Vuelve la peste

Bien conoce Europa esta enfermedad que surgi¨® no s¨®lo a finales de la Edad Media como una epidemia que arras¨® una parte importante de su poblaci¨®n, sino tambi¨¦n en pleno coraz¨®n del siglo XX, cuando estall¨® disfrazada de ideolog¨ªa totalitaria y arroj¨® al caos a los pa¨ªses occidentales.

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Son conocidas las caracter¨ªsticas de esta segunda versi¨®n: es un movimiento de masas, construido en torno a capas sociales vulneradas por las mutaciones econ¨®micas, con p¨¦rdida de poder adquisitivo, amenazadas de marginaci¨®n social y que necesitan de una explicaci¨®n, aun falsa, para comprender su suerte. Los partidos fascistas difunden entonces el bacilo responsabilizando a un enemigo definido, un adversario exterior o exteriorizado (los jud¨ªos, por ejemplo) culpable de robarle a los ciudadanos sus riquezas y sus empleos, y que pudre, al mismo tiempo, la ¡°pureza¡± de la naci¨®n. Este c¨®ctel se administra a la sociedad enferma con una receta simplista y aliviosa: el chivo expiatorio, figura maldita del Otro, ¨²nico culpable de las desgracias de los tiempos.

Dicho de otro modo, el odio racista deviene un motor banal de la vida pol¨ªtica. Ese odio que fue la figura de la peste del siglo pasado y que se consideraba definitivamente vencido despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial¡­ ?est¨¢ aqu¨ª otra vez!

Hoy vivimos desagregaciones sociales provocadas por una globalizaci¨®n sin reglas, incompetencia e impotencia de las ¨¦lites pol¨ªticas, crisis de las referencias morales, angustia ante el futuro. Cuando se declar¨® el primer caso de envergadura en Francia, con la aparici¨®n electoral del Frente Nacional en 1983, pens¨¢bamos que era un fen¨®meno coyuntural y explic¨¢bamos que desaparecer¨ªa vencido por el nuevo relato imperante, ¡°el sue?o europeo¡±.

Treinta y ocho a?os despu¨¦s, Europa est¨¢ bloqueada, el sue?o sufre profundas dudas y el ejemplo franc¨¦s se expande por doquier. El chivo expiatorio inmigrante sirve ahora de parang¨®n a todos los movimientos europeos de la misma fracci¨®n: ¨²ltimamente en las elecciones austriacas, holandesas, alemanas o brit¨¢nicas, as¨ª como tambi¨¦n el odio al inmigrante, preferiblemente musulm¨¢n o subsahariano, llena de esperanzas a varios partidos en las pr¨®ximas elecciones italianas del 4 de marzo.

Otra vez la democracia camina al borde del precipicio. Mientras tanto, silencio de las ¨¦lites pol¨ªticas y culturales democr¨¢ticas. Unos consideran que es un viento maloliente pasajero; otros que s¨ª es peligroso, pero cuesta mucho electoralmente combatirlo. La conclusi¨®n es pesimista: la sociedad est¨¢ irremediablemente afectada.

El gran historiador Zev Sternhell, uno de los mejores conocedores de la historia del fascismo, patriota israel¨ª incuestionable, en una tribuna en Le Monde (19-02-2018) sobre la desastrosa condici¨®n de los palestinos en su pa¨ªs, ha tenido la valent¨ªa de decir que ¨¦sta se parece cada vez m¨¢s a la de los jud¨ªos durante el comienzo del nazismo en Alemania. Son palabras duras, quiz¨¢s exageradas, pero tienen el m¨¦rito de avisarnos de que el bacilo funesto del racismo amenaza por doquier.

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