Deseos feministas para 2018
El esp¨ªritu de la Marcha de las Mujeres, la fuerza del #MeToo, la implicaci¨®n de los hombres y la lucha sin cuartel contra las plagas end¨®genas
Si el pasado 2017, a¨²n tan reciente, ha sido el a?o de la definitiva eclosi¨®n del feminismo, un punto de inflexi¨®n sin aparente retorno, ?qu¨¦ nos depara el 2018? Si por ejemplo los editores del diccionario m¨¢s prestigioso de EE UU, el Merriam-Webster, han escogido feminismo como palabra del a?o; si en ese mismo pa¨ªs (el que mejor publicita su way of live) las mujeres han proclamando un no rotundo al machismo de su presidente; si miles de testimonios han roto el silencio de la violencia machista; si incluso se venden camisetas con lemas feministas y las redes andas llenas de denuncias contra la desigualdad y el abuso, ?ser¨¢ 2018 el a?o de la ratificaci¨®n del feminismo?
El futuro es siempre una inc¨®gnita, un territorio virgen en el que proyectamos nuestros m¨¢s terribles miedos y nuestros m¨¢s fecundos deseos. Es todo menos el fruto del azar, en ¨¦l se proyecta la alianza de todas nuestras ambiciones. Invitando a cambiar el orden mundial, Noam Chomsky asegura en su libro Optimismo contra el desaliento (Penguin Random House, 2017) que para hacer un futuro mejor la estrategia ideal es el optimismo, pues s¨®lo creyendo en un futuro mejor se tienen las fuerzas para convertirlo en realidad. Y como sabemos que no se recoge jam¨¢s lo que no se siembra, sembremos optimismo y recogeremos un a?o eminentemente feminista. Pero hagamos tambi¨¦n otra cosa, dise?emos estrategias para que el cambio hacia un mundo feminista sea posible.
El pasado 21 de enero de 2018 tuvo lugar por segunda vez la Marcha de las Mujeres ¡ªprimer aniversario de la anterior, que asombr¨® al mundo con su poder de convocatoria y su capacidad irrigadora¡ª. Si el a?o pasado la Women¡¯s March dio en Washington el pistoletazo de salida de un mundo nuevo, donde el machismo y los machistas no tengan lugar, hagamos que durante el 2018 su esp¨ªritu aliente en todas y cada una de las acciones que se emprendan desde el feminismo. Convirtamos la Women¡¯s March en el primer round de un feminismo pr¨¢ctico, efectivo, que centre sus esfuerzos en aniquilar los frentes enemigos de manera que estos sean destruidos en el menor plazo posible; un feminismo que no dilate su acci¨®n en debates est¨¦riles; y, sobre todo, un feminismo capaz de detectar con rapidez las infecciones end¨®genas que intentan desactivarlo desde su mismo coraz¨®n.
Se habla del #Metoo como de una fuerza galvanizadora y la descripci¨®n es acertada. Es evidente que la violencia machista es la m¨¢s grave de las lacras que se ciernen sobre las mujeres, y que el lugar que el derecho al voto ocup¨® en el feminismo sufragista, lo ocupa ahora una reivindicaci¨®n colectiva que reza ¡±Si nos tocan a una, nos tocan a todas¡±: Basta de violencia contra las mujeres, ya se nos acab¨® la paciencia y no vamos a aguantar m¨¢s. Aunque mientras el movimiento #MeToo sigue animando a las mujeres a denunciar los acosos sufridos, rompiendo el silencio y sin miedo a la estigmatizaci¨®n, las v¨ªctimas por violencia de g¨¦nero siguen cayendo como en un tablero de ajedrez. El #MeToo deber¨ªa ser la punta de lanza de un movimiento mucho m¨¢s global y poli¨¦drico.
A la coctelera de las reivindicaciones feministas le queda mucho a¨²n por agitar, pero nos hallamos ya en un nuevo paradigma, mucho m¨¢s favorable a los objetivos del feminismo y, por extensi¨®n, de la igualdad de g¨¦nero. Yo llamo a este nuevo paradigma ¡°sororidad digital¡±, que es la que realmente ha roto el techo de cristal de la invisibilidad en base a unas redes de apoyo generadoras de autoestima y confianza. Hoy son ya muchas m¨¢s que antes las mujeres que se atreven a alzar la voz, poniendo negro sobre blanco las agresiones y las discriminaciones que sufren, en redes como Twitter o Facebook, Instagram o Snapchat.
Pero si sabemos que levantar la voz cuesta, lo que m¨¢s cuesta es mantenerla. Ya hemos levantado la voz colectivamente y el feminismo tiene ahora un alcance mucho mayor que hace apenas un a?o. ?Seremos capaces de mantener esa voz colectiva, alta y clara, de hacerla llegar a donde no ha llegado a¨²n? En ese proceso de expandir la voz, los hombres c¨®mplices de la lucha por la igualdad son un elemento esencial: ?se engancharan al feminismo colectivamente durante este 2018 o permanecer¨¢n renuentes, como han hecho siempre, fingiendo que la ambici¨®n por la igualdad de g¨¦nero es cosa de mujeres y no va con ellos? Me pregunto si ser¨¢n capaces de estar a la altura de las circunstancias que el nuevo reto plantea. Si los hombres c¨®mplices entran al trapo, si contribuyen a ese STOP colectivo de las mujeres, iremos bien. Por el contrario, si juegan a rehuir su parte de responsabilidad de nada servir¨¢ la lucha sin cuartel y el patriarcado, aunque debilitado, seguir¨¢ llevando las riendas. El a?o 2018 lo definir¨¢ pues, en una parte importante, la actitud de los hombres con respecto a su inclusi¨®n en este club que no es de acceso exclusivo para socias, aunque muchos de ellos a¨²n lo crean.
Resumiendo: la Women¡¯s March como esp¨ªritu de esta nueva ola feminista ¡ªla cuarta ola ya¡ª protagonizada por el ciberactivismo y la ¡°sororidad digital¡± y el #MeToo como la punta de lanza de esta nueva etapa. Y en la estrategia a dise?ar, dos l¨ªneas de trabajo que son ejes sin los cuales el feminismo no avanzar¨¢: la implicaci¨®n de los hombres ¡ªno desde la complicidad sino desde la convicci¨®n¡ª, y la lucha sin cuartel contra las plagas end¨®genas (l¨¦ase acusaciones de puritanismo de mujeres como Deneuve & cia y otras guerras de guerrillas a¨²n por llegar). Estos son mis deseos feministas para el 2018. Y como el futuro comienza hoy, y no ma?ana, habr¨¢ que ponerse manos a la obra ya.
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