¡°Solo habr¨¢ conciliaci¨®n si todos somos corresponsables¡±
Distintos sectores sociales reclaman la necesidad de que los diferentes agentes se impliquen para hacer realidad la Ley de Igualdad
¡°La conciliaci¨®n sigue siendo un tema de vital importancia y est¨¢ sobre la mesa de pol¨ªticos, empresarios y de los propios ciudadanos. La percepci¨®n de la conciliaci¨®n como un problema de nuestra sociedad no ha cambiado en los a?os que hemos medido a trav¨¦s del Bar¨®metro de la Conciliaci¨®n. Es m¨¢s, esta percepci¨®n por parte de la sociedad ha empeorado un 4% respecto a 2008 debido, en gran parte, a todos los indicadores que se han visto afectados desde el inicio de la crisis. Aunque, cabe destacar tambi¨¦n que, son muchas las organizaciones que han dado un paso al frente en estos ¨²ltimos a?os y han comenzado a gestionar este tema de una manera m¨¢s profesional y estrat¨¦gica¡±, afirma Roberto Mart¨ªnez, director de Iniciativa efr y de la Fundaci¨®n M¨¢sFamilia.
En el D¨ªa Internacional de la Conciliaci¨®n que se celebra este viernes, distintos sectores sociales reclaman la necesidad de que los diferentes agentes se impliquen para hacer realidad la Ley de Igualdad, publicada en el Bolet¨ªn Oficial del Estado en 2007. Un texto que puso negro sobre blanco el papel destacado que tiene la conciliaci¨®n para alcanzar la igualdad de oportunidades de hombres y mujeres y la no discriminaci¨®n por raz¨®n de g¨¦nero. El objetivo de la celebraci¨®n de esta efem¨¦ride no es otro que concienciar y sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de avanzar en medidas que favorezcan la conciliaci¨®n de la vida familiar, laboral, personal y de corresponsabilidad.
Seg¨²n los ¨²ltimos datos ofrecidos en la Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo 2015, publicados en 2016, son las mujeres las que se siguen encargando de la conciliaci¨®n en todos los sectores. Las mujeres dedican 63,6 horas de la semana al trabajo remunerado, no remunerado y desplazamiento, frente a las 56,7 horas que invierten los hombres, un total de 6,9 horas menos. Con relaci¨®n al tipo de jornada de trabajo, sea esta a tiempo parcial o a jornada completa, en el caso de los hombres, no se altera el n¨²mero de horas que dedican al trabajo no remunerado, unas 14 a la semana de media. Sin embargo, en el caso de las mujeres s¨ª aumenta el tiempo dedicado al trabajo no remunerado cuando su jornada es parcial, alcanzando las 30 semanales.
Por sectores, el sector p¨²blico puede ser el que tenga mejores condiciones para la conciliaci¨®n, facilitado en muchos casos por el tipo de jornada de ma?ana y la flexibilidad de entrada con franjas para fichar, la mayor estabilidad del puesto de trabajo y la baja incertidumbre de poder quedar sin empleo en el caso de ser personal funcionario.
La precariedad laboral dificulta la conciliaci¨®n
En sectores como el comercio, los horarios extensos, jornadas partidas, trabajo los fines de semana, rotaci¨®n de turnos, etc., teniendo en cuenta que el sector ha sido hist¨®ricamente un sector feminizado, la conciliaci¨®n se vuelve imposible en la mayor¨ªa de los casos. En los sectores masculinizados, como la industria, hist¨®ricamente mejor pagados y con menos presencia de las mujeres, los sistemas de turnos rotativos dificultan la conciliaci¨®n a toda la plantilla. A este respecto, Dulce Mar¨ªa Moreno, secretaria de Igualdad y Formaci¨®n de la Uni¨®n Sindical Obrera (USO), apunta que ¡°la precariedad del trabajo, en general y en todos los sectores, dificulta gravemente la conciliaci¨®n al tener unos salarios que no permiten reducir jornadas, ni externalizar el cuidado. Esto tiene un efecto discriminatorio sobre las mujeres que, ante la opci¨®n de tener que trabajar y tener que cuidar a un menor o dependiente, optan por la segunda, ante la falta de corresponsabilidad de toda la sociedad, los salarios tan bajos que perciben y con el abandono de su carrera profesional¡±.
Las empresas deben tener un papel importante en el avance de nuevos logros en relaci¨®n a la conciliaci¨®n en la familia, pero no solo ellas, tambi¨¦n el resto de interlocutores sociales
Las empresas deben tener un papel importante en el avance de nuevos logros en relaci¨®n con la conciliaci¨®n en la familia, pero no solo ellas, tambi¨¦n el resto de interlocutores sociales. En opini¨®n de Dulce Mar¨ªa Moreno, para avanzar en esta materia, ¡°es fundamental unir la conciliaci¨®n con la corresponsabilidad, por lo que es necesario una gran transformaci¨®n social y cultural en la que deben participar el Estado, los agentes sociales, las empresas y las familias. Todos tienen que ser capaces de crear pol¨ªticas de conciliaci¨®n que no vayan dirigidas ¨²nicamente a mujeres, pues esto solo sirve para perpetuar el papel femenino tradicional de cuidadora. El derecho de conciliaci¨®n es un derecho de hombres y mujeres, por igual¡±.
Una opini¨®n con la que coincide Roberto Mart¨ªnez, quien subraya que ¡°la empresa debe trabajar otorgando mayores grados de libertad a sus colaboradores y creando y difundiendo nuevos enfoques y culturas empresariales para avanzar¡±. E insiste en que, ¡°el Gobierno, por su parte, debe apoyar a estas empresas que realmente lo est¨¢n haciendo bien a trav¨¦s de ayudas fiscales o de la contrataci¨®n p¨²blica. Y a todo esto, debemos sumar una educaci¨®n hacia nuestros m¨¢s peque?os con valores como la igualdad, la corresponsabilidad y la conciliaci¨®n¡±.
¡°El Gobierno, por su parte, debe apoyar a estas empresas que realmente lo est¨¢n haciendo bien a trav¨¦s de ayudas fiscales o de la contrataci¨®n p¨²blica. Y a todo esto, debemos sumar una educaci¨®n hacia nuestros m¨¢s peque?os con valores como la igualdad, la corresponsabilidad y la conciliaci¨®n¡±
Un logro, el de la conciliaci¨®n, que solo se alcanzar¨¢ realmente si, tal y como manifiesta Mercedes Alca?iz Moscard¨®, profesora titular de Sociolog¨ªa, Facultat de Ci¨¨ncies Humanes i Socials de la Universitat Jaume I y directora de la Unitat d?Igualtat, ¡°es compartida por mujeres y hombres. M¨¢s que de conciliaci¨®n (empleo y cuidados) se tendr¨ªa que hablar de corresponsabilidad, en el sentido de madres y padres corresponsables respecto al desempe?o de las tareas de cuidado (y del empleo remunerado)¡±. Un avance que, seg¨²n Alca?iz Moscard¨®, solo ser¨¢ posible m¨¢s all¨¢ de medidas legales, ¡°con una educaci¨®n en igualdad y corresponsabilidad, tanto en el sistema educativo como en las familias y en los medios de comunicaci¨®n. Con personas corresponsables se conseguir¨¢ una sociedad m¨¢s igualitaria; con medidas de conciliaci¨®n solo, si no cambian los roles de g¨¦nero, se reproducir¨¢ la desigualdad al ser principalmente las mujeres las que hacen uso de las medidas proporcionadas por las normativas¡±.
La conciliaci¨®n, un ¡°mito¡± en el mundo rural
Si complicado es alcanzar la conciliaci¨®n en el ¨¢mbito urbano, m¨¢s dif¨ªcil resulta en el entorno rural, caracterizado por la masculinizaci¨®n, el sobre-envejecimiento, la dispersi¨®n geogr¨¢fica de la poblaci¨®n y por una insuficiente red de infraestructuras y servicios b¨¢sicos, principalmente de transportes y de atenci¨®n a personas dependientes. Adem¨¢s, la asunci¨®n de responsabilidad sobre el trabajo de cuidados familiares implica en el medio rural ¨Cen mayor medida que en el urbano- que las mujeres no participen en el mercado laboral, o que dejen de hacerlo para asumir la crianza o el cuidado de personas mayores o con alg¨²n tipo de discapacidad.
Teresa L¨®pez, presidenta de la Federaci¨®n de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR), afirma que ¡°los servicios no llegan al entorno rural, as¨ª que la conciliaci¨®n tampoco. En el medio rural es todav¨ªa m¨¢s dif¨ªcil conciliar, por la falta de servicios que, adem¨¢s, se han precarizado a¨²n m¨¢s con los recortes impuestos por la crisis econ¨®mica. Se han tomado decisiones con motivos puramente econ¨®micos en funci¨®n del coste por usuario, y prestar servicios en el mundo rural resulta mucho m¨¢s caro, porque somos menos personas y, adem¨¢s, m¨¢s dispersos por el territorio¡±. Con relaci¨®n a las implicaciones que las administraciones desarrollan en el logro de una mejor y mayor conciliaci¨®n en el campo, L¨®pez asegura que ¡°existe una declaraci¨®n de intenciones, pero no medidas efectivas¡±. Por ello, desde FADEMUR se pide que ¡°se incrementen los servicios de apoyo socioeducativo a la infancia, los servicios p¨²blicos de atenci¨®n a las personas m¨¢s dependientes y que se desarrollen campa?as de sensibilizaci¨®n para avanzar hacia la corresponsabilidad. En este sentido, la educaci¨®n es fundamental; educar en igualdad. Tenemos un reto que es el de desmontar esta sociedad patriarcal que hemos heredado y en la que se nos asignan roles en funci¨®n de nuestro g¨¦nero, que lo que hacen es generar esa desigualdad de oportunidades¡±.
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