Contra la hegemon¨ªa anglosajona
El movimiento #MeToo no es originalmente puritano, pero entronca con el puritanismo
Una cuesti¨®n importante que transcurre en paralelo al movimiento #MeToo tiene que ver con el predominio de la cultura anglosajona. El manifiesto de las francesas contra el supuesto puritanismo de #MeToo ¡°ha sido malinterpretado¡±, escribe Aloma Rodr¨ªguez en Letras Libres, ¡°por un gran lost in translation cultural: en Francia no se juzga el comportamiento sexual de los presidentes, en EE?UU la relaci¨®n de Clinton con Monica Lewinsky se us¨® para presentar el impeachment¡±. En el caso de Woody Allen la ira actual contra el director tiene tambi¨¦n que ver con el rechazo que produce que est¨¦ casado con una mujer 35 a?os menor (Soon-Yi Previn, la hija adoptiva de Mia Farrow y Andr¨¦ Previn, que comenz¨® a salir con Allen cuando ten¨ªa 20 a?os). Esta actitud puritana se extiende tambi¨¦n a los intentos de censura en el arte: la Manchester Art Gallery ha retirado el cuadro Hilas y las ninfas, de John Williams Waterhouse, donde aparecen retratadas las ninfas como adolescentes desnudas seduciendo a Hilas. El museo busca ¡°propiciar un debate¡±, pero dif¨ªcilmente se podr¨¢ debatir frente a una pared blanca.
Es la ¡°tiran¨ªa del decoro¡±, como dice Philip Roth en La mancha humana. Es una actitud puritana, y hay que entender la palabra correctamente: el puritanismo es un movimiento esencialmente anglosaj¨®n, que comenz¨® en Inglaterra y se extendi¨® a Estados Unidos como una respuesta protestante y ¡°pura¡± contra el catolicismo dentro del anglicanismo, y que posteriormente se convirti¨® en un movimiento moralizante de la vida privada y sexual.
El movimiento #MeToo no es originalmente puritano, sino que busca dar voz y empoderar a mujeres v¨ªctimas de acoso sexual. Pero ha suscitado reacciones que entroncan con la tradici¨®n anglosajona del puritanismo.
La defensa del antipuritanismo no solo tiene que ver con hombres blancos heterosexuales o mujeres heteronormativas y de otra ¨¦poca: un libro como Teor¨ªa King Kong (Virginie Despentes), que acaba de reeditarse, en el que la autora habla de prostituci¨®n, homosexualidad y deseo sexual femenino de una manera radical, resulta antag¨®nico a la reacci¨®n puritana, e intuyo que habr¨ªa resultado muy inc¨®modo en la sociedad estadounidense.
Lo anglosaj¨®n es todav¨ªa la norma cultural, y tambi¨¦n lo hemos visto en an¨¢lisis pol¨ªticos. El debate en Espa?a sobre la izquierda contempor¨¢nea y la influencia de las pol¨ªticas de la identidad y el reconocimiento est¨¢ adoptado desde EE UU. El polit¨®logo Pablo Sim¨®n escrib¨ªa recientemente sobre el ¡°deseo de intentar importar las l¨®gicas americanas a Espa?a¡±, y se lamentaba de que no mir¨¢ramos a sistemas pol¨ªticos m¨¢s parecidos al nuestro como Portugal o Italia. Por muy reaccionaria que pueda llegar a ser la derecha espa?ola, no existen terroristas supremacistas que atenten contra cl¨ªnicas de aborto, y dudo que existan conservadores espa?oles tan fundamentalistas como algunos republicanos. Quiz¨¢ el famoso excepcionalismo americano deber¨ªa leerse no como el ejemplo a seguir sino como todo lo contrario.
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