Violencia vicaria, la forma m¨¢s monstruosa de violencia contra las mujeres
Matar a los hijos para hacer da?o a las madres es el extremo de las m¨²ltiples formas de violencia de g¨¦nero
Estamos dejando atr¨¢s este tiempo de alegr¨ªa y felicidad postiza, de esa que necesitamos al menos una vez al a?o, momento en que todos los dem¨¢s est¨¢n alineados en la misma supuesta energ¨ªa, porque adem¨¢s eso nos espanta cualquier posibilidad de duda, nos llena de certeza.
En estos d¨ªas de maquillaje f¨ªsico y emocional, psicol¨®gicamente necesarios y humanamente imprescindibles, d¨ªas donde dejar de lado las rutinas, las carencias, las dietas y la verg¨¹enza, no apetece hablar de seg¨²n qu¨¦ temas. Necesitamos respirar, creer por un instante que vivimos en un mundo de regalos y buenos deseos.
Pero nada hay m¨¢s tenaz que la realidad, col¨¢ndose por entre las rendijas que no podemos maquillar, poni¨¦ndonos de frente y con atroz frecuencia el mundo violento y desajustado en el que vivimos. Una realidad que nos recuerda cada d¨ªa que las mujeres somos v¨ªctimas, potenciales o reales, de la violencia machista, desde sus expresiones m¨¢s sutiles y cotidianas hasta las m¨¢s feroces y encarnizadas que culminan con la violencia extrema y la aniquilaci¨®n de la vida.
Dentro de las diferentes y m¨²ltiples expresiones de maltrato de g¨¦nero masculino, hay una especialmente s¨¢dica y monstruosa: se llama violencia vicaria y se trata de aquella ejercida contra los hijos para da?ar a sus madres.
Las que somos madres sabemos que no se nos puede infringir peor da?o, porque no existe, es el m¨¢s extremo y cruel. Y tampoco existe una forma m¨¢s eficaz de secuestrarnos la voluntad y el alma. Mujeres que callan, que no se divorcian, que no denuncian porque lo que est¨¢ en juego es la vida y la integridad de sus hijos, madres que van a someterse al dominio posesivo del violento porque jam¨¢s permitir¨ªan poner en riesgo a quienes aman m¨¢s que a s¨ª mismas. En este tipo de violencia no hay salida. La mayor¨ªa de mujeres har¨¢ cualquier cosa para evitar el sufrimiento de sus hijos y los maltratadores lo saben. Es nuestro tal¨®n de Aquiles.
No tengo la menor duda de que a la publicaci¨®n de este art¨ªculo, algunos hombres saldr¨¢n de sus cavernas garrote en mano, para reivindicar ¡°lo suyo¡± y para tratar de tapar la realidad con un dedo enarbolando razones que solo la falta de conciencia y de una m¨ªnima sensibilidad podr¨ªan sostener, en lugar de hacer un ejercicio de autocr¨ªtica de g¨¦nero, imprescindible para salir de esta lacra social que amenaza con convertirse en epidemia. No obstante, nada como los datos para confrontarnos con lo que est¨¢ pasando y para tapar la boca y el discurso de quienes lo niegan:
- En Espa?a, en la ¨²ltima d¨¦cada, los hombres violentos han asesinado a 47 ni?os y ni?as con edades comprendidas entre los cuatro meses hasta los 16 a?os de edad. Fuente: Tribuna Feminista
- 40 mujeres asesinadas durante 2017 un total de 40 mujeres. Estas v¨ªctimas mortales dejan adem¨¢s 19 hu¨¦rfanos. Fuente Diario P¨²blico.
- 840.000 hijos e hijas de mujeres maltratadas sufren cada a?o las consecuencias de la violencia de g¨¦nero al vivir en el mismo hogar donde se produce.
- 540.000 padecen la violencia de forma directa (el 6¡¯2% de los ni?os y ni?as de Espa?a).
- En la ¨²ltima d¨¦cada, el n¨²mero de menores muertos por causa de la violencia contra su madre asciende a 44 (entre 4 meses y 16 a?os de edad).
- 26 fueron asesinados durante el r¨¦gimen de visitas o en el periodo de la custodia compartida correspondiente al hombre.
- El 2017 es el a?o con m¨¢s ni?os asesinados por violencia de g¨¦nero contra sus madres.
Tipos de violencia
Los Aniquiladores de Familia: Elizabeth Yardley, directora del Centro de Criminolog¨ªa aplicada de la Universidad de Ciencias Sociales de Birmingham (Reino Unido), realiz¨® una investigaci¨®n acerca de padres que asesinaron a sus hijos e hijas en Reino Unido desde los a?os 80¡¯. Ella concluy¨® que desde entonces, se cometieron 71 asesinatos y comprobando que este tipo de crimen ha ido aumentando hasta nuestros d¨ªas. En los a?os 80 se comet¨ªa un asesinato de este tipo por a?o mientras que en los ¨²ltimos diez a?os, la frecuencia aument¨® de forma constante de dos a tres filicidios por a?o. Yardley los llam¨® ¡°Aniquiladores de su familia¡±, porque a su entender, ¡°para estos hombres, el divorcio y la p¨¦rdida de su familia, son vividos como un ataque a su masculinidad y matar a sus hijos es una forma impactante y dram¨¢tica de gritarle al mundo: Miren lo poderoso que soy¡±.
Cualquier tipo de violencia ejercida contra la madre, tambi¨¦n incluye a los hijos ya que se ver¨¢n afectados de una u otra manera. Y puesto que parece que las leyes y la sociedad en general solo reconocen un ¨²nico tipo de violencia contra la mujer, creo necesario exponer una lista de las diferentes expresiones de maltrato a fin de que sean detectadas y reconocidas por quienes las sufren:
Violencia f¨ªsica: la obvia, la que reconocen los jueces (a veces), se trata de las agresiones en el cuerpo de mujer y/o hijos.
Violencia psicol¨®gica o emocional: Agresi¨®n y da?o a la dignidad, autoestima y equilibrio emocional. La m¨¢s com¨²n consiste en degradar, minimizar, humillar, controlar acciones, creencias, comportamientos, etc¨¦tera. Este tipo de maltrato es el m¨¢s generalizado, menos visibilizado, menos detectado y casi nunca contemplado por las leyes, ya que ¡°no se ve¡±, las lesiones y las secuelas son severas y a largo plazo. Suelen tener car¨¢cter cr¨®nico.
Violencia econ¨®mica: no pagar la pensi¨®n alimenticia, no corresponder con el mantenimiento de los hijos, controlar el dinero que entra en el hogar dosificando seg¨²n su criterio lo que el c¨®nyuge recibe, someterla por razones de desigualdad econ¨®mica. Todo ello forma parte de la violencia de g¨¦nero, como as¨ª lo recoge el art¨ªculo 227 del C¨®digo Penal.
Violencia sexual: Ninguna mujer est¨¢ obligada a nada relativo a su sexualidad por el hecho de vivir en pareja o estar casada (ni obviamente por ninguna otra raz¨®n).
Toda acci¨®n forzada acerca de su vida sexual o su libertad reproductiva es violencia sexual. Por supuesto que existe el abuso sexual dentro de la pareja as¨ª como la coacci¨®n y la presi¨®n, tanto para tener relaciones sexuales como para negarse a determinadas acciones dentro del ¨¢mbito de lo sexual hacia las que puedan sentir rechazo. A ninguna mujer le son ajenas frases tales como ¡° si me quisieras lo har¨ªas¡± o ¡°eres una estrecha¡±.
Violencia simb¨®lica y medi¨¢tica: se trata de todos aquellos mensajes, valores o estereotipos que perpet¨²an patrones de dominaci¨®n y discriminaci¨®n contra las mujeres. En nuestra realidad cotidiana todav¨ªa hay un gran n¨²mero de propaganda, chistes, discursos, comportamientos que desprecian o se burlan de lo que son, hacen o dicen las mujeres, que justifican la relaci¨®n desigual y con ello perpet¨²an esta forma de violencia tan sutil como instalada.
Violencia laboral: Es violencia contra las mujeres la menor remuneraci¨®n salarial a igual trabajo y responsabilidad. Es violencia laboral contra las mujeres la petici¨®n de un examen de embarazo o la exigencia de una determinada apariencia f¨ªsica, forma de vestir o estado civil entre otras para acceder a un puesto de trabajo.
Violencia obst¨¦trica: Trato deshumanizado hacia la mujer en cualquier momento de la gestaci¨®n, parto y posparto. Incluye tanto pr¨¢cticas invasivas tales como tactos realizados por m¨¢s de un enfermero, maniobra de Kristeller, episiotom¨ªas de rutina, ces¨¢reas injustificadas, burlas, cr¨ªticas, lenguaje inapropiado hacia la madre, etc.
Es imprescindible se?alar que cuando tenemos conocimiento de sucesos brutales tales como el asesinato de los hijos por parte del padre de estos, la tendencia de la sociedad es a pensar que son enfermos, que necesariamente deben tener un trastorno mental que explique el sadismo en su forma m¨¢s extrema. Sin embargo, en la mayor¨ªa de los casos no es as¨ª, no son enfermos mentales en tanto son conscientes de sus actos y tienen la capacidad para distinguir el bien del mal.
Lo que suele estar detr¨¢s de comportamientos tan violentos como para llegar a da?ar o asesinar a tus propios hijos es un perfil psicop¨¢tico y narcisista, incapaz de empatizar con el dolor ajeno (s¨ª con el propio) y cuya visi¨®n de los otros es de instrumentos que se poseen y que deben obedecer a sus deseos y expectativas, corroboradas por una sociedad con creencias superioridad machista a¨²n muy arraigadas.
Resulta imprescindible recalcar que el maltratador tiene un comportamiento cr¨®nico, lo ser¨¢ con todas y cada una de sus parejas, ya que forma parte de su perversa visi¨®n de las relaciones y no depende en absoluto del comportamiento de la pareja. Por otra parte, la experiencia que tenemos hasta la fecha en cuanto a los resultados de los programas creados para cambiar la conducta violenta, son poco alentadores: la mayor¨ªa de los agresores abandona los programas ya que no tienen una genuina intenci¨®n de cambiar, sino que acuden a ellos generalmente por la presi¨®n de un juez.
Creo que la mayor¨ªa de mujeres y hombres, a¨²n no hemos tomado conciencia real del problema, de alguna forma queremos seguir vi¨¦ndolo como sucesos aislados, espor¨¢dicos, alejados de nuestras realidades cotidianas, cuando no es as¨ª. Lo que vemos en las noticias solo es la punta del iceberg de una realidad instalada en una sociedad donde la mujer sigue siendo un ciudadano de segunda aunque las leyes nos digan lo contrario. El maltrato hacia mujeres y ni?os en cualquiera de sus variantes es pandemia aqu¨ª, y en el resto del mundo.
Olga Carmona es psic¨®loga, especializada en psicopatolog¨ªa de la infancia y la adolescencia.
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