El secreto que se llev¨® a la tumba el mejor fot¨®grafo del rock

Era conocido por su afici¨®n a las armas, su amistad con Johnny Cash y sus innumerables peleas con conocidos, amigos y gente aleatoria. Pero Nicolas Jim Marshall (Chicago, 1936- Nueva York, 2010) tambi¨¦n est¨¢ considerado el mejor fot¨®grafo de rock and roll de la historia y una leyenda de la m¨²sica estadounidense sin haber empu?ado jam¨¢s un instrumento.

El de Chicago era temido y admirado a partes iguales y a¨²n se cuentan sotto voce sus noches con Led Zeppelin, Lynyrd Skynyrd o los Beatles. ¡°En muchos clubes de Los ?ngeles y Nueva York tambi¨¦n recuerdan su nariz de boxeador¡±, explica Baron Wolman, primer editor gr¨¢fico de la revista Rolling Stone e ¨ªntimo amigo de Marshall, quien falleci¨® en 2010.

Sin embargo, para sorpresa de sus propios colegas, Marshall era tambi¨¦n un pacifista: ¡°[Risas] Yo no lo definir¨ªa as¨ª, dir¨ªa m¨¢s bien que estaba obsesionado con el s¨ªmbolo de la paz¡±, matiza Tony Nourmand, de Reel Art Press y editor de Peace. Este libro recoge las fotos de Marshall que inmortalizaron en los sesenta el signo creado por Gerald Holtom, un cristiano pacifista, en 1958.

Hasta 400 im¨¢genes de este logo universal ilustran sus p¨¢ginas despu¨¦s de ser descubiertas tras la muerte del fot¨®grafo, que nunca las public¨®, no se sabe si por descuido o por cuidar su reputaci¨®n de tipo duro. ¡°Supongo que ilustra la eterna contradicci¨®n en la que vivimos los seres humanos, incluso las de un genio como Jim¡±, reflexiona Nourmand.

En el pr¨®logo del libro, la cantante Joan Baez no tiene problema en reconocer su pasmo al conocer la existencia de esta colecci¨®n: ¡°No sal¨ªa de mi asombro cuando descubr¨ª que a Jim le gustaba el s¨ªmbolo de la paz, porque lo que yo recuerdo de ¨¦l es que era un halc¨®n. [¡­] Quiz¨¢s le gustaba fotografiar ese objeto inanimado porque no pod¨ªa contestarle¡±, relata Baez con cierto recochineo. ¡°En manos de otro, esto ser¨ªa una simple colecci¨®n de pintadas y paredes, pero en manos de Jim Marshall y en glorioso blanco y negro, es otra cosa: arte¡±, remata el editor.