2030, cuando se achatarren los coches que compraremos este a?o
Construir alternativas de movilidad sostenibles y un urbanismo con criterios de cercan¨ªa es crucial para los desaf¨ªos urbanos
Tras el Acuerdo de Par¨ªs, el a?o 2030 es una fecha de referencia para las pol¨ªticas clim¨¢ticas en todo el mundo. Es el horizonte en el que se tiene que notar el imprescindible cambio de rumbo en la emisi¨®n de gases de efecto invernadero. Parece una fecha lejana, pero ya est¨¢ tocando a la puerta. Estos doce o trece a?os son aproximadamente la vida ¨²til de los autom¨®viles que se van a comprar en 2018; un periodo en el que, precisamente, se va a jugar la transici¨®n energ¨¦tica y clim¨¢tica vinculada al transporte y la movilidad urbana a trav¨¦s de varios desaf¨ªos interconectados.
El primero de ellos tiene que ver con el propio incremento de los desplazamientos de personas y mercanc¨ªas en el mundo, derivado de la globalizaci¨®n y del crecimiento de la renta disponible en algunos espacios del planeta. En efecto, las instituciones internacionales y nacionales siguen imaginando un futuro feliz en lo que parece una contradictoria combinaci¨®n de m¨¢s transporte y, al mismo tiempo, menos impactos ambientales y sociales.
Si se aceptan las proyecciones planteadas por la Comisi¨®n Europea, lo que se espera es un crecimiento del transporte de personas (especialmente de la aviaci¨®n, con un incremento del 45% entre 2015 y 2030 de los kil¨®metros recorridos) y de mercanc¨ªas (24% m¨¢s entre 2015 y 2030) y, a la vez, una importante reducci¨®n de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector. Una combinaci¨®n, inaudita en la historia, de desacoplamiento entre la actividad del transporte y sus impactos.
Son precisamente la aviaci¨®n y el movimiento de buques a lo largo y ancho de este mundo globalizado, los sectores m¨¢s dif¨ªciles, por no decir imposibles, de desfosilizar, de cambiar del petr¨®leo a otra fuente de energ¨ªa, lo que nos confronta con el segundo de los desaf¨ªos clave del futuro: la transici¨®n energ¨¦tica en el transporte.
Durante el principio del siglo XXI la apuesta institucional para eludir la dependencia del sector respecto al petr¨®leo fue la de los agrocombustibles, pero una vez rebajadas dr¨¢sticamente las expectativas respecto a esta soluci¨®n, en las pr¨®ximas dos d¨¦cadas, el debate energ¨¦tico del transporte se va a centrar en la electrificaci¨®n, en especial y, en primer lugar, la de los autom¨®viles.
Esa transici¨®n energ¨¦tica podr¨ªa romper parte de las cadenas que atan al transporte con el petr¨®leo, pero tambi¨¦n puede poner en riesgo la estrategia de conversi¨®n a renovable del sistema el¨¦ctrico, haciendo cargar sobre sus espaldas, en un periodo breve, no solo el cierre de las nucleares y de las centrales de carb¨®n, sino la nueva e importante demanda correspondiente a los veh¨ªculos el¨¦ctricos.
El tercer desaf¨ªo va a estar vinculado con las infraestructuras de transporte. Cuando las administraciones disponen de capacidad inversora tienen una tendencia casi adictiva a resucitar proyectos de autov¨ªas, ferrocarriles de alta velocidad, soterramientos ferroviarios, trasvases, superpuertos, aeropuertos, l¨ªneas de muy alta tensi¨®n, etc. Proyectos que seguir¨¢n prometiendo generar empleos y garantizar la felicidad de la poblaci¨®n, pero que casar¨¢n mal con las necesidades sociales que, como la educaci¨®n, la sanidad o la energ¨ªa, requieren los recursos que se desv¨ªan hacia las infraestructuras de transporte.
Adem¨¢s, en la siguiente etapa de escasez presupuestaria de las administraciones p¨²blicas se desvelar¨¢, de modo descarnado, la otra cara de esa adicci¨®n a las burbujas infraestructurales: los gigantescos costes del mantenimiento que tendremos que soportar entre todos, por ejemplo, de la mayor red de autov¨ªas y l¨ªneas de alta velocidad ferroviaria de Europa, am¨¦n de rescates de autopistas y otros desastres financieros para las arcas p¨²blicas.
Finalmente, cabe prever el incremento de un desaf¨ªo ya presente en la vida cotidiana de las ciudades: el malestar de la movilidad urbana, el conflicto ambiental y social de los desplazamientos de personas y mercanc¨ªas. Los esc¨¢ndalos relacionados con los veh¨ªculos di¨¦sel y la incorporaci¨®n a la agenda social y pol¨ªtica de la calidad del aire, han situado el debate sobre el uso del autom¨®vil en la ciudad en un contexto in¨¦dito. Por eso, en las pr¨®ximas dos d¨¦cadas se abre una ventana de oportunidad para cambiar el rumbo de la movilidad urbana, pero en una direcci¨®n distinta a la que esperan e impulsan la inmensa mayor¨ªa de las instituciones y sectores econ¨®micos. No se trata tanto de un cambio tecnol¨®gico, sino de un cambio social y cultural.
La fantas¨ªa de una movilidad urbana basada en el veh¨ªculo el¨¦ctrico, aut¨®nomo y compartido, pretende renovar el pacto f¨¢ustico entre la ciudad y el autom¨®vil de las primeras d¨¦cadas del siglo XX. Un pacto que engendr¨® los innumerables problemas hoy ampliamente reconocidos (contaminaci¨®n, ruido, falta de autonom¨ªa de diversos grupos sociales, peligrosidad, destrucci¨®n del espacio p¨²blico, dispersi¨®n urbana, etc.) y que deber¨ªa dar lugar a la construcci¨®n de otro acuerdo bien diferente, construido a partir del derecho a transitar de un modo distinto, es decir, a transitar a pie y en bicicleta.
El desaf¨ªo complejo y colosal consiste en construir una alternativa apoyada en la capacidad aut¨®noma que tenemos de desplazarnos (andando y en bici), en el uso de veh¨ªculos colectivos y, sobre todo, en la reconstrucci¨®n de la proximidad, es decir, en la reforma urban¨ªstica de las ¨¢reas urbanas y metropolitanas desde el criterio de cercan¨ªa. No se trata de cambiar unos autom¨®viles por otros m¨¢s limpios y seguros, sino en replantear nuestro espacio p¨²blico urbano, nuestras relaciones de convivencia, nuestro modo de vida y nuestras estructuras urbanas.
Tras cien a?os de motorizaci¨®n de las ciudades, una docena de a?os parecen un periodo corto para tareas de tanta envergadura, pero el intento merece la pena, el planeta y las generaciones venideras nos lo agradecer¨¢n.
Alfonso Sanz Aldu¨¢n es urbanista, experto en movilidad y cambio clim¨¢tico y consultor del Grupo de Estudios y Alternativas 21 (gea21). Forma parte del equipo de expertos que actualmente est¨¢n impartiendo el Ciclo El derecho a otras formas de transitar por la ciudad en La Casa Encendida, del 14 de febrero al 8 de marzo.
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