El sistema para aprender cualquier cosa (tambi¨¦n alem¨¢n) en cuatro semanas
Esferificaciones en la cocina, guitarra... ?qu¨¦ quiere saber?
Entre el trabajo, las horas que pasamos en el transporte, el cuidado de los hijos, las tareas dom¨¦sticas... ?Cu¨¢nto tiempo le queda al d¨ªa para aprender cosas nuevas? ?Hace cu¨¢ntos a?os que se propuso aprender a tocar la guitarra, a chapurrear alem¨¢n, a hacer esferificaciones en la cocina o a bailar claqu¨¦?
Tenemos una buena noticia: solo necesita 20 horas en total para ser razonablemente h¨¢bil en cualquiera de esos campos. Y si no sabe de d¨®nde sacar esa cantidad de tiempo, Benjamin Franklin nos dej¨® en herencia el secreto para encajar las sesiones que necesita en una agenda apretada como la suya.
La curva de aprendizaje se hace m¨¢s plana a partir de las primeras 20 horas
Lo primero que debe aceptar es que probablemente no vaya a convertirse en un experto: no va a dar conciertos de guitarra en el Teatro Real ni a emplearse como int¨¦rprete de chino, pero s¨ª adquirir¨¢ los conocimientos necesarios para defenderse. En 20 horas podr¨¢ situarse en un punto suficientemente alto de la curva de aprendizaje, el diagrama que ya en 1885 defini¨® el fil¨®sofo y psic¨®logo alem¨¢n Hermann Ebbinghaus y que hoy se utiliza, entre otras cosas, para evaluar procesos de productividad y de calidad en el ¨¢mbito empresarial. Consiste en el cruce de dos variables: el nivel de conocimiento de una materia y el tiempo que se dedica a su aprendizaje.
Seg¨²n explica el escritor y conferenciante Josh Kauffman en su bestseller The first 20 hours. How to learn anything fast (Las primeras 20 horas. C¨®mo aprender cualquier cosa r¨¢pidamente), como se puede ver en la curva ¡ªjunto a estas l¨ªneas¡ª, hay un periodo inicial en el que se adquiere la mayor¨ªa de los conocimientos de una materia. A partir de ah¨ª, el tiempo que se dedique a esta actividad ser¨¢ de perfeccionamiento, pero la mejor¨ªa ser¨¢ apenas imperceptible. Para Kauffman ese tiempo de escalada no son m¨¢s de 20 horas.
Pero, ?de d¨®nde sacarlas y c¨®mo distribuirlas? El pol¨ªtico, periodista e inventor Benjamin Franklin usaba un m¨¦todo que tambi¨¦n aplican muchas de las personas con ¨¦xito, seg¨²n el an¨¢lisis que ha hecho Michael Simmons, autor de bestsellers como The Student Success Manifesto (el manifiesto del ¨¦xito estudiantil) y escritor para cabeceras como Forbes, Fortune y Time. Simmons ha encontrado un patr¨®n que se repite y al que ha llamado "la regla de las cinco horas". Franklin, asegura, sol¨ªa arregl¨¢rselas para dedicar al menos una hora al d¨ªa de lunes a viernes a aprender algo.
El inventor estadounidense solo pas¨® tres a?os en la escuela, sin embargo le¨ªa y escrib¨ªa, se propon¨ªa metas de crecimiento personal y registraba sus resultados, convert¨ªa sus ideas en experimentos y se hac¨ªa preguntas reflexivas. El d¨ªa que dedicaba una hora a estas actividades "lograba llevar a cabo menos tareas", explica Simmons, "sin embargo, a largo plazo, result¨® sin duda la mejor inversi¨®n de tiempo que pudo haber hecho".
"Cuantas m¨¢s cosas nuevas aprendamos, menos nos acomodaremos y m¨¢s podremos crecer personal y profesionalmente", explica Gemma Ram¨ªrez, coach profesional. "Yo recomiendo dedicar al menos una hora al d¨ªa a nosotros mismos para, por ejemplo, organizarnos las tareas que vamos a hacer, para que broten ideas nuevas, y para leer o ver v¨ªdeos que nos inspiren. Una vez escuch¨¦ esta frase: 'Las respuestas a lo que no sabemos est¨¢n en los libros que nos faltan por leer'. Y no puedo estar m¨¢s de acuerdo con ella".
C¨®mo aplicar la regla de las cinco horas a nuestro d¨ªa a d¨ªa
Seg¨²n Simmons, la clave est¨¢ en encontrar el hueco hasta cuando estamos verdaderamente ocupados ¡ª"incluso sobrepasados"¡ª y en no perder ese tiempo distray¨¦ndonos. Tambi¨¦n recomienda poner en pr¨¢ctica lo aprendido, para no olvidarlo.
Para aprovechar ese tiempo al m¨¢ximo, Ram¨ªrez, autora del volumen Claves del coaching: herramientas que te ayudar¨¢n a sacar lo mejor de ti, recomienda una t¨¦cnica a la que llama reset: "Consiste en resetear nuestra mente para vaciarla de preocupaciones, y ocuparnos de lo que realmente podemos hacer. Dedique un m¨ªnimo de 15 minutos a anotar en un papel todo aquello que se le pase por la cabeza: no solo es liberador, tambi¨¦n ver¨¢ cu¨¢nta basura le ronda. Una vez que lo tenga, ordene y priorice sus pensamientos. Ver¨¢ c¨®mo surgen nuevas ideas y soluciones que hasta ahora no hab¨ªa contemplado", sugiere.
La "pr¨¢ctica deliberada" consiste en dividir esas habilidades que queremos dominar en partes m¨¢s peque?as y practicarlas repetidamente hasta hacernos con ellas
Incorporar esta secci¨®n de tiempo vac¨ªo de actividades a nuestras vidas nos permite, en opini¨®n de Simmons, alcanzar varios objetivos. Para empezar, nos ayuda a planear lo que queremos aprender y ponernos metas al respecto. Adem¨¢s, adquiriremos una rutina que facilita lo que ¨¦l denomina la "pr¨¢ctica deliberada", que consiste en dividir esas habilidades que queremos dominar en partes m¨¢s peque?as y practicarlas repetidamente hasta hacernos con ellas. Por ejemplo, si nos proponemos aprender a tocar la guitarra, esta habilidad puede dividirse en tocar de forma r¨ªtmica o hacer un arpegio, entre otras t¨¦cnicas, y a su vez en saber entonar los distintos acordes.
Tambi¨¦n tendremos ocasi¨®n de rumiar, o lo que es lo mismo, reflexionar sobre lo que hemos aprendido y asimilar nuevos conceptos, un proceso para el que, dice Simmons, ayuda tanto caminar como conversar con colegas. Nos surgir¨¢, asimismo, la oportunidad de resolver los problemas conforme aparecen, en lugar de dejar que vayan creciendo por no poder atenderlos. Y, por si fuera poco, contaremos con tiempo para hacer peque?os experimentos, pues, salgan o no salgan bien, siempre son una oportunidad para poner a prueba nuestras ideas.
Tres formas de aplicarse: leer, reflexionar o experimentar
Seg¨²n las investigaciones de Simmons, existen tres maneras en las que los l¨ªderes del mundo siguen la regla de las cinco horas: leer, reflexionar y experimentar.
En el primero de los casos, existen varios ejemplos conocidos. As¨ª, el magnate Warren Buffett pasa de cinco a seis horas al d¨ªa leyendo peri¨®dicos e informes corporativos; el creador de Windows, Bill Gates devora 50 libros al a?o; el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, consume, al menos, un libro cada dos semanas. El inventor e inversor Elon Musk, que est¨¢ detr¨¢s de innovaciones como la de los coches el¨¦ctricos Tesla, creci¨® leyendo dos vol¨²menes al d¨ªa; la poderosa presentadora de televisi¨®n Oprah Winfrey, por su parte, atribuye a los libros gran parte de su ¨¦xito, y los considera su "pasaporte a la libertad personal".
Entre quienes practican la reflexi¨®n se cuentan personalidades como Tim Armstrong, director ejecutivo del gigante de internet AOL, que, adem¨¢s, invita a su equipo a pasar cuatro horas a la semana "tan s¨®lo pensando". A Jack Dorsey, cofundador de Twitter, le encanta dejar volar su mente mientras pasea; el director ejecutivo de LinkedIn, Jeff Weiner, tiene marcadas en su horario dos horas al d¨ªa para pensar. Y, por su parte, la multimillonaria Sarah Blakely, una de las 100 personas m¨¢s influyentes del mundo seg¨²n Time, posee m¨¢s de 20 libretas llenas de ideas y pensamientos.
En el campo de la experimentaci¨®n, Simmons destaca la actitud de Google, que permite que sus empleados y empleadas tanteen nuevas ideas durante el 20% del tiempo que dedican a trabajar. Algo similar hace Facebook, que reserva unas horas al mes para que los programadores creen proyectos que no tengan nada que ver con la empresa.
De hecho, este ¨²ltimo matiz es importante, pues no es necesario que utilicemos las cinco horas para aprender acerca de asuntos relacionados directamente con nuestro empleo; muchas veces, resulta m¨¢s enriquecedor expandir nuestros conocimientos a las ¨¢reas que nos resulten interesantes, sean cuales sean. Ya lo dijo el Nobel de F¨ªsica Richard Feynman: "A lo largo de la historia de la ciencia, la mayor¨ªa de los grandes descubrimientos que han probado ser beneficiosos para la humanidad han estado llevados a cabo por hombres y mujeres movidos no por el deseo de resultar ¨²tiles, sino de satisfacer su curiosidad".
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