Terrorismo antinmigrazione

Cuando los medios evitan utilizar el t¨¦rmino "atentado" para describir el ataque racista que tuvo lugar esta semana en Macerata (Italia), nos impiden verlo como lo que es: terrorismo de ultraderecha. Seis inmigrantes negros recibieron los disparos de Luca Traini, un neonazi que en el pasado hab¨ªa sido candidato de la Liga Norte. Y el l¨ªder de este partido nacionalista y xen¨®fobo, Matteo Salvini, tard¨® pocas horas en proporcionar su particular interpretaci¨®n de los hechos: ¡°Est¨¢ claro que la invasi¨®n y la inmigraci¨®n fuera de control conducen al conflicto social. (¡­) Si hay que culpar a alguien, el Gobierno es el que ha permitido que cientos de miles de inmigrantes ilegales vengan aqu¨ª sin ning¨²n l¨ªmite¡±.

"Si hay que culpar a alguien"¡­

En la Europa de 2018, los personajes como Salvini comienzan a ser la norma, no la excepci¨®n. Supremacistas y xen¨®fobos, matones de porra o de cuello blanco, campan por sus respetos en gobiernos, organizaciones sociales y medios de comunicaci¨®n. E Italia ¨Cque celebra elecciones dentro de un mes¨C es uno de los frentes calientes de esta epidemia. Esto es lo que he aprendido leyendo el estupendo informe de pa¨ªs que han realizado mis compa?eras de porCausa como parte de nuestro proyecto Antinmigraci¨®n:

• En todas partes el ascenso directo e indirecto de la xenofobia es el resultado de una ecuaci¨®n de dos variables: vulnerabilidad social y populismo. Italia tiene para dar y tomar de ambos. Uno de cada tres italianos vive en la pobreza o en riesgo de exclusi¨®n; uno de cada tres partidos ha hecho de los extranjeros y de quienes les apoyan la fuente de todos sus males.
• La proporci¨®n de inmigrantes en la poblaci¨®n total de Italia no es particularmente alta (10%, por debajo de la de Espa?a o Francia). Pero el peso de la responsabilidad que se han visto obligados a asumir durante la crisis de refugiados es groseramente desproporcionado: de las 10.000 peticiones de asilo de 2010 a las 122.960 de 2016. Las autoridades y la poblaci¨®n perciben que Europa les ha dado la espalda. Es dif¨ªcil culparles.
• Mientras reclamaban m¨¢s solidaridad, los gobiernos de centro-izquierda del Partido Democr¨¢tico han desplegado en los ¨²ltimos a?os una pol¨ªtica dura de gesti¨®n fronteriza (doctrina Minniti, por el ministro que la impuls¨®) que combina la restricci¨®n de las facilidades de asilo, el aumento de los centros de detenci¨®n y los acuerdos de repatriaci¨®n y control con el mism¨ªsimo diablo (el de Libia, en concreto, ha ayuda a reducir las llegadas un 35% en 2017).
• Seg¨²n una encuesta reciente para algunos peri¨®dicos (Swg, 2 de febrero de 2018), los partidos de ¡°l¨ªnea dura contra los inmigrantes¡± podr¨ªan acumular un 30% del apoyo electoral. Viendo la trayectoria de los de las l¨ªneas ¡°m¨¢s blandas¡± durante estos a?os, es razonable asumir que cualquier opci¨®n de gobierno es un disgusto para los inmigrantes.
• Silvio Berlusconi, una voz autorizada en cuestiones legales y financieras, ha hecho n¨²meros en unas declaraciones a La Stampa: ¡°solo el 5% de los que est¨¢n en Italia, alrededor de 30.000, tienen derecho a permanecer como refugiados. Los otros 600.000 representan una bomba social lista para explotar que solo el gobierno de centro-derecha lograr¨ªa desactivar¡±.

A esto se reduce el dilema de Europa: parecerse m¨¢s o menos a Salvini y Berlusconi.

[La Fundaci¨®n porCausa ha publicado esta semana una edici¨®n actualizada de su informe Antinmigraci¨®n, que analiza el fen¨®meno en toda Europa. Pueden descargarlo aqu¨ª.]