?Y si no debi¨¦ramos fabricar bolsas de pl¨¢stico reutilizables o pajitas reciclables?
Islas Baleares quiere prohibir los pl¨¢sticos de un solo uso. Hablamos con los mayores expertos en el tema y nos damos cuenta de que no hab¨ªamos entendido nada sobre el problema de los pl¨¢sticos
Pajitas, bolsas de la compra, c¨¢psulas de caf¨¦, los vasos que expende la m¨¢quina, bolsitas individuales de az¨²car, las colillas de los cigarros. Cada d¨ªa, cada espa?ol utiliza 3,5 productos de este tipo, seg¨²n los datos de la asociaci¨®n Seas at Risk: un total de 1.293 art¨ªculos de pl¨¢stico al a?o (60.207 millones entre todos), buena parte de los cuales acaban en el mar despu¨¦s de haberlos utilizado una sola vez, junto con los micropl¨¢sticos de los exfoliantes o la purpurina.
El pl¨¢stico en general, y sobre todo el de un solo uso ¡ªel de estos productos de usar y tirar¡ª, es un problema socioambiental grave. La asociaci¨®n europea Plastic Europe, en su publicaci¨®n Plastics, the facts de 2016, apunt¨® que cerca del 40% de la demanda de este material en Europa y Espa?a se destina a envases de un uso. Y el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentaci¨®n y Medio Ambiente se?ala en su informe de resultados de 2016 del Programa de seguimiento de basuras marinas que el 75% de los desechos que se recogen en las playas espa?olas es pl¨¢stico.
Esta basura forma parte de los casi 12 millones de toneladas que entran al a?o en los oc¨¦anos mundiales contaminando el agua, impactando gravemente a las especies marinas y acumul¨¢ndose en la cadena alimentaria: no tiene ni idea de la cantidad de pl¨¢stico que come sin saberlo.
En Europa, utilizamos cada d¨ªa millones de art¨ªculos de pl¨¢stico perfectamente prescindibles: 99 millones de pajitas diarias, 43 millones de tazas de caf¨¦, 50.000 millones de colillas, 207 millones a envases desechables y 5.000 millones a pajitas para bebidas. Y por ello, elaborar estrategias para reducir su presencia es una prioridad. ?Pero son todas las medidas igualmente buenas para el medio ambiente?
La futura ley de residuos y suelos contaminados de las Islas Baleares ha ido m¨¢s all¨¢ de la estrategia europea aprobada en enero y prev¨¦ la prohibici¨®n de vender c¨¢psulas de caf¨¦ de un solo uso fabricadas con materiales no f¨¢cilmente reciclables, tambi¨¦n de comercializar vajillas de pl¨¢stico de un solo uso, de vender y distribuir toallitas, pajitas de pl¨¢stico, o bastoncillos para los o¨ªdos de ese material. Medidas que podr¨ªan entrar en vigor el 1 de enero de 2020, si finalmente encuentran viabilidad legislativa, a¨²n una incertidumbre.
A veces reciclar sale demasiado caro
La estrategia europea, a diferencia de la balear, est¨¢ para Greenpeace "demasiado centrada en el reciclaje". Reciclar, reutilizar, reducir el consumo y fabricar art¨ªculos con materiales menos agresivos para el medio ambiente son partes de un todo, pero por s¨ª solas, seg¨²n advierten los expertos, muchas veces no sirven.
Por ejemplo, la Comisi¨®n Europea se ha marcado el objetivo de que en 2030 el 100% de los envases de pl¨¢sticos sean reutilizables o reciclables, pero los pl¨¢sticos que empleamos ya se pueden reutilizar y a veces su reciclaje es demasiado costoso para que sea viable.
Seg¨²n se?ala Nicola Cerantola, director de Ecologing, que investiga, y da formaci¨®n y asesor¨ªa en dise?o de productos, servicios y negocios sostenibles, "la mayor¨ªa de los pl¨¢sticos del mercado se pueden reciclar, otra cosa la inviabilidad econ¨®mica de su recolecci¨®n y procesado, como suele pasar con poliestireno expandido (EPS), aquel de aspecto espumado empleado, por ejemplo, en las bandejas de carne del supermercado".
Los pl¨¢sticos 'de un solo uso' no existen, somos nosotros los que los tiramos despu¨¦s de utilizarlos una vez
En cuanto a la reutilizaci¨®n, "realmente no existen los pl¨¢sticos de un solo uso, al menos si nos referimos a termopl¨¢sticos (aquellos que se vuelven flexible a altas temperaturas, como el que se emplea en las pajitas)". Es el uso que hacemos de ellos y el dise?o los que los convierten en objetos de usar y tirar: "Por ejemplo, las bolsas son de un solo uso porque se dise?an para no aguantar para m¨¢s ciclos de utilizaci¨®n", puntualiza.
Mejorar el dise?o y ahondar en el empleo de otros materiales. Ignasi Cubi?¨¤, experto del cradel to cradel (C2C) ¡ªuna filosof¨ªa de dise?o sostenible circular, que aboga por devolver a la naturaleza materiales que aporten nutrientes en lugar de contaminar¡ª, considera que la iniciativa balear ser¨ªa perfecta "si discriminara entre pl¨¢sticos biodegradables ¡ªes decir, compostables, que se convierten en abono para fertilizar el suelo¡ª, los no biodegradables, y los oxobiodegradables [aquellos procedentes del petr¨®leo que se biodegradan f¨ªsicamente pero no qu¨ªmicamente, al llevar unos aditivos especiales], que deber¨ªan quedar fuera".
Deber¨ªamos fabricar m¨¢s art¨ªculos que al tirarlos alimenten la tierra, en lugar de contaminarla
En el caso de las bolsas de pl¨¢stico existen dos opciones: "Las bolsas biodegradables de verdad ¡ªcomo las hechas de f¨¦cula de patata¡ª, o proporcionar otras m¨¢s gruesas de materiales que puedan cumplir con m¨¢s ciclos de reutilizaci¨®n que las actuales", apunta Cerantola. Cada alternativa tiene sus pros y sus contras: las bolsas m¨¢s resistentes, por ejemplo, "reducen el impacto ambiental al poder usarse m¨¢s veces, pero fabricarlas, por contra, lo aumenta. Hay que analizar caso por caso, haciendo una evaluaci¨®n rigurosa del contexto y del uso que tendr¨¢ cada opci¨®n para verificar si es sostenible o no".
Por ello concluye: "Para poder decir si una nueva alternativa es mejor que la anterior, hay que estudiar su ciclo de vida: c¨®mo se fabrica ¡ªlos recursos que precisa, materiales, agua, energ¨ªa, etc¨¦tera¡ª, cu¨¢ntas veces se usa el art¨ªculo y en qu¨¦ condiciones, y c¨®mo se desecha (d¨®nde termina). Cada opci¨®n hay que analizarla en su contexto real porque nos podemos llevar sorpresas".
El C2C lleva m¨¢s de una d¨¦cada dise?ando alternativas de packaging biodegradables, que vuelven a la naturaleza en forma de abono. Pensemos en las pieles de las frutas y verduras: si se tiran al campo se vuelven humus fertilizando la tierra. Este tipo de pl¨¢sticos alternativos?de fuentes naturales biodegradables ¡ªma¨ªz, f¨¦cula de patata, etc¨¦tera¡ª se comportar¨ªan as¨ª evitando residuos.
"Se puede emplear para fabricarlos cualquier material natural realmente compostable y no bioacumulable (los que no se disuelven ni se degradan), obtenido a partir de biomasa renovable gestionada de manera adecuada y cuya producci¨®n no compita con la de alimentos", apunta Cubi?¨¤.
C¨®mo saber que compramos materiales responsables con el medio ambiente
"Tambi¨¦n son v¨¢lidos los envases de fibra celul¨®sica, como el papel o el cart¨®n, cuando su origen es probadamente renovable ¡ªlleva los certificados forestales FSC, PEFC, que acreditan que proviene de un bosque bien gestionado¡ª, o reciclados de calidad contrastada ¡ªcon certificados FSC Reciclado, que indica que toda la madera o el papel del producto proceden de material recuperado, o C2C¡ª", a?ade este experto en C2C.
Este experto en cradel to cradel considera que ser¨ªa buena una normativa rigurosa para este tipo de residuos: "Enviar¨ªa un mensaje claro a la industria de que el dise?o de art¨ªculos para un solo uso debe estar pensado preferentemente para un ciclo biol¨®gico; es decir, que se puedan biodegradar de verdad en la naturaleza abonando el suelo. Y si no lo fueran, que puedan ser devueltos al ciclo t¨¦cnico de las f¨¢bricas y reciclarse si el valor del material lo permite, por ejemplo, para envases industriales de farmac¨¦uticas, qu¨ªmicas, etc¨¦tera".
Una realidad compleja, sin duda, en la que lo que queda claro es que aunque la prohibici¨®n balear apunte en la direcci¨®n adecuada, la estrategia europea no es tan ambiciosa, con lo cual no se sabe si esta iniciativa insular prosperar¨¢. Adem¨¢s la Uni¨®n Europea podr¨ªa profundizar m¨¢s, a trav¨¦s de medidas concretas dentro de su inaugurada estrategia, hacia las soluciones para llegar al ra¨ªz del problema, aportando acciones que pasen por la reutilizaci¨®n, la reducci¨®n y el abandono de los pl¨¢sticos no biodegradables, aunque de momento no lo contempla.
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