El v¨ªnculo obsceno
Seguridad, dinero p¨²blico, control migratorio, industria privada y personas vulnerables se mezclan continuamente en los discursos pol¨ªticos
El buque Sorolla, de Transmediterr¨¢nea, hace regularmente la l¨ªnea Almer¨ªa-Melilla. Es un pedazo de barco, un ¡°superferry¡±. Tiene jacuzzi y piscina y animaciones en temporada alta. Lo conozco porque en ¨¦l viajamos un peque?o equipo de la Fundaci¨®n porCausa a Melilla. Recuerdo estar mirando por la borda, mientras la m¨²sica de baile de cubierta sonaba sin piedad, y pensar, que diferente es este mar en funci¨®n de quien lo atraviese. As¨ª se encontrar¨ªa seguramente alguno de los pasajeros del ferry cuando el s¨¢bado pasado est¨¦ choc¨® con 20 cad¨¢veres que juntitos flotaban inertes en el agua.
20 vidas truncadas por ese mar que, para los pasajeros del barco, es una delicia. 20 vidas perdidas por culpa de un sistema migratorio deshumanizado que selecciona los derechos de las personas en funci¨®n del sitio en el que hayan nacido. La polic¨ªa encontr¨® un ¨²ltimo cuerpo m¨¢s adelante. Fueron 21 los encontrados y nadie sabe cu¨¢ntos se han perdido. La activista Helena Maleno afirma que 47 personas viajaban en la patera. Eso supondr¨ªa 26 cuerpos desaparecidos, el mismo n¨²mero que suelen tener de media las clases alumnos de los colegios.
Y mientras eso pasa en la costa, en tierra vamos cada vez a peor. En Melilla se consolida el estado de excepci¨®n que el presidente de la ciudad, el se?or Imbroda, ha impuesto. Estos ¨²ltimos d¨ªas los protagonistas son los m¨¢s de cien ni?os extranjeros que viven en las calles de la ciudad. Desde que un joven marroqu¨ª, al que le hab¨ªan amputado una pierna, muriera solo y desatendido en la cama de una de las residencias, y desde que las declaraciones del consejero de Bienestar Social se convirtieran en un esc¨¢ndalo, por lo inhumanas, el presidente ha iniciado una persecuci¨®n sin tregua contra los chavales.
Lo primero que han hecho es poner concertina en la valla del puerto por la que los chavales saltan para intentar ir de polizones en los barcos. La concertina produce unas heridas grav¨ªsimas y las organizaciones de derechos humanos han denunciado su uso en repetidas ocasiones. Las concertinas y dem¨¢s nuevos complementos adicionales de la valla del puerto han superado la noble cifra de m¨¢s de medio mill¨®n de euros de dinero p¨²blico que han ido a parar a una o varias empresas de la industria del control migratorio, un negocio que cada vez parece m¨¢s lucrativo.
No contento con gastarse tanto dinero en un sistema que no evitar¨¢ los intentos de los chavales de cruzar, sino que convertir¨¢ el cruce en algo m¨¢s peligroso si cabe, el presidente ha decidido que los ni?os de la calle son como alima?as, iniciando una campa?a en la que pide que no se les asista con mantas o comida. Desde que se hizo este anuncio las identificaciones a voluntarios que ayudan a los chavales de la calle se han intensificado. Jose Alonso S¨¢nchez, representante de APDH de Melilla, cuenta que hace un par de semanas el defensor del pueblo abri¨® un expediente sobre este tema.
Mientras hoy, gracias a una pregunta resultado de la investigaci¨®n impulsada por la Fundaci¨®n porCausa, el ministro Zoido explicaba en el Senado sin rubor alguno que el Gobierno mantiene los servicios de un CIE que no est¨¢ en uso desde 2012, con un coste de 4,1 millones de euros. Seg¨²n el ministro del Interior es por el bien de los inmigrantes. Migrantes como a los que se maltrat¨® sin conciencia alguna en M¨¢laga meti¨¦ndolos en la prisi¨®n de Archidona.
El v¨ªnculo obsceno entre seguridad, dinero p¨²blico, control migratorio, industria privada y personas vulnerables me hiela la sangre. Y la impunidad y desfachatez con la que diversos dirigentes vapulean los derechos humanos me enciende. No es admisible nada de lo que est¨¢ pasando. Los medios tienen la responsabilidad de informar de esto, los pol¨ªticos de exigir responsabilidades y plantear alternativas, la sociedad de exigir a los dos anteriores que cumplan su funci¨®n. Y ya puestos a so?ar, estar¨ªa bien que alguien pidiera la dimisi¨®n del presidente Imbroda y de su compa?ero, el se?or Ventura, que a parte de incumplir con las obligaciones propias de su cargo est¨¢n violando unos cuantos derechos humanos todos los d¨ªas.
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