La paz hay que beb¨¦rsela
El ¡®chanoyu¡¯ es la ceremonia del t¨¦ japonesa,en la que el anfitri¨®n aspira a crear un ambiente apropiado para la conversaci¨®n entre sus invitados. Los peque?os detalles propician m¨¢s de lo que creemos el contexto para llegar a acuerdos.
ESTAMOS M?S interconectados que nunca, pero la inmediatez y el exceso de est¨ªmulos que provocan las redes sociales no han hecho m¨¢s que fomentar la crispaci¨®n. Tampoco ayuda el debate pol¨ªtico de este pa¨ªs, que, en vez de aportar soluciones, parece que lo ¨²nico que hace es dividir m¨¢s a una sociedad incapaz de escucharse a s¨ª misma. Cada vez nos comprendemos menos y gritamos m¨¢s. Nos enzarzamos en conversaciones sin querer buscar consenso. Solo que nos den la raz¨®n. Es hora de cambiar el chip. Estamos poniendo en peligro relaciones de familia, amistad. Y quiz¨¢ tambi¨¦n intoxicamos el ambiente de trabajo. Hay que acercar posturas. La t¨¦cnica japonesa del chanoyu, o ceremonia del t¨¦, nos puede ayudar a conseguir la paz social que anhelamos. Suena bastante ex¨®tico, pero entablar una buena conversaci¨®n en un ambiente adecuado, rodeados de objetos que nos aporten serenidad, puede convertirse en el mejor aliado para alcanzar acuerdos.
El 'chanoyu' predica la humildad: nadie es m¨¢s importante que nadie. El anfitri¨®n agasaja al invitado y este debe corresponderle.
Tambi¨¦n conocida como el camino del t¨¦, se trata de una pr¨¢ctica muy arraigada en la cultura nipona. Tiene su base en la filosof¨ªa sinto¨ªsta: la conexi¨®n con la naturaleza y la armon¨ªa de los seres vivos. Esta ceremonia centenaria consiste en invitar a casa a un grupo de amigos y seguir el siguiente ritual: el anfitri¨®n se esmera en crear un ambiente ¨²nico para que sus invitados disfruten, no solo con la comida y algunos entrantes, sino que se dejen embriagar por la est¨¦tica de la vajilla, la presentaci¨®n de los platos, los arreglos florales, la luz natural y, si es posible, del jard¨ªn. ?Y de qu¨¦ se habla durante el encuentro? Aqu¨ª no tienen cabida los cotilleos, el mal rollo, las quejas. Se tratan temas como la naturaleza, la decoraci¨®n, la caligraf¨ªa o la poes¨ªa. El chanoyu es tan necesario y purificador que los japoneses han sabido adaptarlo a los tiempos modernos. Ya no se celebra en casas humildes con espacios verdes. Pero son muchos los que aprenden la t¨¦cnica y la ponen en pr¨¢ctica en sus relaciones sociales.
La vieja ceremonia tiene unas normas a la hora de comunicarnos que pueden reconducir las situaciones m¨¢s t¨®xicas. Si queremos convertir una reuni¨®n tempestuosa en un oasis de calma, hay que buscar un lugar tranquilo, por lo que se desaconseja quedar en bares o restaurantes con m¨²sica fuerte, o en espacios abiertos donde haya mucho tr¨¢fico. A no ser que sea realmente imprescindible, evitaremos todo tema que pueda ser pol¨¦mico o estresante. Cualquier asunto que cree separaci¨®n entre los invitados est¨¢ excluido de la mesa. Hay que integrar, no dividir. No sentirse el ¨²nico protagonista. El chanoyu predica la humildad: nadie es m¨¢s importante que nadie. El anfitri¨®n agasaja al invitado y este debe corresponderle. Una buena idea es alabar a los participantes, reconocer sus logros. El buen humor promueve la distensi¨®n. Hay que hacer un esfuerzo y abstraerse del mundanal ruido. Buscar temas que no tengan que ver con la rutina y las calamidades del curro; hablar de m¨²sica, arte, cine, viajes. Somos m¨¢s que trabajo.
Saber escuchar es clave. Intente no interrumpir, prestar toda la atenci¨®n a su interlocutor. Pasar del m¨®vil. Cuestiones que parecen obvias, pero que levante la mano el que no haya tenido que compartir mesa con alguien que mira cada dos por tres el tel¨¦fono. ?O ha sido usted? Si no estamos pendientes de lo que el otro nos dice (y de c¨®mo lo dice), no podremos dar un buen consejo, entender realmente lo que necesita y generar un buen debate. Tambi¨¦n hay que pensar bien las respuestas, medir las palabras, tener claro qu¨¦ es lo queremos transmitir. No ser cansino. Fijarse bien en c¨®mo se encuentra esa persona e intuir si es (o no) el momento para hablar depende de qu¨¦ cosas.
En su ¨¦poca de consultor de empresas, ?lex Rovira cuenta que, al llegar a una organizaci¨®n donde el ambiente era irrespirable, iniciaba las sesiones de grupo con esta pregunta: ¡°?Qu¨¦ nos une?¡±. Aquellos que se sent¨ªan frustrados, cuestionados, poco valorados o que necesitaban se?alar culpables se ve¨ªan obligados a cambiar la perspectiva hasta llegar a conclusiones de este tipo: ¡°Nos une la marcha general de este departamento. O lo levantamos entre todos, o nos vamos al garete¡±
Qu¨¦ hacer cuando la confrontaci¨®n es inevitable (y no quieres discutir)
La esencia del
chanoyu
es encontrar un lugar com¨²n en el que entendernos. El objetivo es salir de la reuni¨®n con mejor ¨¢nimo que el que ten¨ªamos al entrar. Sin embargo, habr¨¢ momentos en los que chocaremos con alguien que no quiere armon¨ªa, sino que (por su estado mental o por sus limitaciones) busca la confrontaci¨®n abierta. En este caso, podemos recurrir al yudo verbal, tal como explicaban G. J. Thompson y J. B. Jenkins en el libro
Verbal Judo, the Gentle Art of Persuasion
(El yudo verbal, el amable arte de la persuasi¨®n). Seg¨²n estos dos expertos, las t¨¦cnicas b¨¢sicas para lidiar con alguien agresivo son:
¡ª Si los nervios est¨¢n a flor de piel, lo mejor es aplazar la discusi¨®n.
¡ª Es preferible no cortar ni contradecir al interlocutor si est¨¢ fuera de s¨ª. Le ?dejaremos hablar para luego decir que comprendemos su punto de vista y ?desviar el tema hacia un asunto m¨¢s agradable.
¡ª Nuestro tono de voz ser¨¢ suave y conciliador. La postura corporal, relajada (por ejemplo, apoy¨¢ndonos contra el respaldo de la silla), para comunicar que no le estamos amenazando.
¡ª En casos extremos, ni siquiera el yudo verbal servir¨¢ para bajar el sufl¨¦ de alguien que est¨¢ muy crispado. Llegados a este punto, solo queda aceptar que no podemos gustar a todo el mundo y tratar, en adelante, de que nuestros caminos converjan lo menos posible.
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