¡®Visca el carrer!¡¯: Qu¨¦ mata o da vida a las ciudades
Una exposici¨®n en La Nau de Valencia muestra hasta el 18 de marzo las luces y sombras de las tranformaciones urbanas
?Qu¨¦ da vida a las ciudades, al espacio p¨²blico? ?Qu¨¦ las debilita y mata? A estas dos preguntas, nada simples, responde de forma muy visual la exposici¨®n Visca el carrer!, instalada en el claustro de La Nau en Valencia desde el pasado diciembre y que permanecer¨¢ abierta al p¨²blica hasta el pr¨®ximo 18 de marzo. El espacio publico es per seun espacio de conflicto, donde los consensos sociales son complejos pero posibles: peatonalizar una avenida, quitarle espacio al coche para d¨¢rselo a otros medios alternativos o el papel del transporte p¨²blico son debates que no dejan fr¨ªo a nadie.
"Es tambi¨¦n un homenaje a la urbanista americana Jane Jacobs, una divulgadora cient¨ªfica y activista sociopol¨ªtica canadiense nacida en EE UU, que en los a?os 60 escribi¨® uno de los libros emblem¨¢ticos para el urbanismo que se llama Muerte y vida de las grandes ciudades", cuenta Marta Rom¨¢n, una de las comisarias de la muestra.?
"Esta mujer de alguna manera escribi¨® como nadie lo ha hecho, sobre lo que daba vida a la calle, b¨¢sicamente observando las aceras, paseando y hablando con los vecinos, y siendo una militante de los barrios estadounidenses, sobre todo de Boston y Nueva York. Nuestra exposici¨®n est¨¢ inspirada en este personaje, en esta mujer", prosigue esta ge¨®grafa y consultora.?
La exposici¨®n surge por el inter¨¦s en reflexionar sobre el espacio p¨²blico y sus posibilidades de transformaci¨®n de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Valencia y el Centre Cultural La Nau. La consultora de Roman lleva m¨¢s de dos d¨¦cadas trabajando en las intervenciones urbanas desde diferentes perspectivas y ha escogido un pu?ado de ellas para visualizar la cuesti¨®n.
"En el espacio p¨²blico hay muchos intereses en juego y es normal que existan roces y fricciones entre los usuarios. Quer¨ªamos plantear c¨®mo intervienen los actores p¨²blicos en la revitalizaci¨®n de los espacios. Hacemos un recorrido que incluye desde inicios del siglo XX hasta la actualidad y nos proyectamos hacia el futuro; es un recorrido sobre el significado que ha tenido el espacio p¨²blico como espacio social
Los organizadores de la exposici¨®n han tenido que buscar muchas im¨¢genes de archivo entre coleccionistas y fot¨®grafos y las im¨¢genes son tan elocuentes que merece la pena deternerse y estudiarlas, propone Rom¨¢n. Las acompa?an textos de personas de referencia del mundo de la sociolog¨ªa y de la arquitectura, que han reflexionado sobre ello.
Los procesos de cambios en las ciudades suelen ser conflictivos pero es algo que est¨¢ vinculado a la vida. "Cuando no hay conflicto es s¨ªntoma de que ese espacio est¨¢ muerto, no lo quiere nadie, nadie se pelea por ¨¦l", reflexiona Rom¨¢n.? Y, precisamente, uno de los aspectos que mata el espacio p¨²blico es su esterilizaci¨®n; intentar eludir el conflicto, dedicar un espacio p¨²blico a una misma clase social, a un mismo grupo, de tal forma que no interact¨²an diferentes agentes; eso es lo que mata la calle, en opini¨®n de la consultora.
"Cuando no hay conflicto es s¨ªntoma de que ese espacio [p¨²blico] est¨¢ muerto", dice Marta Rom¨¢n
Por otro lado, cuando se segregan los usos del espacio p¨²blico, ¨¦ste se privatiza y se mercantiliza. Es otra de las cuestiones que relata la exposici¨®n Visca el carrer. La muestra entresaca un pu?ado de casos donde se aprecian las luces y las sombras de esos procesos de transformaci¨®n de calles, barrios o ciudades.
Uno de ellos se dio en el municipio catal¨¢n de Granollers en los a?os 90. Los comerciantes plantearon hacer peatonal una traves¨ªa de la ciudad, que era el eje comercial de la ciudad y ten¨ªa mucho movimiento de personas. Empezaron a cerrar la v¨ªa a los coches los fines de semana y, como no hab¨ªa bancos para sentarse, cada uno se trajo sillas que sacaban a la calle para que los vecinos pudieran sentarse a descansar o charlar. El Ayuntamiento, que la cuestion¨® en un primer momento, se avino a razones y la experiencia acab¨® siendo un ¨¦xito. Tanto que al final se peatonaliz¨® y gran parte de los comercios tradicionales se vieron superados por las franquicias. "Es un ejemplo un punto agridulce".
Tambi¨¦n se muestran otros casos, como el de Par¨ªs, una ciudad tan grande y cosmopolita que ha sabido, sin embargo, preservar su comercio local. O Gamonal, el barrio de Burgos donde en 2014 los vecinos se rebelaron contra la construcci¨®n del bulevar que pretend¨ªa el Ayuntamiento.
"A veces, aunque exista buena intenci¨®n o se plantee una inversi¨®n p¨²blica, ¨¦sta no tiene por qu¨¦ se necesariamente beneficiosa para el barrio. La propia Jacobs hablaba del dinero catastr¨®fico; es decir, de grandes inversiones, fuera de la escala humana, y que est¨¢n al margen de las demandas o necesidades los vecinos", a?ade la consultora.
Esos elefantes blancos nacen en un escenario que no interact¨²a con el espacio p¨²blico; son arquitecturas autistas, que no dialogan y esa soberbia arquitect¨®nica solo sirve para admirarla. Las propias dimensiones del escenario hacen que no haya escala humana, los transe¨²ntes se pierden en ese espacio, caminas y parece que no avanzas, es una sensaci¨®n un poco desoladora.
Todo el claustro de La Nau est¨¢ invadido por pancartas de conflictos ciudadanos de ayer y hoy, que son explicados en paneles. Tambi¨¦n hay ejemplos de buenas pr¨¢cticas como pasa en? Pontevedra, referencia no solo a nivel nacional sino internacional de movilidad activa.
La invasi¨®n del coche es uno de los temas m¨¢s pol¨¦micos en las grandes capitales del mundo. "la gente considera que es un? derecho poder aparcar el coche en la calle o es un derecho asumido poder circular con el coche, por lo que es complicada cualquier transformaci¨®n", apostilla la consultora.
Con pintura y algo de mobiliario urbano, Nueva York plante¨® el cierre de calles al tr¨¢fico, ampliaci¨®n de aceras o m¨¢s espacio para el transporte p¨²blico
Nueva York se plante¨® hacer actuaciones de bajo coste o ligeras, que luego han se?alado el camino a muchas otras; es decir, en lugar de hacer grandes obras costosas, con pintura y algo de mobiliario urbano plante¨® cierres de calles al tr¨¢fico, ampliaci¨®n de aceras, espacio para transporte p¨²blico, que es esencial cuando quitas carriles al veh¨ªculo privado. Son transformaciones de bajo coste pero no son en absoluto improvisadas, siempre hay detr¨¢s estudios, an¨¢lisis, procesos de participaci¨®n de vecinos y informes t¨¦cnicos.
La exposici¨®n plantea escenarios de futuro posibles. La terciarizaci¨®n y aparici¨®n de usos tur¨ªsticos donde la gente solo pasa, consume y se va, perdi¨¦ndose esa idea de arraigo y de identidad; y la degradaci¨®n y el abandono del espacio p¨²blico, como ha pasado con algunos cascos hist¨®ricos que se vac¨ªan y se marginalizan. Que la gente pase y solo se utilice para transitar no para habitarlo.
Las soluciones comunitarias, que es plantear la posibilidad de que los problemas comunes se resuelvan de forma colectiva y entra en juego la Administracion, no abandonando lo espacios, pero tambi¨¦n las personas y la propia capacidad de la sociedad para organizarse, para resolver conflictos. Seguramente se van a dar todos de manera simult¨¢nea. No hay respuestas ¨²nicas. La Administracion tiene que saber cual es su lugar y la sociedad tiene que asumir su responsabilidad en el mantenimiento de lo colectivo.
Marta Rom¨¢n, fundadora del grupo de consultor¨ªa Gea21, lleva m¨¢s de 20 a?osde estudio del urbanismo o la movilidad y San Sebasti¨¢n es una de las ciudades espa?olas donde la firma ha planteado soluciones? para la mejorar peatonal, ciclista y de transporte p¨²blico. Tienen un libro Calmar el tr¨¢fico que es referencia a nivel espa?ol.
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