La ¨¦tica de la lucha contra la resistencia a los medicamentos
Cuatro a?os despu¨¦s de la evaluaci¨®n de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, la hoja de ruta para abordar esta emergencia m¨¦dica sigue estando mal definida
En el a?o 2014, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud inform¨® de que la resistencia a los medicamentos ¡ªespecialmente a los antibi¨®ticos¡ª es una amenaza creciente para la salud humana, la seguridad alimentaria y ¡°los logros de la medicina moderna¡±. Lejos de ser una ¡°fantas¨ªa apocal¨ªptica¡±, dijo la OMS, la llegada de una ¨¦poca posterior a los antibi¨®ticos ¡°es, en cambio, una posibilidad muy real para el siglo XXI¡±.
La resistencia a los medicamentos amenaza el tratamiento efectivo de una creciente lista de enfermedades contagiosas, desde infecciones bacterianas hasta enfermedades virales y f¨²ngicas. Cuando las personas usan imprudentemente antibi¨®ticos para combatir un resfriado com¨²n, cuando los agricultores usan antibi¨®ticos para aumentar la productividad del ganado, o cuando las f¨¢bricas farmacol¨®gicas emiten antibi¨®ticos al medio ambiente para reducir los costes de producci¨®n, las bacterias para las cuales se dise?aron medicamentos con el prop¨®sito de matarlas se vuelven inmunes a los mismos. Cuantos m¨¢s antibi¨®ticos se consumen, m¨¢s r¨¢pidamente se desarrolla la resistencia, dando lugar a la constituci¨®n de ¡°s¨²per bacterias¡± que ponen en peligro la salud humana porque elevan el riesgo de epidemias mortales masivas y comprometen la efectividad de los servicios m¨¦dicos ¡ªtales como cirug¨ªas y tratamientos para el c¨¢ncer¡ª que dependen de antibi¨®ticos eficaces.
Esta aterradora realidad contin¨²a frustrando a los profesionales de la salud. Sin duda, hay soluciones, y tres de ellas son el consumo restringido, mejores diagn¨®sticos y vigilancia de enfermedades; y el desarrollo cl¨ªnico ampliado de nuevos medicamentos. Se han tomado algunas medidas iniciales coordinadas en el Plan de acci¨®n mundial de la OMS, pero cada soluci¨®n tiene un componente ¨¦tico y, cuatro a?os despu¨¦s de la evaluaci¨®n de la OMS, la hoja de ruta ¨¦tica para abordar esta emergencia m¨¦dica sigue estando peligrosamente mal definida.
Las pol¨ªticas de atenci¨®n de salud que buscan la consecuci¨®n de objetivos a largo plazo a menudo tienen costes a corto plazo para el bienestar humano, animal y ambiental. Por ejemplo, restringir el consumo de antibi¨®ticos en ciertas poblaciones podr¨ªa llevar a la p¨¦rdida de empleos para aquellos propensos a la enfermedad. Las acciones tomadas para prevenir infecciones tambi¨¦n pueden infringir la privacidad personal, ya que los epidemi¨®logos buscan identificar y rastrear personas que porten bacterias resistentes. Los controles, incluso, pueden requerir limitar las libertades individuales, como acceder a los hospitales o subirse a los aviones.
Hay soluciones para la crisis: consumo restringido, mejores diagn¨®sticos, vigilancia de enfermedades y desarrollo cl¨ªnico ampliado de nuevos f¨¢rmacos
Por otra parte, limitar el uso de antibi¨®ticos podr¨ªa provocar la subida de los precios de los medicamentos, amenazando el acceso para aquellos que lo necesitan. Y, aunque muchos podr¨ªan preferir un enfoque de statu quo que acelere el desarrollo de nuevos antibi¨®ticos sin modificar el consumo actual, esta soluci¨®n aporta su propio conjunto de consideraciones ¨¦ticas, como por ejemplo, c¨®mo y cu¨¢ndo reducir la duraci¨®n de los ensayos cl¨ªnicos.
Por todas estas razones, los especialistas en ¨¦tica, los investigadores de la atenci¨®n de la salud y los cient¨ªficos sociales han comenzado a pensar la mejor manera de garantizar que las estrategias para hacer frente a la resistencia a los medicamentos sean ¨¦ticamente responsables. En el 2015, un a?o despu¨¦s del lanzamiento del informe de la OMS, la publicaci¨®n Public Health Ethics lanz¨® un n¨²mero especial dedicado ¨ªntegramente a este tema.
Posteriormente, en noviembre de 2017, el Centre for Antibiotic Resistance Research (CARe) de mi universidad celebr¨® por primera vez en la Historia un simposio de gran magnitud sobre el tema, reuniendo a destacados acad¨¦micos en econom¨ªa, ¨¦tica, derecho, pol¨ªtica, ciencias sociales y atenci¨®n de la salud. La conferencia, de dos d¨ªas, proporcion¨® una plataforma para el desarrollo de sinergias colaborativas, y se programa publicar el resultado de la investigaci¨®n en la revista Bioethics.
Estas reuniones han ayudado a fomentar el inter¨¦s acad¨¦mico en las consideraciones ¨¦ticas de la resistencia a los medicamentos, pero representan solo una peque?a fracci¨®n de lo que se necesita para ayudar al mundo a discurrir de manera segura por este campo minado. Cualquier esfuerzo por restringir el consumo de antibi¨®ticos, regular la industria alimentaria y la farmac¨¦utica, o cambiar los comportamientos humanos ¡ªes decir, todas las estrategias que se est¨¢n considerando hoy en d¨ªa¡ª requerir¨¢ de reflexi¨®n y complejos an¨¢lisis ¨¦ticos.
El primer obst¨¢culo ¨¦tico es llegar a un consenso sobre c¨®mo caracterizar la resistencia a los medicamentos. Muchos especialistas en ¨¦tica lo ven como un ¡°problema de acci¨®n colectiva¡±, una preocupaci¨®n de salud p¨²blica que debe abordarse de una manera organizada y hol¨ªstica. Sin embargo, hay menos acuerdo sobre qu¨¦ tipo de problema de acci¨®n colectiva es. ?Es similar a otros desaf¨ªos mundiales como el cambio clim¨¢tico, la pobreza o la desigualdad? O, ?es m¨¢s un problema nacional, que mejora cuando se deja en manos de las autoridades soberanas de un pa¨ªs? La forma en la que definimos el problema determinar¨¢ qu¨¦ concesiones?est¨¢n dispuestas a hacer las personas y los Gobiernos .
El primer obst¨¢culo ¨¦tico es llegar a un consenso sobre c¨®mo caracterizar la resistencia a los medicamentos
Varios participantes en el simposio de CARe pusieron de relieve este problema, se?alando que, para implementar con ¨¦xito estrategias de resistencia a los medicamentos, los Gobiernos deben lograr un equilibrio entre la responsabilidad m¨¦dica mundial y el bien p¨²blico local. Una idea que se ha propuesto es aplicar un impuesto a la carne producida con antibi¨®ticos, un enfoque que podr¨ªa desplazar la agricultura animal en una direcci¨®n m¨¢s sostenible. Si bien los costes de la carne podr¨ªan subir, la resistencia a los medicamentos en el ganado disminuir¨ªa, al igual que los efectos ambientales adversos. La pregunta ¨¦tica es si una soluci¨®n como esta ser¨ªa justa a escala mundial, especialmente si el resultado es que los alimentos sean m¨¢s caros.
A medida que los desaf¨ªos relacionados con la resistencia a los medicamentos se tornan m¨¢s urgentes, uno podr¨ªa pensar que los debates ¨¦ticos son un lujo inalcanzable. Pero, si se tienen en cuenta los riesgos que implica adoptar soluciones poco reflexionadas, vemos que pensar de manera cuidadosa en las implicaciones ¨¦ticas de las estrategias de resistencia a los medicamentos se convierte en algo esencial.
Traducci¨®n del ingl¨¦s: Roc¨ªo L. Barrientos.
Christian Munthe es especialista en bio¨¦tica y profesor de filosof¨ªa en la Universidad de Gotemburgo.
Copyright: Project Syndicate, 2018 www.project-syndicate.org
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