto de femme fatal para responsabilizar a la mujer de todas las desgracias que sufr¨ªan sus respectivos partenaires masculinos; en el terror muchas ficciones reduc¨ªan la presencia femenina a la de f¨¢cil v¨ªctima cuyo cometido sol¨ªa ser correr y gritar con ropa ligera; y en lo que se refiere al western, su representaci¨®n se estandariz¨® como pasiva y silenciosa. Aunque siempre encontraremos honrosas excepciones, en la mayor parte de los casos, su presencia era pura an¨¦cdota.
Sin embargo, en los ¨²ltimos tiempos han comenzado a surgir voces que se han encargado de subvertir estas convenciones para darle la vuelta a los g¨¦neros a trav¨¦s de relatos que se encargan de reescribir la historia desde una perspectiva femenina. Se trata de acercar estas ficciones a los problemas y las exigencias de las mujeres estableciendo un paralelismo entre las necesidades contempor¨¢neas y las preocupaciones at¨¢vicas inherentes a la condici¨®n femenina. Ha sucedido con el terror y ahora le toca el turno al western.
Uno de los ejemplos m¨¢s sinuosos a los que nos hemos enfrentado este a?o ha sido la adaptaci¨®n por parte de Sofia Coppola de la pel¨ªcula de Don Siegel El seductor. ?Era La seducci¨®n realmente una reescritura feminista por el simple hecho de haber sido dirigida por una mujer? Esta fue una de las cuestiones que suscitaron una cierta pol¨¦mica tras el paso de la pel¨ªcula por el Festival de Cannes. Y lo cierto es que m¨¢s all¨¢ de cualquier consideraci¨®n program¨¢tica, la directora supo llevarse la historia a su terreno para convertirla en casi una prolongaci¨®n de su mundo, el mismo que habitaron en su momento las protagonistas de Las v¨ªrgenes suicidas, es decir, el de los espacios cerrados y el entorno hostil en el que se consume la juventud y la belleza.
Su c¨¢mara adopt¨® una perspectiva muy sutil para separarse del trabajo de Siegel. En realidad, se trataba de una cuesti¨®n de puesta en escena y de sensibilidad f¨ªlmica. Mientras la pel¨ªcula de Siegel era m¨¢s ruda, la de Coppola se revelaba m¨¢s exquisita en las formas, hasta el punto de que se pod¨ªan dar a entender mensajes diferentes con un simple movimiento de c¨¢mara. A Siegel le interesaba investigar en torno a la crisis de la masculinidad, a c¨®mo las estructuras de poder entre hombres y mujeres pod¨ªan desmoronarse al mismo tiempo que el macho comenzaba a perder su identidad, su supremac¨ªa en un panorama encaminado a la liberaci¨®n de las ataduras patriarcales. En definitiva, para Siegel, la figura femenina empezaba a dar miedo. Y para Coppola, se trataba m¨¢s de una cuesti¨®n de supervivencia. Tambi¨¦n de una toma de conciencia de la mujer frente a su necesidad de dejar de estar supeditada al influjo masculino.
¡°El personaje de Mary Agnes (Merritt Wever) se enfrenta a los hombres: ¡°Somos m¨¢s fuertes de lo que parecemos¡±, ¡°Estamos hartas de ser las que esperan sin hacer nada¡±
Algo parecido ocurr¨ªa en una pel¨ªcula que pr¨¢cticamente pas¨® desapercibida y que contin¨²a resultando de lo m¨¢s interesante a la hora de tratar estas cuestiones. Se trata de En defensa propia (The Keeping Room, 2014), de Daniel Barber, escrita por una mujer, Julia Hart y protagonizada por Brit Marling, una de esas actrices cuya sola presencia ya garantiza que su papel sea proclive a incluir un discurso m¨ªnimamente activista. En ella nos situamos tambi¨¦n en las postrimer¨ªas de la Guerra Civil americana, en una antigua casa sure?a en la que solo quedan tres supervivientes despu¨¦s de que los hombres marcharan hace mucho tiempo a la contienda: dos hermanas y su criada de color. Ahora ya no hay distinci¨®n entre ellas. Las tres han aprendido que para seguir adelante tienen que contar las unas con las otras, pasando por alto sus prejuicios de clase y de raza. Mientras ellas han evolucionado en lo referente a su mentalidad, los hombres siguen insertos en un mundo de violencia, racismo y machismo que terminar¨¢ atrap¨¢ndolos a todos en una espiral de tragedia.
Pero en esta ocasi¨®n no encontramos ni un ¨¢pice de victimismo en la actitud de Augusta (Brit Marling), Louise (Hailee Steinfeld) y Mad (Muna Otaru), sino una necesidad imperiosa de protegerse entre s¨ª y enfrentarse, si es necesario, a cualquier elemento distorsionador de su peque?o universo dom¨¦stico, en este caso materializado en dos desertores del ej¨¦rcito confederado que se dedican a causar el caos all¨¢ por donde pasan, matando a los hombres y violando a las mujeres. La pel¨ªcula se esfuerza por abandonar la imagen de la mujer como elemento d¨¦bil dentro de cualquier conflicto armado tal y como tradicionalmente se hab¨ªa representado.
En un momento de la pel¨ªcula Augusta se lamenta por no haber tenido la oportunidad de recibir otro tipo de educaci¨®n que la ense?ara a defenderse al igual que los hombres. Lo cual no quiere decir que finalmente demuestre que por s¨ª sola, es capaz de enfrentarse a los mayores peligros con total autosuficiencia y salir adelante dentro de ese nocivo entorno masculino amenazante.
La ¨²ltima ficci¨®n que se ha encargado de ofrecer una mirada diferente en torno al universo protot¨ªpico del western ha sido la miniserie de Netflix Godless. Muchos se han encargado de erigirla como un western feminista, no solo porque los personajes m¨¢s complejos e interesantes son mujeres, sino porque, adem¨¢s, ellas se encargan de llevar buena parte del peso de la acci¨®n.
Desde su planteamiento, los responsables no dejan lugar a dudas de sus intenciones. La acci¨®n se sit¨²a en el pueblo de LaBelle despu¨¦s de que todas las mujeres hayan perdido a sus respectivos maridos en un accidente en la mina local. Despojadas del elemento patriarcal, las viudas intentar¨¢n establecer un nuevo orden para llevar las riendas de ese pueblo convertido en una comunidad a modo de gineceo. Y aunque no todas piensan que pueden salir adelante sin la protecci¨®n masculina, hay un personaje que se encarga de romper con todos los estereotipos y la mentalidad de la ¨¦poca para erigirse en una figura ic¨®nica. Se trata de Mary Agnes (Merritt Wever) y aunque es la hermana de sheriff en realidad terminar¨¢ convirti¨¦ndose en la aut¨¦ntica l¨ªder del pueblo. De su boca salen las mejores frases de la serie cuando se enfrenta a los hombres: ¡°Somos m¨¢s fuertes de lo que parecemos¡±, ¡°La felicidad no pasa por la maternidad y por tener que cuidar a los dem¨¢s¡±, ¡°Estamos hartas de ser las que esperan sin hacer nada¡±.
Mary Agnes plantar¨¢ cara a las convenciones y luchar¨¢ por los intereses de sus compa?eras para demostrar a los hombres que no los necesitan. Su relaci¨®n sentimental con una de las mujeres servir¨¢ tambi¨¦n para romper algunos tab¨²es en torno a las relaciones homosexuales dentro de un g¨¦nero en el que no se hab¨ªan tratado de una manera muy precisa hasta que Brokeback Mountain se encarg¨® de trastocar la figura protot¨ªpica del cowboy como modelo de masculinidad.
El personaje de la amante de Mary Agnes podr¨ªa relacionarse perfectamente con el de la due?a del burdel que interpretaba Thandie Newton en Westworld, otra de las series recientes que se ha encargado de romper con los lugares comunes del western, en este caso a partir de la quiebra y el cuestionamiento de sus propios moldes representacionales. As¨ª el personaje de Maeve Millay terminaba finalmente tomando conciencia de s¨ª misma, de su propia identidad, retando a las estructuras de poder para recuperar no solo su autonom¨ªa e independencia, sino tambi¨¦n su dignidad como mujer. Toda una declaraci¨®n de intenciones que articulaba buena parte del esp¨ªritu de la serie.
En Godless hay m¨¢s personajes femeninos potentes. El que interpreta Michelle Dockery, Alice Flecher, una mujer que vive sola con su hijo mestizo y su suegra india, que se encuentra al margen de todo y es due?a de su propio destino, capaz de llevar ella sola un rancho, de enamorarse libremente de quien ella cree conveniente y de mantener a su familia sin importarle los vituperios y las habladur¨ªas en torno a su origen.
Las mujeres de Godless han aprendido a endurecerse. La soledad, el entorno ¨¢rido y la sensaci¨®n casi constante de permanecer alerta para que nadie las pille desprevenidas han contribuido a ello. El personaje de Dolores (Evan Rachel Wood) en Westworld tambi¨¦n sufrir¨¢ una evoluci¨®n similar: terminar¨¢ luchando contra la naturaleza sumisa para la que ha sido programada y finalmente tomar¨¢ las riendas de su vida dentro de ese universo estanco en el que ya no se siente c¨®moda porque es ella misma quien ha decidido subvertirlo por voluntad propia porque necesita saber d¨®nde se encuentran sus l¨ªmites.
¡°Probablemente el a?o que viene tendremos una nueva pel¨ªcula de culto dentro de esta nueva vertiente: se titula 'The Good Time Girls' y es la ¨®pera prima de Courtney Hoffman¡±
Pero a veces no hace falta alardear de frases feministas como intenta hacer Godless. A veces se trata de una cuesti¨®n de sutileza, de menos, es m¨¢s, como demuestra la cineasta independiente Kelly Reichardt en su particular aproximaci¨®n al mito de la conquista del Oeste americano por parte de los colonos titulada Meek¡¯s Cutoff (2010). En ella, la directora nos sumerge en la traves¨ªa interminable e ingrata en la que se embarcan tres matrimonios en busca de un lugar donde asentarse en las tierras de Oreg¨®n. Y lo hace a trav¨¦s de la mirada de una de las protagonistas, interpretada por Michelle Williams, que va sufriendo una paulatina evoluci¨®n que nos lleva desde la mujer que mira desde la distancia c¨®mo los hombres deciden el rumbo de la caravana, hasta coger una escopeta y desafiar al l¨ªder del grupo para determinar ella qu¨¦ camino han de seguir.
Y es que las chicas est¨¢n preparadas para pasar a la acci¨®n, aunque sea de manera retrospectiva, dentro de un g¨¦nero, el western, sometido a un nuevo renacimiento gracias a la perspectiva femenina que ha conseguido darle la vuelta a buena parte de sus clich¨¦s. Y esto no queda aqu¨ª. Probablemente el a?o que viene tendremos una nueva pel¨ªcula de culto dentro de esta nueva vertiente: se titula The Good Time Girls y es la ¨®pera prima de Courtney Hoffman, hasta el momento conocida por ser una reputada dise?adora de vestuario que ha trabajado en t¨ªtulos como Django desencadenado o Los odiosos ocho. Precisamente su estudio del western desde el punto de vista art¨ªstico le llev¨® a preguntarse d¨®nde estaban las hero¨ªnas dentro de ese g¨¦nero y por qu¨¦ no se encontraban lo suficientemente representadas. Su contestaci¨®n fue un cortometraje protagonizado por Laura Dern que ahora se convertir¨¢ en pel¨ªcula y que ya se publicita como el western feminista que siempre has querido ver.
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