A la caza del mam¨ªfero venenoso que sobrevivi¨® a los dinosaurios
Un equipo consigue secuenciar el genoma del solenodon de La Espa?ola, una especie amenazada de extinci¨®n
En diciembre de 2014, cinco cient¨ªficos se adentraron en los bosques de la Rep¨²blica Dominicana en busca de uno de los pocos mam¨ªferos venenosos que existen. El solenodon de La Espa?ola solo habita en esta isla caribe?a y, junto a los solenodones de Cuba, son los ¨²ltimos de un linaje cuyo origen se remonta a hace m¨¢s de 70 millones de a?os.
Este animal insect¨ªvoro es casi ciego, vive en madrigueras subterr¨¢neas y suele salir de noche. Algunos cient¨ªficos piensan que es un f¨®sil viviente, pues conserva rasgos primitivos como los de los primeros mam¨ªferos que viv¨ªan en los tiempos de los dinosaurios. ¡°Todos los estudios gen¨¦ticos previos sobre esta especie se basaban en ADN extra¨ªdo de animales muertos, algunos ejemplares disecados de museo, y no permitieron obtener su genoma completo¡±, explica Taras Oleksyk, bi¨®logo de la Universidad de Puerto Rico en Mayag¨¹ez. Con la ayuda de gu¨ªas locales del sur de Rep¨²blica Dominicana, los investigadores aprendieron a atrapar solenodones vivos esperando sigilosamente al borde de los senderos. ¡°Cuando oyes el ruido de sus pisadas enciendes la linterna. No corren mucho, as¨ª que es relativamente f¨¢cil agarrarlos por el rabo. Lo primero que te sorprende es lo grandes que son, tienen el tama?o de un gato y pesan hasta dos kilos¡±, relata Oleksyk.
El equipo consigui¨® atrapar cinco animales vivos y extraerles sangre de la yugular sin ser mordidos. Los animales eran liberados en apenas unos minutos. Gracias a esas muestras y una nueva t¨¦cnica matem¨¢tica para analizar cantidades reducidas de ADN, los investigadores han conseguido el primer borrador del genoma del solenodon de La Espa?ola (Solenodon paradoxus), publicado hace unos d¨ªas en la revista especializada GigaScience.
Los resultados confirman que el solenodon se separ¨® de su ancestro com¨²n con las musara?as y otros mam¨ªferos hace unos 73 millones de a?os. Un asteroide de unos 15 kil¨®metros de di¨¢metro impact¨® en la pen¨ªnsula de Yucat¨¢n, en M¨¦xico, hace 65 millones de a?os. Caus¨® una cadena de cataclismos y un fuerte cambio clim¨¢tico que elimin¨® a dos tercios de todas las especies que hab¨ªa sobre la Tierra, incluidos los dinosaurios. El solenodon sobrevivi¨® al impacto y sigui¨® viviendo aislado en La Espa?ola. Los responsables del estudio creen que el animal que sujetaban entre los brazos en medio de la selva se parece mucho a aquellos primeros mam¨ªferos que sobrevivieron al asteroide. ¡°Aunque es imposible asegurarlo sin tener f¨®siles, dudo que estos animales hayan cambiado mucho de aspecto desde aquellos tiempos¡±, argumenta Oleksyk.
El nuevo genoma ha aportado sorpresas. ¡°Hemos hallado que los genes relacionados con el veneno en esta especie son m¨¢s parecidos a los de las serpientes que al de otros mam¨ªferos venenosos como el ornitorrinco. Esto es totalmente inesperado. Podr¨ªa suponer que el origen de estos genes puede remontarse al ancestro com¨²n entre los reptiles y la rama evolutiva del solenodon¡±, explica Juan Carlos Mart¨ªnez-Cruzado, genetista de la Universidad de Puerto Rico y coautor del estudio. ¡°Tambi¨¦n sospechamos que el solenodon usa la ecolocaci¨®n para encontrar sus presas de noche, igual que hacen algunos murci¨¦lagos, as¨ª que queremos comparar su genoma con el de estos animales y tambi¨¦n con el de otros mam¨ªferos que emiten potentes sonidos para comunicarse como los delfines¡±, a?ade Mart¨ªnez-Cruzado. En el estudio tambi¨¦n han participado investigadores de Rep¨²blica Dominicana, EE UU, Ucrania, Rusia y Portugal.
El solenodon se separ¨® de su ancestro com¨²n con las musara?as y otros mam¨ªferos hace unos 73 millones de a?os
El solenodon, tambi¨¦n conocido como almiqu¨ª, est¨¢ en peligro de extinci¨®n, seg¨²n la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza. La principal amenaza es la destrucci¨®n de su h¨¢bitat boscoso as¨ª como la caza por parte de perros asilvestrados.
El estudio confirma que en La Espa?ola hay dos subespecies aisladas de estos mam¨ªferos, una en el norte y otra en el sur, que se separaron hace unos 300.000 a?os. Su diversidad gen¨¦tica es menor que la de muchos otros mam¨ªferos, incluidos los humanos, aunque algo mayor que otras especies amenazadas como el guepardo o el diablo de Tasmania. Los autores del estudio estiman que en el sur quedan unos 3.000 ejemplares y en el norte unos 5.000. ¡°Los datos apuntan a que quedan muy pocos solenodones. Este estudio deber¨ªa impulsar la protecci¨®n de esta especie, que es un tesoro nacional para la Rep¨²blica Dominicana¡±, dice Oleksyk.
Es posible que tambi¨¦n haya solenodones al otro lado de la frontera, en Hait¨ª, aunque los investigadores no han podido analizar esas poblaciones. En parte se debe a que el estudio se ha hecho con un presupuesto reducido. Los cient¨ªficos tuvieron que costearse sus propios gastos durante su expedici¨®n en busca del almiqu¨ª, asegura Oleksyk. En 2012, este doctor en biolog¨ªa de origen ucraniano impuls¨® una campa?a p¨²blica de recogida de fondos que permiti¨® secuenciar el genoma de la cotorra puertorrique?a, la ¨²nica especie de loro end¨¦mica de Puerto Rico, que hab¨ªa estado al borde de la extinci¨®n y que ahora se est¨¢ recuperando gracias a un programa de cr¨ªa en cautividad.
Los genes relacionados con el veneno en esta especie son m¨¢s parecidos a los de las serpientes que al de otros mam¨ªferos venenosos como el ornitorrinco
¡°Haber conseguido por primera vez el genoma completo de este mam¨ªfero permite afrontar su conservaci¨®n con m¨¢s fundamento. Ahora se podr¨¢ estudiar si se puede intercambiar individuos entre las dos poblaciones del sur y el norte para aumentar su variedad gen¨¦tica, tal y como hemos hecho en Espa?a con el lince ib¨¦rico¡±, explica Toni Gabald¨®n, investigador del Centro de Regulaci¨®n Gen¨®mica en Barcelona. ¡°Uno de los puntos m¨¢s interesantes de este trabajo es que han usado un algoritmo alternativo para ensamblar el genoma cuando las muestras de ADN son escasas. No se hab¨ªa usado apenas desde su creaci¨®n en 2005 porque requer¨ªa mucha capacidad de computaci¨®n. Debido a que estamos ante una especie con muy poca variaci¨®n gen¨¦tica, las dos copias de cada cromosoma son casi id¨¦nticas, con lo que es necesario menos ADN de unos pocos individuos para obtener un genoma completo¡±, resalta el cient¨ªfico.
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