La libertad y la Sant¨ªsima Trinidad
Son ya demasiados los procesos que ata?en a la libertad de expresi¨®n que no solo afectan a j¨®venes raperos o artistas heterodoxos, sino tambi¨¦n a activistas ecologistas o sindicalistas.
SON MUCHOS, demasiados, los procesos judiciales en marcha que afectan a la libertad de expresi¨®n. Podr¨ªamos ironizar: ?Qu¨¦ buen momento vive la libertad en Espa?a que andan las jaulas detr¨¢s de ella! Se ha hablado en otros tiempos del divorcio entre las instituciones y la sociedad civil. Creo que vivimos uno de esos momentos, y la mejor expresi¨®n fue la eclosi¨®n feminista del 8 de marzo, esos millones de personas en la calle, una Espa?a avanzada, en vanguardia democr¨¢tica, y, por otro lado, la perplejidad de gobernantes y otros estamentos viriles, como ese arzobispo que reza un padrenuestro para salvar del pecado a la prensa libre, un estupor que nos recordaba una estampa de El ruedo ib¨¦rico, de Valle-Incl¨¢n, en La corte de los milagros: ¡°La gente nea se santigua con susto y aspaviento. Las doctas calvas del moderantismo enrojecen¡±.
Se ha hablado en otros tiempos del divorcio entre las instituciones y la sociedad civil. Creo que vivimos uno de esos momentos
Son ya demasiados los procesos que ata?en a la libertad de expresi¨®n y de manifestaci¨®n. No solo afectan a j¨®venes raperos, artistas provocadores, titiriteros, sino tambi¨¦n a activistas ecologistas o sindicalistas, adem¨¢s del largo encarcelamiento preventivo de los pol¨ªticos presos por el proc¨¦s catal¨¢n. Son posiciones, en muchos casos, radicales y orilleras, pero es en ese espacio, en la orilla, donde se pone a prueba la libertad. Y tambi¨¦n la tolerancia. En una de esas frases luminosas que dicen m¨¢s que un tratado jur¨ªdico, el fil¨®sofo y poeta cat¨®lico Charles P¨¦guy advirti¨®: ¡°Porque las leyes suelen ser duras se cree que lo que es duro es forzosamente una ley¡±. Un pensamiento del que podemos sacar muchos injertos. Tenemos, por ejemplo, una ley muy rigurosa, discutible como ley, que es la Ley de Seguridad Ciudadana de 2015, en la voz popular ley mordaza. Me temo que se est¨¢ convirtiendo en una causa de inseguridad para la ciudadan¨ªa.
Las crisis pueden aprovecharse para cerrar m¨¢s una sociedad o para abrirla. Los cerrajeros, los que tienen las llaves, no pueden llamarse a enga?o. Se habl¨® mucho del valor de los periodistas a prop¨®sito de la pel¨ªcula The Post, de Spielberg, sobre los papeles del Pent¨¢gono. Se habl¨® menos del papel decisivo que tuvieron los jueces en ese salto adelante en defensa de la libertad de expresi¨®n. Al principio, un juez federal, Murray Gurfein, atendi¨® la petici¨®n de la Casa Blanca para paralizar la publicaci¨®n de esos documentos que demostraban la pol¨ªtica de embuste sistem¨¢tico a la ciudadan¨ªa en la guerra de Vietnam. Compart¨ªa la postura del Gobierno: esa revelaci¨®n pon¨ªa en peligro la ¡°seguridad nacional¡±. El Tribunal Supremo le dio la vuelta a ese otro enga?o. Era la mentira lo que pon¨ªa en riesgo la seguridad del pa¨ªs. El magistrado Hugo Black: ¡°La prensa debe servir a los gobernados, no a los gobernantes¡±. El magistrado Potter Stewart: ¡°Sin una prensa libre e informada no puede haber un pueblo ilustrado¡±. ?No es extraordinario ese momento en que la libertad libera la ley y la justicia rescata a la justicia?
Adem¨¢s de defender la libertad, puede decirse que ah¨ª se sentenci¨® el fin de la guerra. Ese mismo a?o, en 1969, se estrenaba una road movie desgarradora, la pel¨ªcula Easy Rider, un mito de la cultura y la contracultura, un huevo duro que sigue golpeando las entra?as. Si hubiera la asignatura Libertad en la ense?anza, despu¨¦s del discurso del Quijote, habr¨ªa que o¨ªr el di¨¢logo que mantienen Billy (Dennis Hopper) y George Hanson (Jack Nicholson). Una muestra:
¡ªS¨ª, s¨ª, est¨¢n todo el d¨ªa dale que dale con la libertad individual, y ven a un individuo libre y se cagan de miedo.
¡ªPues el miedo no les hace huir.
¡ªNo. El miedo les hace peligrosos.
Es muy preocupante que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) condene tres veces en poco tiempo al Estado espa?ol por interferir en la libertad de expresi¨®n. M¨¢s preocupante es que esas condenas se produzcan por el desamparo que esos condenados tuvieron en su propio pa¨ªs, cuando recurrieron al Tribunal Constitucional. Y m¨¢s a¨²n que el TEDH tenga que advertir a la m¨¢s alta magistratura que vincular una protesta simb¨®lica, como la quema de fotos de los monarcas, con la violencia ¡°ser¨ªa perjudicial para el pluralismo, la tolerancia y el esp¨ªritu de apertura sin el cual no hay una sociedad democr¨¢tica¡±. A veces uno tiene la sensaci¨®n de que en vez del principio de separaci¨®n de poderes lo que tenemos en Espa?a es una versi¨®n estatista de la Sant¨ªsima Trinidad: ¡°Tres personas distintas y un solo Dios verdadero¡±. Menos mal que Lis¨ªstrata, de vez en cuando, como el 8-M, sale a limpiar el miedo.?
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