Los buenos prop¨®sitos no bastan: la deforestaci¨®n avanza

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Cada vez menos bosque

Los programas, iniciativas y compromisos para frenar la destrucci¨®n de bosques ¡ªy los abusos adyacentes¡ª parecen infinitos: obligaci¨®n de comprar madera certificada, establecimiento de ¨¢reas protegidas, leyes de deforestaci¨®n cero... Y, sin embargo, la realidad institucional de algunos pa¨ªses tropicales y la creciente demanda de soja, palma, madera o carne ¡ªentre otros¡ª parecen desbordar todas esas buenas intenciones. El a?o pasado, el Chaco paraguayo tal¨® 500 hect¨¢reas de bosque al d¨ªa (principalmente para que pastara el ganado) y los incendios da?aron o destruyeron 26.000 kil¨®metros cuadrados (m¨¢s que la superficie de la Comunidad Valenciana) en las islas indonesias de Sumatra y Kalimant¨¢n.

Un estudio de Forest People's Program, una organizaci¨®n brit¨¢nica que defiende los derechos de las comunidades forestales, ha analizado la situaci¨®n en nueve pa¨ªses tropicales afectados por el problema y ha concluido que solo en uno de ellos (Malasia, donde adem¨¢s las cifras est¨¢n bajo sospecha) se ha frenado la p¨¦rdida de bosque. "Hay muchos esquemas gubernamentales, industriales, multilaterales y voluntarios, pero vemos una brecha creciente entre lo que se ha prometido y lo que ocurre sobre el terreno", han dicho los l¨ªderes de esas comunidades al presentar el documento este jueves en ?msterdam (Holanda).

El lanzamiento del informe se realiza intencionadamente mientras la Uni¨®n Europea decide si toma medidas adicionales para frenar su propia influencia en la tala de bosques. El texto se?ala como principal responsable a la agricultura comercial, a la que achaca m¨¢s del 80% de la deforestaci¨®n en pa¨ªses tropicales (en concreto, le atribuye dos tercios de la p¨¦rdida de ¨¢rboles en Am¨¦rica Latina, un tercio de la de ?frica y la mitad de la asi¨¢tica). La obtenci¨®n de madera y energ¨ªa, la miner¨ªa o a construcci¨®n de carreteras e infraestructuras son otros importantes matabosques.

La mayor parte de los productos relacionados con la tala de bosques (la propia madera, pero tambien la carne o la soja que obliga a despejar espacio para el pasto de animales o el cultivo) se queda en el propio pa¨ªs de producci¨®n o se exporta a otros pa¨ªses de su regi¨®n. Pero el resto se vende internacionalmente, y la UE importa y consume m¨¢s de un tercio de esos productos (casi el doble que el Este de Asia y cuatro veces m¨¢s que Norteam¨¦rica). Por ejemplo, es (tras China) el segundo importador mundial de soja.

Se espera que Bruselas decida en las pr¨®ximas semanas si toma medidas adicionales contra la deforestaci¨®n

Los nueve casos analizados (de Per¨² a Rep¨²blica Democr¨¢ctica del Congo y de Indonesia a Guyana) revelan, seg¨²n sus redactores que la corrupci¨®n y la fragilidad de las instituciones de muchos de esos pa¨ªses son otros grandes obst¨¢culos en la lucha contra la p¨¦rdida de bosques. Una muestra del desinter¨¦s por superarlos es, seg¨²n los autores, que desde 2010 la financiaci¨®n dirigida a monocultivos y explotaciones agr¨ªcolas que no tienen en cuenta estas cuestiones ha sido 40 veces superior a la destinada a proteger la superficie boscosa.

¡°Para asegurarnos de que todos esos proyectos clim¨¢ticos consiguen lo que pretenden, recomendamos que se eval¨²en y audite su cumplimiento de los derechos humanos y la tenencia de la tierra en cada etapa", ha apuntado Edi Sutrisno, de la organizaci¨®n pro comunidades forestales Tuk Indonesia. "Todo el proceso debe hacerse con transparencia y respetando los derechos de estos colectivos", ha a?adido.

Porque el informe, promovido precisamente por estos grupos, insiste en el perjuicio ¡ªa?adido al ambiental¡ª que la deforestaci¨®n (y sus pr¨¢cticas relacionadas, como la apropiaci¨®n o explotaci¨®n de tierras) genera a las comunidades que viven de ellas, y c¨®mo muchas veces se acompa?an de abusos o acciones violentas. En 2016 se contaron m¨¢s de 200 asesinatos de defensores de los bosques y los derechos humanos en 25 pa¨ªses distintos.

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