Rendirse no es una opci¨®n
Fui secuestrada, torturada y violada por un desconocido durante casi cuatro meses. Despu¨¦s de mi rescate, confi¨¦ en que alcanzar¨ªa justicia. Sin embargo, no fue as¨ª
En 2001, con 18 a?os, fui secuestrada por un desconocido durante casi cuatro meses. Me tortur¨®, me golpe¨® con brutal ensa?amiento y me viol¨® de m¨²ltiples maneras, humill¨¢ndome hasta lo indecible. Despu¨¦s de mi rescate, confi¨¦ en que lograr¨ªa justicia. Sin embargo, no solo prevaleci¨® la ausencia de sensibilizaci¨®n y capacitaci¨®n de los magistrados, jueces, fiscales, defensores p¨²blicos, polic¨ªas, m¨¦dicos forenses, encargados de proteger y garantizar mis derechos humanos, sino que, adem¨¢s, el sistema de justicia mostr¨® un deliberado inter¨¦s en proteger al agresor, por ser hijo de una importante figura p¨²blica en Venezuela.
Finalmente, despu¨¦s de librar una intensa lucha para realizar un juicio condenatorio, el sistema de justicia invisibiliz¨® los actos de violencia sexual y tortura de los que fui objeto y al agresor solo le aplicaron una ¨ªnfima pena de seis a?os y un mes. Agotadas las instancias nacionales, acud¨ª a las internacionales, hasta llegar a la Corte Interamericana, donde denunci¨¦ la actuaci¨®n del sistema de justicia del Estado venezolano.
Mi historia es el primer caso de violencia de g¨¦nero en Venezuela que llega al Tribunal Interamericano, y una condena contra el Estado venezolano sentar¨ªa jurisprudencia a favor de mujeres que han vivido experiencias similares, tanto dentro del pa¨ªs como a nivel regional. Una condena contra el Estado de Venezuela mostrar¨ªa a las mujeres de Am¨¦rica Latina que la lucha por erradicar los privilegios y vicios con los que los sistemas de justicia favorecen a los agresores y revictimizan a las v¨ªctimas pueden ser sancionados.
Mi lucha ha sido acompa?ada por diferentes organizaciones de mujeres que trabajan por la condena a estos delitos y por el cumplimiento de la Convenci¨®n Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, Convenci¨®n Bel¨¦m do Par¨¢, del 14 de agosto de 1995. Venezuela, como firmante de esta Convenci¨®n, est¨¢ obligada a cumplir sus normas, pero no se cambian los patrones culturales que dificultan la justicia solo con letra, ni tampoco esta basta para tratar a las v¨ªctimas con respeto.
En el contexto de crisis que atraviesa ese pa¨ªs, esto resulta particularmente preocupante. Si bien se han dado avances legales dentro del pa¨ªs, que buscan abordar la violencia de g¨¦nero, impera una falta de informaci¨®n y transparencia sobre el n¨²mero de v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero y la efectividad de los procesos para tratar estos cr¨ªmenes. Como consecuencia, miles de mujeres contin¨²an viviendo en orfandad jur¨ªdica, la tragedia de ser v¨ªctimas de violencia, que en numerosos casos terminan en muertes.
Cuando en 2013 el Gobierno de Venezuela decidi¨® salir de la Convenci¨®n Americana, el sistema de derechos humanos interamericano, se cerr¨® a las v¨ªctimas la oportunidad de acudir a la justicia internacional. Mi caso logr¨® llegar a la Corte Interamericana antes de esta decisi¨®n. Gracias a esto y a la lucha tanto personal como de decenas de venezolanas que ve¨ªan la Corte como una luz de esperanza, se celebrar¨¢ este juicio en el mayor tribunal de derechos humanos del continente.
M¨¢s all¨¢ de Venezuela, deseo que mi historia impulse a que diferentes pa¨ªses Latinoamericanos adopten medidas de prevenci¨®n, investigaci¨®n y sanci¨®n, para que las mujeres puedan reivindicar que se las trate con respeto y dignidad.
En todas las familias del mundo, y concretamente en las de Am¨¦rica Latina, hay historias deplorables. En todas hay algo que duele y algo que recordar, pero tambi¨¦n, siempre, hay algo por lo que luchar. Quiero que mi historia ayude a esas mujeres a quienes la vida ha intentado quebrantar y que, al escucharla, entiendan que hay que ser fuertes, tenaces, incansables. Rendirse no es una opci¨®n.
Linda Loaiza es una abogada y defensora de derechos humanos. Ella y sus representantes ¡ªel Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), el Comit¨¦ de Familiares de las V¨ªctimas de Febrero y Marzo de 1989 (COFAVIC) y en instancias nacionales por el abogado Juan Bernardo Delgado¡ª presentan su caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos este 6 de febrero a las 8:30 de la ma?ana, hora de Costa Rica (15.30 en Espa?a). Puede seguirse en streaming pinchando aqu¨ª.?
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