La cuchara hologr¨¢fica para ni?os que indigna a padres y expertos
Nutrib¨¦n retira la campa?a sobre el dispositivo tras la pol¨¦mica. Los cr¨ªticos alertaban de que si un beb¨¦ est¨¢ a menos de un palmo de una imagen no se relaciona
Nutrib¨¦n y su agencia de publicidad lanzaron una cuchara que se acopla al m¨®vil de los padres y que, mediante una app que los padres pueden descargarse, proyecta cuatro tipos de animaciones en tres dimensiones mientras se le da de comer al beb¨¦. Seg¨²n la empresa, la Nutrispoon dejar¨ªa a los beb¨¦s ¡°con la boca abierta¡±, ¡°para que dar de comer a tu beb¨¦ no sea una lucha diaria¡±.? La cuchara no dej¨® a nadie indiferente y el v¨ªdeo promocional de la Nutrispoon inund¨® las redes de comentarios de indignaci¨®n hacia la iniciativa. Muchos eran los que se preguntaban si la noticia era cierta o si se trataba de una especie de inocentada. Tal fue el revuelto, que Nutrib¨¦n respondi¨® tres veces a trav¨¦s de su cuenta oficial de Twitter. Y Lleg¨® a preguntar: ?Tan grave es para ponerse as¨ª? A pesar de estar dubitativos en un principio, finalmente, la empresa ha decidido retirar el v¨ªdeo de la campa?a de marketing de Nutrispoon.
Hola Catherine. Atendiendo a tus comentarios acerca de ¡°Nutrispoon¡±, hemos tomado la decisi¨®n de retirar el v¨ªdeo. Reiteramos que ¡°Nutrispoon¡± nunca ha estado ni estar¨¢ a la venta. Lamentamos la pol¨¦mica generada.
— Nutrib¨¦n (@FamiliaNutriben) March 11, 2018
No es la primera vez que una iniciativa de este tipo surge para intentar resolver los problemas que los padres experimentan con la resoluci¨®n de las necesidades b¨¢sicas de sus hijos. Las estanter¨ªas de las librer¨ªas est¨¢n repletas de libros que nos dicen exactamente lo que hemos de hacer para que nuestros peque?os duerman, coman u obedezcan. Hay miles de juguetes y de DVD supuestamente educativos que nos dan soluciones para que ellos aprendan de forma ¡°m¨¢gica¡±. La industria del consejo empaquetado es un fil¨®n para sacar el mayor partido de una sociedad cada vez m¨¢s fren¨¦tica y desquiciada, vendiendo a los padres soluciones f¨¢ciles y resultados r¨¢pidos para educar.
Hace unos a?os, por ejemplo, CTA Digital lanz¨® el primer orinal tableta (llamado ipotty). Seg¨²n la empresa, el dispositivo crea una ¡°manera c¨®moda y divertida de usar el orinal¡±. Su brazo giratorio puede moverse 360 grados alrededor del orinal, permitiendo tres posiciones en altura y vistas horizontales y verticales. En 2013, el ipotty gan¨® el premio del "Peor Juguete del A?o" en los Estados Unidos, por la Campaign for a Commercial-Free Childhood (CCFC).
?Por qu¨¦ estos dispositivos son una mala idea?
Las recomendaciones de las principales asociaciones pedi¨¢tricas y los recientes estudios sobre el efecto de la pantalla en la primera infancia advierten de los efectos perjudiciales que la tecnolog¨ªa podr¨ªa tener a lo largo de los primeros dos a?os. Por ese motivo, la Sociedad Canadiense de Pediatr¨ªa se posicion¨® oficialmente en el 2017, recomendando cero consumo de pantallas para la franja de los 0 a 2 a?os. La SCP considera que los beb¨¦s y ni?os peque?os ¡°aprenden intensamente a trav¨¦s de interacci¨®n cara a cara con sus padres y cuidadores¡± y que ¡°los aprendizajes tempranos son m¨¢s f¨¢ciles, m¨¢s enriquecedores y m¨¢s eficientes desde un punto de vista del desarrollo cuando los beb¨¦s experimentan en directo, de forma interactiva, en tiempo y espacio real con personas reales¡±.
La advertencia de la Academia Americana de Pediatr¨ªa es la misma para ni?os de menos de 18 meses. La AAP dice claramente que ¡°los ni?os aprenden a trav¨¦s de las interacciones humanas, no de las pantallas¡±. De hecho, un estudio presentado en el ¨²ltimo congreso del Pediatric Academic Societies Meeting 2017 en San Francisco dice que por cada media hora de tiempo con un dispositivo port¨¢til (Smartphone o tableta) en la primera infancia, 49% m¨¢s de probabilidad de sufrir retraso de lenguaje. Un dato alarmante, considerando que la fant¨¢stica Nutrispoon est¨¢ pensada en usarse ¡°para que dar de comer al ni?o no sea una lucha diaria¡±.
Los estudios sobre el apego sugieren que una interacci¨®n positiva entre el beb¨¦ y su principal cuidador es un indicador clave para buen desarrollo del ni?o. El apego seguro ocurre cuando se atiende a tiempo las necesidades b¨¢sicas del ni?o. Darle de comer, ponerle a dormir, regular su temperatura corporal, cambiar su pa?al, cogerle en brazos, una muestra del infinito abanico de respuestas que un principal cuidador sensible da diariamente a la resoluci¨®n de las necesidades b¨¢sicas de un ni?o. Esas respuestas son las que, dadas a tiempo, transmiten al ni?o seguridad y sentido de competencia.
Para poder percibir esas necesidades b¨¢sicas y adelantarse a ellas, es preciso que la persona encargada del cuidado tenga sensibilidad, y esa sensibilidad se d¨¦ en el tiempo y a trav¨¦s de la conexi¨®n personal. Y no podemos confundir la conexi¨®n que ocurre a trav¨¦s de una mirada personal con la conexi¨®n mediada por un dispositivo digital. Cuando el ni?o est¨¢ a menos de un palmo de un holograma que se mueve y hace ruidos, se queda embobado, fascinado, enganchado, inmerso en un mundo que a¨²n no est¨¢ preparado para entender. Un mundo irreal, impersonal, artificial. Lejos de lo que ocurre cuando la mirada del ni?o conecta lentamente con la mirada del cuidador sensible que resuelve sus necesidades b¨¢sicas.
Seg¨²n la entidad que entrego el premio del peor juguete del a?o al ipotty, ¡°aprender a ir al ba?o es un tiempo de interacci¨®n positiva entre el ni?o y su principal cuidador y este juguete distrae de la dimensi¨®n socioemocional del proceso, sustituy¨¦ndolo por el hipnotismo que ofrece la pantalla¡±.
Podemos preguntarnos, desde el sentido com¨²n, por las consecuencias nefastas que podr¨ªa tener la Nutrispoon en relaci¨®n con ciertos h¨¢bitos o trastornos de la alimentaci¨®n. Hemos de saber que la tecnolog¨ªa en edades tempranas puede ser adictiva, porque introduce a la mente neurol¨®gicamente inmadura en un c¨ªrculo vicioso de recompensa a trav¨¦s de la producci¨®n del neurotransmisor de la dopamina. Por lo tanto, el beb¨¦ puede acostumbrarse a un nivel de est¨ªmulos tecnol¨®gicos que supera su capacidad de abarcar y asimilarla. Entonces bajar¨ªa su sensibilidad para ¡°sentir¡± los est¨ªmulos naturales que componen la vida ordinaria, subir¨ªa el umbral de sentir y entonces el ni?o se volver¨ªa inquieto, ansioso, hiperactivo y necesitado de cada vez m¨¢s est¨ªmulos artificiales para ¡°sentir¡±. El resultado es que el ni?o podr¨ªa acabar comiendo sin tener hambre, asociando el placer que le da el est¨ªmulo tecnol¨®gico con la ingesti¨®n de los alimentos. Lo que podr¨ªa llevar a malos h¨¢bitos alimentarios, o incluso a trastornos de la alimentaci¨®n.
Algunos dir¨¢n que esos estudios a¨²n no existen, porque la Nutrispoon es muy reciente. Podemos esperar a que los estudios nos digan lo que ya nos indica el sentido com¨²n y la sensibilidad maternal y paternal. Pero cuando tengamos esos estudios, la Nutrispoon ser¨¢ obsoleta, y sustituida por otros artefactos tecnol¨®gicos que tambi¨¦n pretender¨¢n revolucionar la crianza o la educaci¨®n. La investigaci¨®n de calidad siempre estar¨¢ muy atr¨¢s de la innovaci¨®n tecnol¨®gica, porque la primera es costosa y larga, y la segunda se vuelve r¨¢pidamente obsoleta. Por lo tanto, mientras no apliquemos el sentido com¨²n y los criterios de precauci¨®n y de prudencia a la innovaci¨®n tecnol¨®gica en el ¨¢mbito de la crianza y de la educaci¨®n, siempre nos encontraremos al remolque de las evidencias. Y cuando tengamos esas evidencias, el da?o ya estar¨¢ hecho.
En definitiva, la Nutrispoon de Nutrib¨¦n ha sido desde el punto de vista global de la imagen corporativa de la empresa, un fracaso redondo. En palabras del director creativo de la agencia publicitaria que lanza el producto, el objetivo de la campa?a era posicionar a la empresa ¡°como una marca innovadora, tanto en su gama de productos como en su forma de experimentarlos¡±.
En realidad, el desafortunado mensaje que ofreci¨® la campa?a era que los productos ofrecidos por esa marca no se adecuan a lo que los beb¨¦s necesitan. Cuando Nutrib¨¦n preguntaba si ¡°tan grave es para ponerse as¨ª¡±, difund¨ªa la creencia de que las personas que desarrollan y comercializan sus productos no tienen la sensibilidad para entender lo que necesita un beb¨¦. Puede que ese episodio pase factura a la empresa, haciendo un p¨¦simo servicio a una marca que procura transmitir una imagen de alternativa id¨®nea a lo que proporciona la naturaleza a trav¨¦s de la lactancia. Salt¨¢ndose todas las recomendaciones realizadas por las principales y m¨¢s prestigiosas asociaciones pedi¨¢tricas, podr¨ªa -al margen de si est¨¢ o no justificada esa sospecha- introducir en su clientela dudas respecto a la calidad de sus productos en general.
Ojal¨¢, una de las lecciones que saquemos todos de esta gran metedura de pata es que la etapa de la infancia es una etapa sagrada y no se puede nunca frivolizar con ella. Estar a la vanguardia no es apuntarse siempre a lo ¨²ltimo dej¨¢ndose arrastrar por las modas pasajeras, es adelantarse a los tiempos con la perspectiva que nos da la sabidur¨ªa del pasado. Y lo que nos dice la sabidur¨ªa del pasado es que no existe el ¡°beb¨¦ del siglo XXI", porque hay permanencias antropol¨®gicas que hacen que sus necesidades b¨¢sicas siempre ser¨¢n las mismas. Y la forma adecuada de resolverlas nunca dejar¨¢n de ser profundamente humanas.
Catherine L¡¯Ecuyer es autora de Educar en el asombro y de Educar en la realidad. Su blog: www.catherinelecuyer.com
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